Nuestro espíritu humanopor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-259-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Romanos 8:10 dice que “el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu es vida a causa de la justicia” (lit.). Si usted es fiel al Señor, se dará cuenta de que, por un lado, su espíritu adentro está tan vivo, lleno de vida, pero, por otro, su cuerpo está muerto porque está caído e incapacitado. Algunos hermanos y hermanas físicamente débiles aman muchísimo al Señor y son muy fieles a El. Ellos descubrieron que su espíritu adentro está tan vivo, lleno de vida, pero su cuerpo afuera está incapacitado, débil y muerto debido al pecado que heredamos de Adán. Así que necesitamos que nuestro cuerpo sea redimido, que es la redención plena (Ro. 8:23; Fil. 3:21). Nuestro espíritu ha sido regenerado, pero nuestro cuerpo aún no ha sido redimido. Tenemos la esperanza de que algún día disfrutemos la plena filiación, la redención de nuestro cuerpo.
Romanos 8:16 dice: “El Espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (lit.). Este versículo claramente nos dice que existe el Espíritu de Dios y existe nuestro espíritu y que estos dos espíritus son uno. El Espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu. Los dos espíritus trabajan juntos como uno. Primero, este versículo nos dice que hay dos espíritus, es decir el Espíritu de Dios y nuestro espíritu. En segundo lugar, este versículo nos dice que estos dos espíritus trabajan juntos y en tercer lugar nos dice que estos dos espíritus trabajan juntos para la filiación.
Romanos 12:11 dice que necesitamos ser “fervientes en espíritu”. Necesitamos ser ardientes. Esto quiere decir que primero usted es quemado y luego quema a otros. Necesitamos ser ardientes en nuestro espíritu. Somos encendidos por el Espíritu ardiente (Ap. 4:5) y entonces encendemos a otros. ¡Oh, que seamos fervientes! ¡Que seamos ardientes! ¡Que estemos encendidos! Entonces sirve usted al Señor.
Apolos en Hechos 18:24 es un ejemplo de esto. El era “de espíritu fervoroso” (18:25). El conocía la Biblia, pero aún no entendía con mucha claridad la economía de Dios, el camino de Dios. Sin embargo, era ferviente en espíritu.
En Hechos 17:16 Pablo fue provocado en su espíritu por los ídolos en Atenas. Luego en Hechos 19:21 él se propuso en su espíritu; él no se resolvió ni se decidió en su voluntad, sino que se propuso en su espíritu. Luego en Hechos 20:22 él estaba “ligado en el espíritu”. El previo que sería ligado, capturado y encarcelado (20:23). Antes de que su cuerpo fuera ligado, su espíritu fue ligado. Por estos versículos podemos darnos cuenta de que Pablo era una persona que vivía, andaba, obraba, actuaba y se movía en su espíritu.
Primera de Corintios 2:4 dice que cuando Pablo vino a Corinto por primera vez ni su palabra ni su predicación fue “con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu”. La palabra y predicación del apóstol no fueron de su mente con palabras de especulación, sino de su espíritu con la liberación y exhibición del Espíritu, y por tanto, de poder. En todo lo que hagamos, tenemos que demostrar al Espíritu, no nuestra sabiduría, elocuencia, erudición ni logro. Debemos demostrar al Espíritu por medio de nuestro espíritu en una forma simple.
Primera de Corintios 2:11 dice que sólo el espíritu del hombre sabe las cosas del hombre. Muchas personas que son sumamente educadas no saben qué son, quiénes son, dónde están o adónde van. Sólo el espíritu del hombre conoce las cosas del hombre. Tenemos que ir a nuestro espíritu.
Si usted tiene algún problema con su esposo, tiene que ir a su espíritu. Si tiene algún problema con su esposa, ¡vaya a su espíritu! ¡Entonces sabrá! ¡El espíritu del hombre sabe! ¡Su espíritu sabe! Si no sabe claramente qué tiene que hacer con su esposa, su esposo, sus hijos o sus hermanos, vaya a su espíritu. Si no sabe cómo tratar con sus hermanos en el Señor, vaya a su espíritu. Si no sabe qué hacer con los problemas de la iglesia, con un asunto de la iglesia, acudan a su espíritu. El espíritu del hombre lo sabe porque es la realidad del hombre. Además, el Espíritu de Dios revela al hombre en su espíritu (1 Co. 2:11-12) las cosas de Dios y la situación, la condición, del hombre. Así que si queremos conocer las cosas del hombre y las cosas de Dios, tenemos que venir a nuestro espíritu. Aquí sabemos las cosas del hombre y es aquí que vemos las cosas de Dios. Todos tenemos que venir a nuestro espíritu. Entonces somos personas en el espíritu, hombres espirituales y no hombres del alma. El hombre del alma no recibe las cosas del Espíritu de Dios (1 Co. 2:14). El hombre del alma es un hombre gobernado por su mentalidad. Cuando nos volvemos al espíritu y permanecemos en el espíritu llegamos a ser hombres espirituales.
En 1 Corintios 2:13-16 y 3:1-3 hay tres clases de personas: los espirituales, los del alma y los carnales. La persona del alma es uno que vive conforme a su mente, emoción o voluntad. El no conoce ni le importa su espíritu. El sólo vive, trabaja y anda conforme a su alma. La persona carnal es uno que anda y vive conforme a la concupiscencia de su cuerpo caído, la carne.
Una persona carnal fácilmente critica, condena y desprecia a otras personas. Puede que la otra persona sea muy buena, siempre cuidadosa, llena de consideración y cuidado por otros. Aun si yo fuera tan pobre, tan malo y tan feo, esa persona buena no diría ninguna palabra mala de mí. Sin embargo es posible que esta persona buena todavía sea un hombre del alma debido a que aun no sabe que tiene un espíritu. Puede ser que trabaje en su doctorado en sociología y aprenda como ser humanístico ejercitando su mente. Por otro lado, un hombre espiritual es uno que anda no conforme a la carne, ni conforme a ninguna cosa del alma, sino conforme al espíritu. Ahora él es un hombre espiritual de modo que tiene el discernimiento espiritual; puede saber las cosas espirituales y aun puede saber todas las cosas del hombre. Un hombre espiritual es un hombre sabio. Mientras más vive usted en el espíritu, más tiene el discernimiento sabio de todas las cosas, aun de las cosas de Dios.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.