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Conocimiento de la vida, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-917-7
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CAPITULO SIETE

EL SENTIR DEL ESPIRITU Y
COMO CONOCER EL ESPIRITU

Ahora consideraremos el séptimo punto principal, es decir, el sentir del espíritu y cómo conocer el espíritu. Conocer el espíritu constituye un asunto básico en la experiencia de vida, porque toda experiencia de vida está en el espíritu.

En realidad, ¿qué es esto que llamamos el espíritu? ¿Cómo podemos conocer el espíritu? ¿Cómo podemos tocar el espíritu? Reconozco que tales preguntas no son fáciles de contestar. Explicar lo que es el espíritu resulta bastante difícil. Hablar del cuerpo es muy fácil, porque lo podemos ver y tocar. Hablar del alma tampoco es difícil porque, aunque el alma es abstracta, podemos percibirla y conocerla por sus funciones y acciones, tales como sus pensamientos, consideraciones, determinaciones, decisiones y sentimientos de satisfacción, enojo, tristeza o gozo. Pero hablar acerca del espíritu es algo verdaderamente difícil. Es difícil entender el espíritu, pero es mucho más difícil hablar de él. No obstante, intentaremos hablar del espíritu.

Romanos 8 habla del espíritu. Es difícil encontrar otro lugar en la Biblia que hable tan claramente acerca de nuestra condición en el espíritu. Por lo tanto, si queremos conocer el espíritu, es menester que prestemos atención a este pasaje.

I. CUATRO COSAS

Al hablar del espíritu, el apóstol emplea cuatro cosas:

A. La vida

En el versículo 2 él dice: “el Espíritu de vida”. Con esto nos muestra que el Espíritu mencionado aquí es el Espíritu de vida, el Espíritu que está relacionado con la vida, contiene la vida y pertenece a la vida. Luego en el versículo 6 él dice: “La mente puesta en el espíritu es vida”. Esto significa que la vida es el fruto del espíritu, y que el espíritu es el origen de la vida; por tanto, al tocar el espíritu, tocamos la vida. La vida y el espíritu están relacionados mutuamente; por tanto, podemos conocer el espíritu por medio de la vida. Aunque resulta difícil conocer el espíritu, es relativamente fácil comprender la vida.

B. La ley

En el versículo 2, el apóstol habla no sólo del “Espíritu de vida”, sino también de “la ley del Espíritu de vida”. Esto nos indica que el Espíritu mencionado aquí no sólo pertenece a la vida, sino que también tiene su propia ley. Por lo tanto, cuando él habla del Espíritu, habla de la vida e igualmente de la ley. El une estos tres: la vida, el Espíritu y la ley. La vida y el Espíritu no pueden ser separados; de la misma manera, tampoco pueden ser divididos la ley y el Espíritu. La vida es el contenido y el producto del Espíritu, mientras que la ley es la función y acción del Espíritu. Al tocar la vida tocamos al espíritu; al percibir la ley también percibimos el espíritu. Aunque el espíritu es difícil de encontrar, la ley no es difícil de buscar. Así que, por medio de esta ley podemos encontrar el espíritu.

C. La paz

En el versículo 6, el apóstol dice: “La mente puesta en el espíritu es vida y paz”. Esto significa que el resultado de poner la mente en el espíritu no sólo es la vida, sino también la paz. Por lo tanto, la vida es el fruto del Espíritu, y la paz también es el fruto del Espíritu. Cuando tocamos el espíritu, tocamos la vida e igualmente tocamos la paz. Así como la vida nos permite comprender al espíritu, así también la paz nos permite conocer por experiencia el espíritu.


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