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Historia de la iglesia y las iglesias locales, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-585-8
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LA IGLESIA ESTA COMPLETAMENTE APARTE
DE LA RELIGION, LA FILOSOFIA Y LA JERARQUIA

Quiero señalar otra vez que la iglesia es completamente ajena a la religión, la filosofía y la jerarquía. Necesitamos entender lo que es la religión. La religión es adorar a Dios, servir a Dios, y hacer algo para Dios sin que uno tenga a Cristo como Espíritu. Es posible que lo que hagamos sea bastante bueno, sano y bíblico, pero si lo que hacemos está fuera de Cristo como Espíritu vivificante, estamos en religión.

Tampoco debe haber filosofía alguna en la iglesia. La filosofía se refiere al pensamiento, el concepto y el entendimiento humanos, que están incorporados en la opinión humana. Esta filosofía siempre es expresada en diferentes doctrinas. La doctrina puede ser una capa para la opinión humana. Hay cosas que parecen ser una doctrina bíblica cuando en realidad son la expresión del pensamiento, la opinión o la filosofía cristiana de una persona. Puede incluso ser una filosofía fabricada por uno mismo bajo la capa de enseñanzas bíblicas.

Tenemos que cuidarnos de usar nuestra mente aparte del Espíritu. Debemos tener temor de nuestros conceptos, nuestro pensamiento y nuestro entendimiento naturales. El entendimiento natural es en verdad venenoso. En las iglesias las personas más bendecidas son aquellas que son sencillas. Los que no son bendecidos son los que ejercitan mucho su intelecto natural. Necesitamos darnos cuenta de que nuestra mentalidad es el suelo donde el árbol del conocimiento crece para producir todo tipo de frutos de conocimiento.

Efesios 4:14 nos advierte que no seamos llevados por todo viento de enseñanza en las artimañas de hombres, en astucia con miras a un sistema de error. Las enseñanzas divisivas son organizadas y sistematizadas por Satanás para causar un error serio y así dañar la unidad práctica de la vida del Cuerpo. Satanás utiliza las enseñanzas bíblicas para meter a las personas en un sistema y así conducirlas al error sistematizado. Tenemos que estar alerta en cuanto a los conceptos y pensamientos naturales que yacen detrás de los vientos de enseñanza. Esto significa que tenemos que rechazar las filosofías de hombres y las enseñanzas que nos distraen de Cristo y la iglesia.

Además, debemos rechazar todo pensamiento o práctica de rango y posición en la iglesia. Los rangos y la jerarquía provienen de la lucha por el poder. Si un hermano es un anciano, no debe tener una sensación agradable cuando las personas le llaman anciano. No es muy bueno darle el título de anciano a un hermano. Queremos evitar todo concepto de rango en la iglesia. El término “anciano” no es ni debe ser un título. No tenemos el título de anciano entre nosotros, pero sí tenemos personas que son ancianos. No tenemos ninguna posición ni ningún título en la iglesia. Tenemos que aborrecer la jerarquía (Ap. 2:6). Esto es un insulto a Cristo. Es una vergüenza que a los clérigos se les llame “reverendos”. Solamente Cristo es reverendo. Sólo El es digno de recibir nuestra reverencia. En la iglesia no debe haber religión, ni filosofía, ni doctrinas o enseñanzas vanas, y no debe haber jerarquías, ni clero, ni rangos, ni posiciones, ni títulos. Todos los problemas, toda la confusión y todas las divisiones vienen de estas fuentes.

LA NECESIDAD DE TENER UNA VISION
DE LA META DE DIOS, LA IGLESIA

Todas las cosas negativas que hemos mencionado se han infiltrado en la iglesia a lo largo de su historia. Algunos santos pelearon contra estas cosas y defendieron la verdad. Ignacio, un gran defensor de la verdad, fue hecho mártir al principio del siglo segundo. Hemos visto que aunque Ignacio era un gran defensor de la verdad, él cometió un error porque no tenía una visión clara, una panorámica completa, de la iglesia. Casi todos los defensores de la verdad cometieron equivocaciones debido a lo mismo. Ignacio cometió una gran equivocación que resultó en el establecimiento del sistema episcopal. El lo hizo involuntariamente. Su intención era buena, pero él cometió un error debido a que no tenía una visión clara del Cuerpo.

