Disfrutar las riquezas de Cristo para la edificación de la iglesia como Cuerpo de Cristopor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7932-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Como hemos visto en capítulos anteriores, desde el principio hasta el final de la Biblia, el concepto principal, central y básico que Dios tiene es que debemos comer a Jesús. Después que Dios creó al hombre, puso a éste delante del árbol de la vida, indicando que el hombre debía comer del árbol de la vida. Cuando el Señor Jesús vino, Él se presentó a nosotros como el pan de vida (Jn. 6:35). Él dijo: “El que me come, él también vivirá por causa de Mí” (v. 57). Esta palabra es muy enfática, definitiva y clara. No obstante, la mayoría de nosotros nunca oyó un mensaje en el cristianismo en el que se nos dijese que debemos comer a Jesús. Por tanto, no debemos confiar en aquellas enseñanzas del cristianismo que pasan por alto el concepto básico de la Biblia.
La Biblia menciona una y otra vez el asunto de la comida. No hay nada más básico que comer. Durante la pascua, el pueblo comía la carne del cordero y panes sin levadura (Éx. 12:3, 8, 15). En el desierto el pueblo comió maná día tras día (16:4, 35). Luego, al final de la Biblia, en el libro de Apocalipsis, el árbol de la vida es mencionado nuevamente: “Al que venza, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en el Paraíso de Dios” (2:7). Además, Apocalipsis 22:14 dice: “Bienaventurados los que lavan sus vestiduras, para tener derecho al árbol de la vida”. Por la eternidad nuestra porción es comer a Jesús, quien es el árbol de la vida.
Para entender cualquier versículo de la Biblia, siempre debemos tomar cuidado de su contexto. El contexto incluye tanto el capítulo como también el libro entero. Aquí presentaremos el concepto básico del libro de 1 Corintios. Los fundamentalistas y los pentecostales han dado un uso incorrecto a algunos versículos de este libro, o les han dado un énfasis exagerado. Es terrible emplear mal la Palabra. Con todo, no tengo ninguna intención de discutir con nadie. Antes bien, la carga que recibí del Señor es mostrarle a Su pueblo cuál es el concepto apropiado en la Palabra.
Los Hermanos de Plymouth, quienes publicaron varios libros sobre 1 Corintios, recalcaron principalmente las enseñanzas usadas para resolver los problemas de la iglesia en Corinto. Estos problemas abarcaban el matrimonio, la mesa del Señor, el cubrirse la cabeza y litigios entre hermanos. La Asamblea de los Hermanos enfatizó las enseñanzas halladas en 1 Corintios. Ellos usaron, por ejemplo, el versículo 26 del capítulo 14 para mostrarnos doctrinalmente cómo debemos reunirnos. En contraste con los Hermanos, los pentecostales dieron énfasis principalmente al capítulo 12 y otros versículos del capítulo 14.
Debemos retornar a la Palabra pura conforme al contexto y el espectro completo de 1 Corintios. A fin de encontrar una calle en una ciudad, es necesario ver toda la ciudad. Luego, uno sabrá qué dirección tomar para encontrar cierta calle. Si examinamos todo lo presentado en 1 Corintios, sabremos la posición que ocupan los capítulos 12 y 14, y sabremos también cómo se pueden resolver los problemas mencionados en 1 Corintios.
Cada libro de la Biblia tiene un comienzo particular. Génesis comienza con las palabras: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Mateo comienza con: “Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham”. Juan comienza con: “En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios”. El libro de 1 Corintios comienza de forma especial: “Pablo, apóstol de Cristo Jesús llamado por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, los santos llamados, con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro” (1:1-2). Esta salutación es única entre los sesenta y seis libros de la Biblia. Si yo hubiera sido Pablo, quizá habría sido muy sencillo, encabezando mi carta con las palabras: “A los hermanos y hermanas en Corinto” o “a los creyentes corintios”. Sin embargo, el discurso de Pablo es muy complicado, pues contiene al menos siete puntos. Primero, él dice: “A la iglesia”; segundo, “de Dios”; tercero, “que está en Corinto”; cuarto, “a los santificados en Cristo Jesús”; quinto, “los santos llamados”; sexto, “con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo”; y séptimo, “Señor de ellos y nuestro”.
Necesitamos al menos un mensaje para cada uno de estos siete puntos. La frase que está en Corinto es una frase especial. No dice que la iglesia está en los cielos ni en el aire. Dice que la iglesia está en Corinto. Esto significa que la iglesia es algo que existe en una localidad; en Corinto había una iglesia local. ¿Cuál es el significado de la frase santificados en Cristo Jesús, y cuál es el significado de los santos llamados? No somos llamados para ser santos, como se traduce en algunas versiones. Ya somos llamados, no como pecadores, publicanos, maestros ni eruditos, sino como santos.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.