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ESLABONADOS AL CRISTO COMPLETADO

El primer punto principal en la economía divina es el completar a Cristo. Cuando Dios creó el universo actual, empleó solamente seis días. Pero para completar a Cristo, Dios empleó treinta y tres años y medio. Dios pasó a través de un proceso largo para llevar a cabo el completar a Su Cristo. Hoy nuestro Salvador es este Cristo completado. El ha sido completado en la encarnación, en el vivir humano, en la crucifixión, en la resurrección, en hacerse el Espíritu esencial de vida, en la ascensión y en hacerse el Espíritu económico de poder. Cuando salimos a tocar las puertas, somos personas eslabonadas a esta Persona. Este Cristo nos ha eslabonado a Sí mismo y por medio de este eslabonamiento El nos envía a la gente como Sus embajadores. Cuando los heréticos mormones y testigos de Jehová salen a tocar las puertas de la gente, no están eslabonados a este Cristo. En su práctica de tocar puertas, no se encuentra la encarnación, el vivir humano, la muerte todo-inclusiva, la maravillosa resurrección, el Espíritu esencial de vida, la ascensión, ni el Espíritu económico de poder. Pero cuando nosotros salimos, salimos con todo el equipo del Cristo completado.

Me dijeron que cuando algunos santos jóvenes salieron por primera vez a visitar a la gente al tocar sus puertas, estaban temblando de temor. Si usted sale a visitar a la gente al tocar sus puertas y tiembla, esto significa que nunca ha recibido la visión de que usted está eslabonado al Cristo completado. Si se nos imparte una visión por medio de la comunión en este mensaje, ni nuestra mano ni nuestro brazo temblarán cuando tocamos la puerta, sino que estarán más fuertes que el acero. La mano con la cual usted toca las puertas de la gente no es una mano común, sino una mano con la encarnación, el vivir humano, la muerte todo-inclusiva, la maravillosa resurrección, el hacerse del Espíritu esencial, la ascensión, y el hacerse del Espíritu económico. Nuestro tocar las puertas de la gente es algo muy grande.

Algunos me dijeron que cuando salieron a tocar puertas se asombraron de que la gente que visitaron fueran bautizados dentro de muy poco tiempo. Aunque esto nos sorprenda, al Señor no le sorprende. El nos dijo que toda autoridad en el cielo y en la tierra le fue dada, y nos mandó ir con esta autoridad universal (Mt. 28:18-19). Esta autoridad universal se compone de y con la deidad de Cristo, la encarnación de Cristo, el vivir humano de Cristo, la muerte de Cristo, la resurrección de Cristo, el hecho de que Cristo es el Espíritu vivificante, la ascensión de Cristo, y el hecho de que Cristo es el Espíritu económico de poder. Salimos con esta autoridad que se compone de todas estas cosas.

Esta autoridad hace que usted sea una gran persona. Si el presidente de los Estados Unidos viniera a la casa de usted, el prestigio de él sería su autoridad y su poder para sojuzgarle a usted a lo sumo. Usted sería sojuzgado por su presidencia. De igual manera, tiene que darse cuenta de que cuando sale a tocar las puertas de la gente, usted es la persona más grande en esta tierra. Usted es una persona que está eslabonada al Cristo completado con toda la autoridad en el cielo y en la tierra encomendada a usted. Tocar las puertas de la gente, predicarles el evangelio, y llevarlos a ser bautizados es la manera de autoridad, la forma ordenada por Dios de extender el evangelio.

Recibí informes negativos de parte de algunos que me decían que el tocar las puertas no funciona. Una persona me dijo que salió por veinte días sin que nadie fuese bautizado. Esto es semejante a la ocasión cuando Pedro fue a pescar toda la noche sin pescar ni un pez (Jn. 21:3). Que pescara Pedro toda la noche en el tiempo más propicio para pescar y no pescara nada, fue asombroso. Si hubiera pescado cien peces, esto no hubiera sido asombroso sino normal. Que nosotros los cristianos, los embajadores de Cristo, salgamos y toquemos las puertas de la gente por veinte días sin que nadie se bautice es asombroso. Cuando estuve en Taipei, algunos estaban extáticos al decirme que habían bautizado a cinco personas en una noche. Tal acontecimiento, sin embargo, debe ser normal para nosotros porque somos personas grandes que están eslabonadas al Cristo completado, o sea, al Cristo procesado. Puede que el visitar a la gente al tocar sus puertas y bautizar a muchos sea una maravilla para nosotros. Para el Señor, sin embargo, no lo es. Para El, esto es normal.

¿Quién va a visitar a la gente al tocar sus puertas para que millones puedan ser bautizados? Nosotros necesitamos ser los que tomen esta responsabilidad, pero necesitamos preguntarnos a nosotros mismos qué tipo de personas somos. ¿Estamos eslabonados a este Cristo completado, o estamos eslabonados a nosotros mismos? Necesitamos salir como personas eslabonadas a este Cristo completado.

Sin completar a este Cristo, Dios no podría hacer nada. Podemos ver cómo el Ungido de Dios estaba siendo completado en los cuatro Evangelios en la encarnación, el vivir humano, la muerte y la resurrección. Al final de los cuatro Evangelios El regresó como el Espíritu vivificante con todas estas capacidades para soplarse a Sí mismo dentro de Sus discípulos, los cuales le habían recibido como vida. Luego este Cristo entró en ascensión para que pudiera revestir a los creyentes consigo mismo como el Espíritu económico de poder. Dios necesitaba completar a Cristo para poder llevar a cabo Su propósito eterno por medio de este Cristo, en este Cristo y con este Cristo. Cristo ha pasado a través de este proceso tan maravilloso, y hoy día estamos en el Cristo procesado, el Cristo completado. Yo tengo la carga de trasmitir esta visión a todo cristiano.

Algunos han dicho que tal vez el tocar las puertas de la gente funcione en Taiwan, pero no funcionará en otros países y otras regiones del mundo. No estoy de acuerdo con esto. Nuestro éxito depende de que si hemos sido eslabonados a este Cristo completado o no. Si estamos eslabonados a este Cristo completado podemos romper cualquier barrera. Toda autoridad en el cielo y en la tierra ha sido entregada a este Cristo, y El nos comisionó que saliéramos a hacer discípulos a las naciones. El Cristo completado de Dios está en nosotros y con nosotros. Eslabonados a esta persona maravillosa, podemos realizar Su comisión.