Para fines del siglo sexto, el papado había tomado forma definida y se había establecido. Durante los cinco siglos y medio anteriores al establecimiento del papado, muchos de los llamados puritanos fueron levantados por el Señor para luchar por la verdad. Ellos amaban al Señor, amaban la Biblia, y se mantuvieron firmes al lado del Señor según lo que habían visto, pero casi todos ellos cometieron algunas equivocaciones. En el siglo segundo se empezó a usar la expresión Iglesia Católica. La que llaman Iglesia Católica se volvió muy mundana. Algunos de los santos fieles no convinieron con esto, y lucharon contra la mundanalidad de la Iglesia Católica. Esto fue algo muy positivo, pero ellos no tenían una visión clara del Cuerpo. Sólo estaban acertados en no ser mundanos. Lucharon contra la mundanalidad y se mantuvieron firmes en no ser mundanos. En cierto sentido, aquello fue bueno, pero en otro sentido, cometieron una equivocación en que se convirtieron simplemente en un grupo libre de cristianos no mundanos. No se preocuparon por el Cuerpo, la iglesia, el nuevo hombre, ni por la unidad. No se preocuparon por la meta de Dios; sólo se preocuparon por no ser mundanos. Hay muchos cristianos hoy que actúan según el mismo principio, el de preocuparse por cosas ajenas a la meta de Dios.

Según la historia de la iglesia, el poder humano, el gobierno humano, la jerarquía y las organizaciones humanas se infiltraron en la llamada iglesia y prevalecieron allí; pero no se le dio mucho lugar ni mucho terreno al Espíritu Santo. Surgió un grupo de puritanos que estaban muy en contra de aquello. Declararon que la iglesia tenía que estar bajo la autoridad del Espíritu Santo, y combatieron en contra del dominio humano que había en la iglesia. Pero, lastimosamente, no se preocuparon por el Cuerpo. Sólo se preocuparon por ser espirituales.

El primer grupo que mencioné, sólo se preocupaba por no ser mundano, y el segundo, sólo por ser espiritual. Sin embargo, ninguno de los dos grupos se interesó por la unidad. No les interesó el Cuerpo. Finalmente, estos grupos libres salieron de la Iglesia Católica, la iglesia general, y empezaron a reunirse ellos solos. La historia nos dice que estos grupos aun empezaron a excluirse mutuamente. Salieron de la Iglesia Católica por varias razones diferentes recalcando diferentes puntos, y tristemente empezaron a excluirse mutuamente. Surgieron diferentes grupos libres que no se recibían unos a otros.

La situación de hoy no difiere mucho de lo que aconteció en la historia pasada de la iglesia. Algunos grupos libres se inclinan sólo por el estudio de la Biblia; otros, por la espiritualidad. Aunque estas cosas son buenas, no son la meta que Dios tiene y no deben ser una excusa para causar divisiones. La historia de la iglesia nos muestra que la que llaman iglesia en sentido general, se degradó, y que aquellos que amaron al Señor, que amaron la verdad y que amaron la Biblia no recibieron una visión apropiada, adecuada, clara y completa de la iglesia. Aunque defendieron la verdad, cometieron equivocaciones que provocaron más divisiones en el Cuerpo de Cristo. Así que, le fue difícil al Señor encontrar vasijas para cumplir Su propósito. Esta es la razón por la cual la historia de la iglesia es, en general, una historia triste.

Si no tenemos la visión de la meta de Dios, estaremos conformes y felices con tener muchos avivamientos. Uno de los avivamientos más sobresalientes en la historia de la iglesia tuvo lugar en Gales en 1904 y 1905. Se dice que todos los teatros de Gales se cerraron y que nadie iba a ningún entretenimiento mundano los domingos. Todos iban a reuniones de iglesia. Pero esto no duró mucho. Aquello fue únicamente un avivamiento; no fue mucho lo que allí se logró para el cumplimiento del propósito eterno de Dios, esto es, la edificación del Cuerpo de Cristo. Aquel avivamiento fue maravilloso, pero nosotros también necesitamos considerar qué se alcanzó por medio de dicho avivamiento. Los avivamientos son muy buenos para traer personas a la salvación, pero no hay muchos resultados que redunden en el cumplimiento del propósito eterno de Dios.

