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Pláticas adicionales sobre la vida de iglesiapor Watchman Nee

ISBN: 978-0-87083-236-9
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2. LA REGION TIENE UN CENTRO

El segundo asunto es que en cada región se ve un centro, mientras que las iglesias no tienen un centro. La iglesia en Jerusalén no tiene control sobre la iglesia en Samaria. Aquí, todos los que estudian la Biblia saben que las iglesias son locales, y que la iglesia en una localidad no puede ejercer control sobre una iglesia en otra localidad. Además, la iglesia en una localidad no puede controlar a las iglesias en muchas localidades. La extensión más amplia de una iglesia está limitada a su propia localidad. No debe haber un concilio distrital ni un centro de operaciones para la iglesia. Sin embargo, con respecto a la obra no es así, porque la obra tiene un centro. Es por esto que a partir del libro de Hechos podemos decir que Jerusalén es un centro en una región, mientras que Antioquía es un centro en otra región.

La característica especial de Jerusalén

Yo no sé si ustedes pueden ver que, sin un centro para la obra, Jerusalén viene a ser una dificultad para nosotros en vez de ser una ayuda. Toda la Biblia revela que las iglesias son locales, pero parece que Jerusalén es en cierto modo especial. Aunque la Biblia entera revela que las iglesias son locales, parece que Antioquía también es especial. Como consecuencia, ustedes pueden ver que Antioquía también viene a ser una dificultad para nosotros en vez de ser una ayuda.

Hoy hemos visto claramente que la iglesia en Antioquía es una cosa, mientras que Antioquía como un centro para la obra es otra. Cuando hablamos de las iglesias, Jerusalén está en la misma posición que Antioquía y también en la misma posición que Samaria. Pero cuando hablamos de la obra, Jerusalén es el centro de la obra. El mandamiento de Dios fue que ellos serían testigos “en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hch. 1:8). Por lo tanto, Jerusalén era un centro de la obra.

De este modo, en Hechos capítulo trece, cuando hubo otro comienzo en Antioquía, Antioquía se convirtió en otro centro de la obra. Fue el Espíritu Santo quien dio comienzo a la obra en Jerusalén; aquí fue el Espíritu Santo el que de nuevo produjo otro comienzo en Antioquía. En ambos lugares fue el Espíritu Santo el que empezó la obra. En Antioquía vemos que algunos salieron a otros lugares para hacer una obra. Cuando las iglesias llegaron a existir, los ancianos fueron designados para ser responsables de sobrever a la iglesia. Pero parecía que Antioquía los controlaba, porque los obreros vivían en Antioquía.

Pedro también era anciano

Aquí vemos el valor de Jerusalén. Al leer las Escrituras también vemos el valor de que Pedro fuese un anciano en Jerusalén. En el pasado solamente prestamos atención a Pedro como apóstol, y no a Pedro como anciano. El ocupaba una doble posición. Con relación a la localidad de Jerusalén, Pedro era anciano, Jacobo era anciano y Juan también era anciano; pero con relación a la obra, todos ellos eran apóstoles. Por lo tanto, cuando escribían cartas a la iglesia en Antioquía, ellos las endosaban como apóstoles y ancianos. De otro modo, hubiera sido imposible que los ancianos en Jerusalén escribieran y dieran órdenes a la iglesia en Antioquía, porque la iglesia en Antioquía también tenía ancianos. Como ancianos, ellos tomaban ciertas decisiones por la iglesia en Jerusalén; como apóstoles, ellos también tomaban las mismas decisiones para la obra.

Hoy entre nosotros este asunto es muy claro. Al menos, para nosotros este problema está enteramente resuelto y pertenece al pasado; no solamente pertenece al pasado sino que esta misma enseñanza ha sido gloriosamente manifestada. Esta vez hemos visto que la obra de Dios se lleva a cabo en una región entera. Para Su obra Dios desea establecer una localidad como centro. Todos los obreros deben estar centralizados en esa localidad, a veces saliendo y a veces regresando. En otras palabras, los ancianos son responsables de una iglesia local, pero si la localidad también es un centro para la obra, entonces no solamente los ancianos llevan la responsabilidad, sino que los obreros también deben ser ancianos allí para participar de la responsabilidad de los asuntos de la iglesia.

Las Escrituras no ofrecen ningún ejemplo de la práctica común de enviar obreros a residir en una localidad. Eso no es correcto a menos que un obrero emigre a una localidad para ser un anciano allí. Por ejemplo, un obrero debe vivir en Jerusalén; de otro modo, él debe trasladarse a otra ciudad para ser responsable como anciano en esa localidad. Si él desea ser solamente un obrero, debe vivir en Jerusalén.

Por tanto, con respecto a la acusación hecha por la iglesia contra Pedro durante los últimos dos mil años, tenemos que decir que Pedro no estaba equivocado. ¿De qué ha acusado la iglesia a Pedro durante estos últimos dos mil años? De no haber dejado a Jerusalén. Pero fue correcto que Pedro permaneciese en Jerusalén. No estaba equivocado. Se ha dicho que Pedro debía haber partido de Jerusalén, pero, ¡yo no creo esto! ¿Quién asegura que el Señor deseaba que Pedro y Juan salieran de Jerusalén? Algunos han dicho que Pedro y Juan hicieron que la persecución viniera sobre la iglesia en Jerusalén porque ellos no salieron. Pero esto no tiene base bíblica. Si el Señor deseaba que Pedro y Juan partieran de Jerusalén, El pudo haber hecho que la persecución cayese sobre Pedro y Juan, y no sobre la iglesia. No es justo que yo esté equivocado y que otros sufran. Si el Señor hizo que otros sufrieran, entonces seguramente no estoy yo equivocado. Si no hubiera sido correcto que Pedro y Juan permaneciesen en Jerusalén, Dios debería haber reprendido a Pedro y a Juan y no a la iglesia en Jerusalén.

Sin embargo, el Señor dijo que “porque no sois del mundo”, el mundo os aborrecerá, y si el mundo me ha perseguido a Mí, “también a vosotros os perseguirá”. Por eso, cuando seguimos al Señor, vemos que la razón por la cual el mundo nos odia es porque no somos del mundo. La persecución no ocurre porque no dejamos nuestro hogar; de otro modo, todos los cristianos que dejan sus hogares no serían perseguidos. Quiero decirles que tanto los cristianos que permanezcan en su lugar de origen como los cristianos que no, serán perseguidos.


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