Ejercicio y la práctica de la manera ordenada por Dios, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-0428-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En este mensaje comenzaremos a tratar el segundo paso de la manera ordenada por Dios: nutrir a los nuevos creyentes y cuidarlos con ternura de modo que permanezcan. En Juan 15:16 el Señor dijo: “Yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca”. Se nos han encargado tres cosas: debemos ir, debemos llevar fruto y nuestro fruto debe permanecer. Sin embargo, garantizar que nuestro fruto permanezca no es una tarea fácil. Anteriormente en el recobro del Señor, aunque nosotros estábamos deficientes con respecto a la predicación del evangelio, trajimos muchos al Señor y bautizamos a varios de ellos. No obstante, muy pocos de éstos han permanecido. Ahora el Señor nos está enseñando un paso muy crucial. Todos debemos aprender qué hacer para que nuestro fruto permanezca.
En Juan 21:15 el Señor nos encarga que alimentemos a Sus corderos. Esto es hacer algo por el bien del fruto que hemos producido para que éste permanezca. Si amamos al Señor, debemos alimentar a Sus corderos, es decir, a los pequeños, las ovejas jóvenes. El fruto del capítulo quince llega a ser los corderos del capítulo veintiuno. Llevar fruto es multiplicarse o producir los corderos. Pero después de producir a los corderos, todavía debemos tomar la responsabilidad de alimentarlos.
En 1 Tesalonicenses 2:7 Pablo dice: “Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos”. Cuando una madre se acerca a su bebé para cuidarlo o nutrirlo, ella siempre es muy tierna. En este versículo, Pablo no usó la palabra “nutre” sino la frase “cuida con ternura”. Cuidar con ternura incluye el nutrimiento, pero indica un cuidado más tierno que la mera alimentación. Cuando una madre cuida con ternura a su bebé, por lo general, lo nutre también. En griego la palabra que se traduce “nodriza” en este versículo significa “una madre lactante”.
Cuando un bebé está llorando, la madre no lo reprende ni le pega; mientras más llora el bebé, más tierna es la madre. Cuidar con ternura es hacer todo lo posible para satisfacer la necesidad del bebé. Muchas veces la madre sabe por qué el bebé está llorando, pero otras veces no. Cuando se acerca al bebé y lo carga, tal vez se dé cuenta de que el bebé tiene hambre o que tiene frío. Le dará de mamar al bebé o lo cargará de manera muy cariñosa para quitarle el frío. Todo lo que ella hace viene a ser una clase de cuidado tierno para aquel bebé, a fin de que esté contento.
Después de que bautizamos a una persona, inmediatamente debemos considerarnos como tiernas madres lactantes. Incluso Pablo, el gran apóstol, llegó a ser una madre lactante; él se mostraba muy tierno para con los creyentes nuevos. Después de traer a la gente al Señor y bautizarlos en el Dios Triuno, debemos cuidarlos.
Después de que una persona nueva ha sido salva y bautizada, debemos comenzar a reunirnos con tal persona en su hogar. La mejor manera de llevar a cabo la reunión de hogar es sencillamente haciendo que este nuevo creyente se sienta feliz. Lo primordial y lo principal que debemos hacer es mantener contento a que este nuevo creyente. Tal vez algún hermano pregunta: “Después de bautizar a alguien y después de que se ha cambiado de ropa, ¿qué es lo primero que le debo enseñar? ¿la primera lección de las Lecciones de vida o la primera lección de las Lecciones de la verdad?” Usar estas lecciones en tal momento es como darle una especie de “azotaina” a aquel bebé recién nacido. Después de que el bautizado se ha cambiado de ropa y regresa a nosotros, debemos tener una actitud, apariencia y manera tan agradable que haga que esta querida persona también se sienta bien. Si en vez de ser tiernos, somos muy sobrios o estrictos en nuestra manera de ser hacia los nuevos creyentes, es posible que se ofendan y que no quieran que los volvamos a visitar. Mientras el recién bautizado se está cambiando de ropa, debemos aprender a ejercitarnos de tal manera que todo nuestro ser exprese un gozo contagioso. Luego, cuando él venga para reunirse con usted, tal vez usted se ponga de pie y lo salude diciendo: “¡Aleluya! ¡Qué bueno que ha sido salvo! ¡Felicidades!” Esto suavizará el corazón de él y hará que se sienta bien y feliz.
Debemos cuidar con ternura a los nuevos creyentes de modo que se sientan bien. Tenemos que aprender a hablar con ellos de la mejor manera. Todo lo que digamos debe decirse de manera muy agradable. Tal vez comencemos diciendo: “Esta Biblia es muy buena. Mire su encuadernación y cómo fue impresa. Es realmente bella”. Tal hablar hará que esta persona se sienta muy bien y estará contento de que hablemos más con él.
¿Cuántos de nosotros hemos ido a una casa con el propósito de tener una reunión de hogar que haga que la gente se sienta bien? Para nutrir y cuidar con ternura a los nuevos creyentes, tenemos que ser finos y tiernos. Algunos hermanos son muy entusiastas y ardientes. Su manera de hablar puede ser muy fuerte o tosca. Esto puede intimidar o asustar un poco a los nuevos creyentes. Otros hermanos son como predicadores, como graduados de una escuela de teología, siempre presentando porción tras porción de la Biblia para instruirlos. Sus gestos dan a la gente la impresión de que son orgullosos. Tal hablar, tal actitud, tal manera, siempre enfría los ánimos de los nuevos creyentes.
Si usted estuviera en un hogar hablando con un hombre, y luego el hijo de él, de cuatro años, entrara en el cuarto, ¿qué haría usted? Esto es una oportunidad. Tal vez usted simplemente extienda la mano y toque suavemente la cabeza del niño y hable con él. Esta es la mejor manera de suavizar el corazón del padre. Usted podría dejar de hablar con el padre y sólo hablar con este niño por unos cuantos minutos. Luego el padre se pondría tan contento que tal vez le diría a usted algo con respecto a su hijo. Cuidar a la gente de tal manera tierna no es fácil de aprender.
Supongamos que tres santos han traído a un viejito al Señor y lo han bautizado. ¿De qué manera deben reunirse con él? Mientras el hombre todavía se está cambiando de ropa, tal vez uno de los tres, una hermana joven, comience a cantar un canto acerca del gozo de la salvación. Muchas veces cantar un himno o un canto es la mejor manera de comenzar, pero usted tiene que cantar el canto apropiado, y tiene que cantarlo con la voz apropiada. Tiene que ser agradable y natural en su modo de cantar. Es difícil que yo les enseñe esto. Esto es algo que ustedes deben aprender por medio de la práctica. Pueden practicarlo hablando y cantando para sí mismos en casa, y también pueden practicarlo cada vez que estén con los nuevos creyentes.
Predicar el evangelio y ganar a la gente por medio de estar con ellos de una manera que los haga felices requiere mucho aprendizaje. En realidad, tal aprendizaje no tiene fin. Que yo les enseñe estas cosas no es fácil. Ustedes tienen que tomar los principios y aprender por medio de su propia práctica. No tomen este asunto a la ligera. No es suficiente tener algún conocimiento de la Biblia. También deben saber cómo cuidar a las personas de tal manera que los corazones de ellos estén abiertos a ustedes.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.