Tenemos que saber claramente para qué estamos aquí. No estamos aquí solamente para estar separados del mundo. No estamos aquí solamente para ser espirituales. No estamos aquí para tener avivamientos y obras misioneras, ni para estudiar la Biblia. Estamos aquí para que el Señor recobre la iglesia. Por Su misericordia, tenemos que defender las verdades reveladas en la Biblia, pero en esta defensa no debemos cometer equivocaciones que dañen el Cuerpo del Señor. La manera de ser guardados de cometer equivocaciones en esta defensa es cuidar de la iglesia. Sin lugar a dudas no debemos ser mundanos, e indudablemente tenemos que permanecer en el Espíritu. La iglesia no debe tener religión, ni vanas enseñanzas, ni filosofías, ni organización humana, ni clero, ni jerarquía, ni mundanalidad, ni poder humano, y tampoco debe ser carnal. Pero no debemos defender nada del reino de Dios cometiendo errores graves. A fin de que seamos protegidos de cometer errores graves al defender algo que pertenezca a los intereses de Dios, necesitamos ver la iglesia.

PRACTICAR LA VIDA DE IGLESIA
SIENDO FUERTES Y RICOS EN EL ESPIRITU

Algunos jóvenes entre nosotros han sido verdaderamente salvos y son miembros de la iglesia. Son miembros del Cuerpo en la práctica, pero en su apariencia externa no expresan mucho de Cristo. Ellos necesitan tiempo para ser transformados. Quizás a algunos les gustaría “proteger” la iglesia no recibiendo jóvenes que sean “hippies”. Al hacer esto cometemos un grave error. Si tenemos esto en mente o si lo hacemos, es que nunca hemos visto lo que es iglesia. Esto no significa que la iglesia debe ser liviana o mundana, pero la iglesia no debe regular la apariencia exterior de las personas. Ambos caminos están equivocados.

A fin de practicar la vida apropiada de iglesia, tenemos que estar en el Espíritu, fortalecernos en el Espíritu y ser ricos en el Espíritu. Finalmente, no seremos livianos pero tampoco tendremos regulaciones externas. Cristo como la realidad estará dentro de nosotros en una manera que da vida, inspiración, revelación, dominio y victoria. Entonces la iglesia no será ni liviana ni exigente. Aunque las puertas de la iglesia están abiertas para todos, de todos modos las personas negativas serán dominadas. Es posible que algunas personas que son negativas lleguen a nuestro medio, pero con el tiempo, serán dominadas o ellas mismas se irán.

La iglesia no es una organización mundana ni una sociedad humana. La iglesia es algo de vida que tiene poder e impacto. Los ancianos no deben regular la iglesia en las cosas externas, pero sí necesitan ellos mismos ser siete veces intensificados con el Espíritu. Entonces no habrá regulación exterior, ni exigencia externa, ni liviandad. La vida de iglesia estará llena de libertad, sin embargo, se tendrá la demanda de la vida interior y el control interior del Espíritu Santo. Cuando alguien llega a nosotros, será convencido, dominado, capturado y arruinado para toda otra cosa, o permanecerá alejado.

En estos mensajes no tengo la intención de presentar una historia detallada de la iglesia. Mi carga es que nosotros aprendamos algunas lecciones para que no repitamos los errores de esta triste historia. No tenemos ningún interés en religión, filosofía, enseñanzas vanas, opiniones naturales, autoridad humana, organización humana, rango, posición, jerarquía ni clero. No convenimos con nada mundano, nada de la vida natural, ni con nada de la carne. Aunque no estamos de acuerdo con ninguna de estas cosas negativas, tampoco estamos dispuestos a usar normas para regular o para exigir de manera externa. ¿Entonces qué debemos hacer? Necesitamos acudir al Espíritu para ser quemados e intensificados con el Espíritu séptuplo (Ap. 4:5; 5:6). Entonces tendremos algo vivo y ardiente que tenga impacto, poder y la manera de ministrar las riquezas de Cristo a las personas. No tenemos que estar ansiosos en cuanto a guardar la iglesia o en cuanto a vigilar tantas cosas negativas. Creemos que el poder, la realidad, el peso y el impacto de Cristo como Espíritu vivificante están en la iglesia.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

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