Información del libro

Entrenamiento de perfeccionamientopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-4812-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 17 de 56 Sección 1 de 3

CAPÍTULO DIECISIETE

VIVIR A CRISTO
AL SER LLENOS DE LA PALABRA

Debemos tener muy claro que ningún asunto de la vida depende mucho del conocimiento. Es posible que usted conozca esto y aquello acerca de la vida, pero el conocimiento no resuelve nada que se relacione con la vida. El asunto de la vida tiene que ver con la vida misma. Entonces, no importa cuánto conocimiento tengamos de la vida espiritual, si estamos fuera de esa vida, no significa nada.

TRAMPAS QUE NOS FRUSTRAN VIVIR A CRISTO

En el curso de los años que hemos estado en el recobro del Señor, el Señor nos ha mostrado que Su intención es simplemente ser nuestra vida de modo que podamos vivirlo a Él. Esto es simple. Probablemente hayan escuchado esto por años, pero realmente debo decirles que ustedes no han adoptado el hábito de vivirlo a Él. Hay muchas razones por las que no han entrado en la experiencia habitual de vivir a Cristo. Tal vez su deseo de hacer ciertas cosas sea una razón. Quizás les guste algo insignificante como un par de zapatos o unos lentes o un anillo, y que eso les haya impedido entrar en la experiencia de vivir habitualmente a Cristo. Aun cuando sepan de muchas razones que les obstruyen y les impiden vivir a Cristo, tal vez no se percaten de que algunas de ellas pertenecen al campo religioso. Cualquier cosa que pertenezca al campo, el círculo, la esfera, el dominio de la religión puede ser una trampa. Si usted no está en su espíritu contactando al Señor vivo a través del Espíritu y la Palabra viviente, todo lo relacionado a la llamada religión cristiana es una trampa.

Desde mi juventud, aunque yo no sabía nada sobre el cristianismo, escuché que necesitamos orar. Aún recuerdo que, cuando yo tenía diez años, mi segunda hermana estaba lejos de casa estudiando en una universidad, y solíamos mantener correspondencia con ella y mi madre me ayudaba a escribir una carta sencilla. Ella siempre me decía que concluyera la carta con esta bendición: el Señor esté contigo. No sabía lo que eso significaba, pero cada vez que escribía, concluía con esa frase. Algunas veces escribía: que la paz del Señor esté contigo. ¿Quién era el Señor? No lo sabía. ¿Qué era la paz? No lo sabía. Eso sólo era un término religioso con el cual solía concluir la carta. Este ejemplo puede ayudarlos a que se den cuenta de que han estado diciendo y escribiendo muchas cosas, incluyendo buenos términos bíblicos, términos espirituales y términos santos, pero aun así, eran simplemente palabras. Realmente no saben lo que todo eso significa. Han estado atrapados ahí debido a que pensaban que sabían lo que significaba, cuando en realidad no conocían su significado.

Muchos cristianos oran, pero su oración es una trampa. Antes de conocer al hermano Nee, cuando la gente me pedía que orase por ellos o por su padre o por su madre o por esto o por aquello, inmediatamente respondía que lo haría. Luego estuve con el hermano Nee y noté que muchas personas venían a él pidiéndole que orase por ellos. Cuando ellos le hacían tal petición, él era muy frío. No tenía expresión, ninguna reacción, ninguna respuesta: nada. Presencié esto no sólo una vez, sino una y otra vez. Estuve a su lado bastante tiempo, y cuando la gente venía a él, quería que yo estuviera cerca para que pudiera observar la situación. Gente mayor, jóvenes, pastores, ministros y pecadores le pedían al hermano Nee que orase por ellos; pero él era frío, incluso permanecía impasible sin mostrar ninguna expresión. Finalmente, a través de varias pláticas, llegué a comprender que él tenía una razón para hacer eso. Él indicó que no podía prometerle a una persona que él oraría por ella, porque la oración no es algo que dependiera de él. No debía ser iniciada por él. Dijo que la oración siempre depende del Señor. Si el Señor iniciaba la oración, él oraría; no tendría otra opción. Si el Señor no la iniciaba, entonces hacer una oración sería algo arrogante y un pecado de altivez. Él no deseaba involucrarse en ninguna clase de altivez. Por esto pueden ver que muchas oraciones se han convertido en una trampa para ustedes, atrapándoles y llevándoles a hacer algo alejados de Aquel que es Viviente.

El Señor dijo: “Separados de Mí nada podéis hacer” (Jn. 15:5); pero en realidad podemos hacer muchas cosas separados de Él. Podemos orar, podemos leer la Biblia, podemos predicar el evangelio, podemos hacer todo dentro de la actual religión cristiana. Pero todas estas cosas las hacemos por nosotros mismos, y no por el Señor. Algunos quizás digan que separados de Él no pueden hacer milagros. ¡Gracias al Señor que no pueden hacer milagros separados de Él! Es maravilloso que existen algunas restricciones, que haya algo que no podemos hacer solos. Pero uno puede hacer todo lo ordinario, y lo hemos hecho bastante; pero nunca nos hemos percatado de que todas son trampas que el enemigo usa para atraparnos. No piense en alguien más; piense en usted mismo. Día tras día usted ha sido atrapado haciendo esto y lo otro. No me refiero a que está siendo atrapado por algo mundano o pecaminoso. Todo lo que lo atrapa es muy “cristiano”. No diría espiritual; pero de todos modos estas cosas siempre lo atrapan a uno. Lo atrapan y le mantienen alejado de vivir a Cristo. Todas estas cosas son usadas por el enemigo con una sola meta y propósito, a saber, impedir que usted viva a Cristo. Estas palabras que Cristo dice en el libro de Juan son muy sencillas: “Permaneced en Mí, y Yo en vosotros [...] Separados de Mí nada podéis hacer” (Jn. 15:4-5). Esta palabra es muy simple, pero puedo decirles que ni siquiera unos pocos permanecen realmente en esta palabra. Ustedes han caído en la trampa y han sido sacados de esta palabra. Cuando oran, ¿realmente permanecen en Él? Cuando leen la Biblia, ¿la leen permaneciendo en Él? Si éste no es el caso, están atrapados. Si no permanecen en Él, la oración es una trampa; si no permanecen en Él, incluso la lectura de la Biblia es una trampa.

A muchos cristianos sólo les interesa conocer las doctrinas; no les interesa tener una experiencia sustancial y genuina de una persona viviente. Por muchos años estuve con los Hermanos, que son famosos por que conocen las doctrinas. Toda la ayuda que recibí de ellos se tradujo simplemente en conocimiento; muy poco se relacionaba con la experiencia de vivir a Cristo. Después recibí la ayuda para experimentar a Cristo y poner los ojos en el Señor para poder experimentar a este Cristo viviente, en vez de tener tanto conocimiento que no tiene nada que ver con Él. Ustedes pueden ver que el conocimiento doctrinal o atender a los puntos doctrinales es una trampa. Ésta es mi experiencia.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top