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Economía neotestamentaria de Dios, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-252-9
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Actualmente disponible en: Capítulo 19 de 44 Sección 2 de 3

EL MOVER Y EL OBRAR
DEL ESPIRITU COMPUESTO Y RESIDENTE

La unción es el mover y el obrar del Espíritu compuesto y residente, el cual está tipificado completamente por el aceite de la unción, es decir, el ungüento compuesto, en Exodo 30:23-25. Este ungüento compuesto se compone de cuatro especias más un hin de aceite de olivas. Cinco elementos fueron combinados para ser un ungüento. Los grandes maestros entre los llamados Hermanos concuerdan en que el ungüento compuesto en Exodo 30 tipifica el Espíritu Santo. A mí me enseñaron esto, pero estos maestros nunca siguieron más allá para ver los ingredientes de este ungüento compuesto. Cualquier clase de compuesto tiene diferentes elementos como ingredientes. Ya que el ungüento compuesto es un tipo del Espíritu Santo, esto indica que el Espíritu Santo es un Espíritu compuesto. No solamente es el Espíritu de Dios, el cual fue tipificado por el aceite de olivas. Después de la resurrección de Cristo, el Espíritu de Dios estaba compuesto con la divinidad de la Deidad, más la humanidad del hombre Jesús, Su vivir humano, Su crucifixión (la muerte todo-inclusiva) y Su resurrección. Todos estos cinco elementos están compuestos en este Espíritu todo-inclusivo y vivificante (véase el Estudio-vida de Exodo, mensajes 157-163, y la nota 193 en Fil. 1). Por medio de leer los mensajes del Estudio-vida acerca del ungüento compuesto, usted podrá ver al Espíritu compuesto, todo-inclusivo, procesado, agregado, vivificante y residente. Este es Aquel que se mueve y actúa en nosotros. Su mover y Su actuar es la unción que nos unge todo el tiempo.

El ungir puede ser ejemplificado con el pintar de una mesa. Cuanto más es pintada una mesa, más capas recibe. Después de que muchas capas de pintura han sido aplicadas sobre la mesa, esta mesa queda llena de pintura. Podemos decir que el Espíritu que unge es la “pintura divina”. Esta Persona maravillosa, el Dios Triuno, es la pintura celestial y divina que está llena de elementos. Realmente, cualquier clase de pintura se compone de diferentes elementos combinados. La pintura divina no es una enseñanza ni una clase de inspiración, sino una Persona maravillosa, el Espíritu como el Hijo con el Padre, quien está lleno de elementos, de ingredientes. Todos tenemos que decir: “Señor Jesús, gracias por el pintar. Estoy aquí Señor, y abro mi ser a Ti para que me pintes más. Dame otra capa del ungüento compuesto”. ¿Qué clase de persona sería usted si recibiese una capa de esta pintura divina cada día por 365 días? Usted sería una persona llena de la pintura divina, una persona del Espíritu, una persona maravillosa.

ENSEÑA A LOS CREYENTES
ACERCA DE TODAS LAS COSAS
QUE PERTENECEN A LA PERSONA DE CRISTO

Esta unción nos enseña todas las cosas que pertenecen a la Persona de Cristo en relación con la Trinidad divina. La unción nos enseña que Jesús es Cristo, que Cristo es el Hijo, y que el Hijo está con el Padre. Si usted tiene a estos cuatro —Jesús, Cristo, el Hijo y el Padre— usted tiene vida eterna. Todos debemos declarar: “¡Aleluya! ¡Yo tengo la vida eterna!” Debido a que los cristianos tienen la vida eterna, nada los puede detener. El Imperio Romano hizo todo lo posible por matar a todos los cristianos, pero fracasaron. Esto nos muestra que cuanto más los opositores tratan de “enterrar” a los cristianos, quienes son los muchos granos de trigo, más florecen estos granos y producen muchos granos más. La sangre de los mártires crece y produce. Según la historia, cualquier gobierno que persigue a los cristianos es imprudente.

Debemos darnos cuenta de que cuanto más prosperamos externamente, menos crecemos. En este sentido, los sufrimientos son preciosos y queridos. Sin embargo, a ninguno de nosotros le gusta sufrir. Si todos nuestros hijos fuesen estudiantes sobresalientes y llegasen a ser abogados o médicos, ¿ayudaría esto a nuestro crecimiento en vida? Por otro lado, ¿qué pasaría si nuestros hijos fuesen malcriados y no muy brillantes? Tal vez usted se arrodillaría a orar: “Señor, ten misericordia de mí”. Cuando usted ora de esta manera, el Señor como el aliento divino entra en usted. El aliento es este Admirable. Cuando ora de esta manera puede ser que usted no entienda lo que está orando, pero siempre y cuando ore, el aliento entrará en usted.

Todos necesitamos respirar profundamente a este Admirable para recibirle en nuestro ser. Si el hijo de un padre se gradúa como médico, puede ser que el padre no ore mucho. Quizás sólo ore: “Señor, qué bueno eres. Gracias por mi hijo que es médico”. Tal vez él ore de esta manera sin respirar al Señor profundamente dentro de su ser. Sin embargo, si su hijo se enfermara y fuera enviado al hospital, probablemente clamaría al Señor, diciendo: “¡Oh Señor Jesús! No entiendo esta situación. Ten misericordia de mí, Señor”. Clamar así al Señor es respirar profundamente. Esta clase de oración desesperada abre un camino para que el Señor se dispense a Sí mismo como la vida eterna dentro de nuestro ser. Todos los sufrimientos y persecuciones ayudan a este impartir.


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