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UN SOLO REBAÑO

Debemos ahora proseguir a Juan 10:16. Aquí Jesús nos habló acerca de un solo rebaño: “También tengo otras ovejas que no son de este redil; es preciso que las guíe también, y oirán Mi voz; y habrá un solo rebaño, y un solo Pastor”. El rebaño alude a una entidad corporativa. No somos ovejas cada uno individualmente; ¡somos un rebaño! Por lo tanto, tenemos que ser reunidos como un solo rebaño. Es en la iglesia donde verdaderamente somos reunidos. La iglesia es donde el rebaño es reunido. Si somos ovejas individuales, seremos muertos. Debemos estar con el único rebaño, y este rebaño es la vida de iglesia apropiada. ¡Alabado sea el Señor porque hay un solo rebaño y un solo Pastor!

UN SOLO PAN

En Juan 12:24 el Señor nos dijo algo más acerca de la novia corporativa: “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”. El Señor era un solo grano de trigo que cayó en la tierra y murió a fin de producir muchos granos. Pero estos muchos granos no son granos por separado, sino que deben ser molidos hasta convertirse en flor de harina a fin de hacer un solo pan. Este único pan es la iglesia (1 Co. 10:17). La iglesia es un solo Cuerpo, un solo pan, producido por la producción masiva del único grano. Jesús cayó en la tierra y murió, pero en Su resurrección todos fuimos resucitados como granos para llegar a ser un solo pan. Hablando con propiedad, no existe una postura individualista; debemos ser parte del único rebaño y del único pan.

MUCHOS PÁMPANOS, PERO UNA SOLA VID

Luego en Juan 15 vemos la única vid con todos los pámpanos. “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en Mí, y Yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de Mí nada podéis hacer” (v. 5). Esto también se refiere a la iglesia, la novia corporativa. Hay muchos pámpanos, pero un solo árbol. No piense que usted puede ser un pámpano que está separado de la vid. En ese caso, usted ya se ha marchitado, puesto que ha sido cortado de la vid. ¡Alabado sea el Señor porque somos muchos pámpanos que están en la única vid! Ésta es la vida de iglesia apropiada.

LA ORACIÓN POR LA UNIDAD

Todos debemos comprender que la meta de todo es el Cuerpo. La iglesia no es simplemente un grupo de creyentes individuales; más bien, es el Cuerpo de Cristo edificado. Es por ello que el Señor oró en Juan 17 pidiendo que todos fuéramos uno: “Para que todos sean uno; como Tú, Padre, estás en Mí, y Yo en Ti, que también ellos estén en Nosotros; para que el mundo crea que Tú me enviaste. La gloria que me diste, Yo les he dado, para que sean uno, así como Nosotros somos uno. Yo en ellos, y Tú en Mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo conozca que Tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a Mí me has amado” (vs. 21-23). El Señor Jesús en esta oración pidió por la unidad, y esta unidad es la vida de iglesia. ¡Todos los cristianos deben ser uno! Es por eso que rechazamos cualquier clase de división. No debemos dividirnos por ninguna clase de doctrinas ni ordenanzas. Si usted habla en lenguas y yo no, con todo, debemos ser uno. Si usted es bautizado por inmersión y otro no, aun así, los dos deben ser uno. Independientemente de nuestra preferencia, debemos ser uno.

Experimentar la unidad y ser edificados como un solo Cuerpo es algo que está fuera del concepto y práctica del cristianismo actual. Todos forman su propio grupo conforme a sus gustos. Pero en tanto que todos creamos en el Señor Jesús y hayamos sido regenerados, somos uno. Créanme, el Señor hoy en día está reuniendo a todos los cristianos que le buscan para que sean uno. Son muchos los cristianos que están reuniéndose para ser edificados y participar en esta unidad. Esto está ocurriendo no solamente en los Estados Unidos, sino en toda la tierra. Muchos creyentes que buscan a Cristo están a favor de esta unidad hoy. No me refiero a cierta clase de unificación; pues eso es algo del diablo. Ya somos uno; así que no necesitamos ser unificados. Somos uno en Él; pues todos tenemos Su vida en nuestro interior.

LA UNIDAD EN LA GLORIA

El Señor también oró por nuestra unidad en la gloria. ¿Qué es la gloria? Es simplemente la expresión de Cristo. Jesús como Hijo de Dios tiene gloria a fin de expresar a Dios. Ahora Jesús nos ha dado esta gloria que expresa a Dios. ¡Ahora, en esta gloria, en esta expresión de Dios, somos uno! No promovemos la expresión de la inmersión, la aspersión, el hablar en lenguas ni de ninguna otra cosa. Todas esas cosas dividen a los santos. Lo que deseamos es la expresión de Cristo. Hasta el día de hoy la oración que el Señor hizo en Juan 17 no se ha cumplido plenamente. Satanás ha usado todas sus estratagemas y elementos divisivos para dividir a los santos. Muchos han venido a nuestras reuniones y han dicho que no les gusta esto o aquello. Pero ¿quiénes son ellos? A ellos quizás no les guste, ¡pero al Señor sí! En tanto que no tengamos ídolos, ni haya fornicación ni división, y en tanto que reconozcamos a la persona divina de Jesús y Su obra redentora, somos uno. No debemos oponernos a otros en nada, ni tampoco imponerles nada. Mientras todos expresemos al Señor Jesús, con eso basta.

En el Evangelio de Juan, vemos que Jesús lo es todo para nosotros con el propósito de producir la novia. Esta novia es el templo de Dios, el edificio. También es la vid, el único rebaño y el único pan. Esta novia es la vida de iglesia apropiada que practica la unidad de todos los creyentes. ¡Alabado sea el Señor! Éste es el recobro del Señor. El recobro del Señor no se lleva a cabo por medio de enseñanzas, sino tomando a Cristo como nuestra vida y como nuestro todo.