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Práctica de las reuniones de grupo, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0266-1
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CAPÍTULO TRES

ESTABLECER CREYENTES
EN LAS REUNIONES DE GRUPO

ENGENDRAR Y ESTABLECER NUEVOS CREYENTES

El proceder que la iglesia debe llevar a fin de practicar la manera ordenada por Dios de reunirnos y de servir se realiza, en primer lugar, ejerciendo el sacerdocio neotestamentario del evangelio a través de la predicación del evangelio al visitar a las personas. Primeramente tenemos que hacer que las personas sean regeneradas y bautizadas. Esto es producir nuevos creyentes al engendrarlos. Luego nosotros necesitamos establecer reuniones de grupo para edificar a los nuevos, para perfeccionarlos y para establecerlos. Establecer nuevos creyentes es más difícil que engendrarlos. Todos los padres saben que engendrar un hijo es fácil. Después del nacimiento de un niño, la madre tiene que alimentarlo varias veces al día. Aunque esto puede ser problemático, no es difícil. Sin embargo, educar un hijo durante más de veinte años no es fácil. Después de ser alimentado, el niño comienza a crecer. Con el tiempo, el niño será enviado al jardín infantil. Luego él tiene que ser enviado a la escuela primaria, a la escuela intermedia y a la escuela secundaria. En casa, los padres también tienen que hacer muchas cosas. Los padres tienen que instruir, corregir y disciplinar al niño. También ellos tienen que proveer el alimento, la ropa, el techo y muchas otras cosas. Es mucho lo que se tiene que hacer para criar a un niño en la forma adecuada. Después de más de veinte años, el niño se graduará de la universidad. Entonces él será útil, no solamente para ganarse la vida, sino también para hacer cosas que puedan ayudar a la sociedad. Establecer nuevos creyentes es el propósito de las reuniones de grupo.

Hechos 20 revela el corazón de Pablo y su práctica en cuanto a establecer creyentes. Él llamó a los ancianos de Éfeso para que se encontraran con él en Mileto y les dijo: “Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno” (v. 31). Él dijo: “Cómo nada de cuanto os pudiera aprovechar rehuí anunciaros y enseñaros, públicamente y de casa en casa” (v. 20). Pablo exhortaba y amonestaba a los creyentes, públicamente en las reuniones grandes y en privado de casa en casa. Él no rehusó decirles todas las cosas que ellos necesitaban para vivir sus vidas diarias conforme a la voluntad de Dios. Él les habló de todas las cosas relacionadas con el consejo de Dios, los misterios de la economía de Dios, y les dijo cómo llevar a cabo el plan eterno de Dios en cuanto al misterio de Dios, Cristo (Col. 2:2), y al misterio de Cristo, la iglesia (Ef. 3:4, 9-10). Establecer nuevos creyentes de la manera que lo hizo Pablo no se puede realizar sólo con las reuniones grandes de la iglesia. Aun las reuniones de hogar para alimentar a los creyentes no son suficientes para establecerlos de este modo. A fin de establecer nuevos creyentes de esta manera se requieren las reuniones de grupo.

Si solamente unos pocos santos conocen la manera apropiada de predicar el evangelio y de tener las reuniones de grupo, ellos podrán ir a donde quieran y establecer nuevos creyentes durante un corto periodo de tiempo. Ellos estarán desesperados por hacer que algunos sean salvos, y les enseñarán del mismo modo que lo hizo Pablo. Estos nuevos creyentes, que anteriormente tal vez hayan sido paganos que no sabían nada del cristianismo, tendrán una buena reunión de grupo en unos pocos meses. Muchos de nosotros, sin embargo, venimos de un trasfondo cristiano tradicional y no nos es fácil cambiar nuestro proceder. Incluso si practicamos las reuniones de grupo, es posible que no lo hagamos según la nueva manera. Nuestra vejez y falta de frescura perjudica nuestra práctica de las reuniones de grupo. Necesitamos un cambio en nuestro concepto. Todos podemos cambiar, pero que cambiemos o no depende de nuestro sentido de urgencia. No debemos meramente recibir estos mensajes, apreciarlos y estar de acuerdo con todos los puntos. Nosotros tenemos que estar desesperados por tener un cambio radical. Sin esta desesperación, aún tendremos las reuniones de grupo en la vieja manera con santos espiritualmente viejos y con el concepto viejo. Esto no es eficaz. Tenemos que ser motivados a tener un cambio. Necesitamos desesperadamente un nuevo comienzo y nuevas reuniones de grupo.


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