Vivir en y con la Trinidad Divinapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-6188-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-6188-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Ya hemos señalado que la economía de Dios no se funda en la ley sino en la fe. Gálatas 3 es un capítulo que describe el contraste que hay entre el Espíritu por fe, y la carne por la ley. Muchos creyentes en la provincia de Galacia habían sido descarriados por los judaizantes de la fe neotestamentaria a la ley antiguotestamentaria. Los judaizantes eran aquellos que le decían a la gente que además de creer en Jesús, tenían que guardar la ley. Esto forzó al apóstol Pablo a escribir su carta a los gálatas. Gálatas 3:1-2 dice: “¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó a vosotros, ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente como crucificado? Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?”. El Espíritu es la única bendición del evangelio del Nuevo Testamento, esto es, el Dios Triuno consumado impartido en nuestro ser. Los gálatas recibieron el Espíritu por el oír con fe, no por las obras de la ley. La nota 3 en Gálatas 3:2 de la Versión Recobro dice:
La ley era el requisito básico para la relación entre el hombre y Dios en Su economía antiguotestamentaria (3:23); la fe es el único requisito que el hombre necesita para contactar a Dios según Su economía neotestamentaria (He. 11:6). La ley está relacionada con la carne (Ro. 7:5) y depende de los esfuerzos de la carne, la misma carne que es la expresión del “yo”. La fe está relacionada con el Espíritu y confía en la operación del Espíritu, el mismo Espíritu que es Cristo hecho real para nosotros. En el Antiguo Testamento el “yo” y la carne desempeñaban un papel importante en la observancia de la ley. En el Nuevo Testamento Cristo y el Espíritu asumen la posición anteriormente ocupada por el yo y la carne, y la fe reemplaza la ley a fin de que vivamos a Cristo por el Espíritu. El hombre tiende por naturaleza a guardar la ley por su carne, lo cual se halla en las tinieblas del concepto humano y produce muerte y miseria (vs. 10-11, 24). Pero lo que Dios revela es que se reciba el Espíritu por fe, lo cual tiene lugar en la luz de Su revelación y produce vida y gloria (8:2, 6, 10-11, 30). Por lo tanto, debemos valorar la fe, y no las obras de la ley. Es por el oír con fe que hemos recibido el Espíritu para así participar de la bendición prometida por Dios y vivir a Cristo.
En 1 Timoteo 1:3-4 Pablo le dijo a Timoteo que mandase a algunos a no enseñar ninguna otra cosa que no sea la economía de Dios. Esta economía se funda en la fe y no en la ley. No pertenece a la dispensación antiguotestamentaria de la ley, sino a la neotestamentaria de la fe, la cual es el contenido de todo el Nuevo Testamento. La economía divina que se funda en la fe, debe explicarse claramente a los santos en la administración y pastoreo de una iglesia local.
Ver la economía divina es un asunto de niveles. Hace treinta años vi algo tocante a Su economía, al deseo de Su corazón, pero no lo vi con la profundidad que la veo hoy. Yo creo que después de que pase algún tiempo, el Señor me mostrará aún más. En cuanto a la profundidad de lo que vemos, lo más difícil está en nuestro entendimiento. Por esta razón el apóstol Pablo oró para que nosotros, los creyentes, recibiéramos un espíritu de sabiduría y de revelación (Ef. 1:17). Necesitamos que el espíritu vea y que la sabiduría lo entienda. Todo lo que hagamos debe tener como base la visión de la economía de Dios.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.