Entrenamiento de perfeccionamientopor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4812-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Conforme a nuestra vida física, podemos entender y ver una representación completa acerca de que vivir es simplemente respirar. Ahora debemos determinar en qué consiste nuestra respiración espiritual. No cabe duda que nuestra respiración espiritual es simplemente orar. Pero esto no significa orar de la manera tradicional. En la práctica, orar en la Biblia equivale a invocar. No creo que ustedes puedan orar adecuadamente sin invocar el nombre del Señor. En los inicios del ministerio en este país, dije enfáticamente que no es necesario ejercitar nuestra mente para estudiar la Biblia a fondo. Algunos disidentes se opusieron alegando que la Biblia dice que debemos meditar. Ellos señalaban que los salmos 1 y 19 mencionan la palabra meditar varias veces. Eso realmente me perturbó; así que pasé varias horas estudiando la palabra hebrea traducida “meditar”. Descubrí que ésta no era una palabra sencilla, sino que era bastante complicada. La concordancia de Young dice que esta palabra incluye el significado de inclinarse o bajar la cerviz. Luego en la versión New Translation de Darby, en Salmos 55:17 él usa la palabra orar. Así que, conforme al uso bíblico, la palabra meditar significa “inclinarse, adorar y orar”, y no meramente un ejercicio mental que se realiza al pensar en algo, al meditar sobre algo o al considerar algo. Al final de Génesis 24 dice que, a la hora de la tarde, Isaac salió a meditar al campo. Aquí algunas versiones traducen esto como orar. Si usted no conociera la palabra original en hebreo, se sentiría perturbado. ¿Cómo es que al traducir esta palabra, una versión usa la palabra meditar y otra la palabra orar? Es porque esta palabra sencilla, meditar, en el uso bíblico, indica inclinarse ante Dios y también implica orar.
En el mismo principio, cuando la Biblia menciona la palabra orar, ésta implica invocar el nombre del Señor. ¿Cómo puede usted orar sin invocar el nombre del Señor? Al escuchar la palabra invocar, tal vez entiendan que esto significa clamar en voz alta. Ciertamente tiene este significado, pero muchas veces podemos invocar sin necesidad de gritar y, aun así, estamos invocando. En Efesios 6 se usa la frase con toda oración. Esta pequeña palabra que se tradujo “toda”, perturba a los expositores. Toda ciertamente implica muchas oraciones o muchos tipos de oraciones. Los mejores estudios de las palabras están de acuerdo que en Efesios 6 toda denota toda clase de oraciones. Pero ¿cuáles son las diferentes oraciones? Yo diría esto: las diferentes clases de oraciones deben ser ilimitadas. Usted puede decir que sólo tenemos tres tipos de sillas, pero no puede ni debe decir que sólo tenemos diez clases de oraciones u ocho clases de oraciones. El número de los diferentes tipos de oraciones debe ser innumerable. Hay muchas clases de oraciones. No se pongan límites en cuanto a los tipos de oraciones; tienen que orar de cualquier manera. Orar equivale a invocar. Cuando usted dice orar, tal vez no se percate de que orar involucra una especie de respiración. Ahora bien, si después de orar usted invoca, verá que invocar ciertamente conlleva cierto grado de respiración. Así pues, en la vida espiritual orar equivale a respirar, y respirar equivale a vivir. Lo que he aprendido en esta semana pasada es que vivir a Cristo equivale a orar sin cesar, y orar sin cesar es simplemente invocar el nombre del Señor durante cualquier actividad que hagamos.
Ahora añadiré una palabra que es muy crucial. Tal vez ustedes pregunten: “¿Para qué se necesita invocar al Señor?”. En la última reunión les dije que hay muchos miembros en la iglesia por los cuales orar. Eso es correcto. Pero déjenme decirles que según lo que he descubierto esta semana pasada, ustedes deberían orar mientras están haciendo cualquier actividad. Deberían invocar al Señor. Mientras están haciendo algo, deben verificar espontáneamente con ustedes mismos: “¿Soy yo quien hace esto o es el Señor quien lo está haciendo junto conmigo? ¿Estoy haciendo esto por mí mismo o lo hago junto con el Señor quien está conmigo?”. Necesitamos edificar este buen hábito. Cuando están hablando con sus esposas o sus hijos, deben tener este hábito de verificar: “Señor, ¿estoy hablando sólo yo, o estás Tú hablando junto conmigo?”. Habitualmente deben hacer esta revisión espontánea. Esa verificación equivale a invocar; esa invocación equivale a orar; y dicha oración equivale a respirar. Mantengan este hábito aun cuando conduzcan su automóvil y verifiquen: “Señor, ¿estás conduciendo Tú?”. Previamente les dije que no deberían hacer nada sin antes orar. Pero ahora yo añadiría esto: No hagan nada sin orar. Tienen que orar. Orar es simplemente invocar el nombre del Señor; e invocar al Señor es simplemente respirar. Al hacer esto, vivirán a Cristo.
Quisiera abrir un camino para que esta palabra penetre en ustedes. No menosprecien esta palabra, considerando que no es nada. Ustedes necesitan respirar. Si hacen a un lado este punto y lo menosprecian, morirán espiritualmente. Por muchos años ustedes no han estado viviendo a Cristo debido a vuestra propia escasez. Han aprendido muchas maneras de hacer las cosas; han aprendido la manera de hacer esto y la manera de hacer aquello; pero ninguna de ellas les ha funcionado. Han aprendido la manera de vencer, pero no han vencido. Aprendieron la manera de ser santo, pero no tienen santidad. Aprendieron la manera de ser pacientes, pero no tienen paciencia. Han aprendido muchas maneras, pero han pasado por alto una cosa, esto es, no tienen vida. Todo el tiempo, en vez de vivir, mueren. Esto significa que no oran sin cesar. Si usted es un contador, mientras trabaja en sus libros debe continuar orando. No lleve la contabilidad por sí mismo. Llévela con el Señor Jesús. Hágalo teniendo al Señor con usted. La mejor manera de tener al Señor a su lado es invocándolo; entonces usted tiene la victoria. Entonces usted es santificado. Es aquí donde usted tiene todo lo que necesita, no sólo constantemente, sino de inmediato. Si vive tal vida, haciéndolo todo junto con el Señor, ¿cómo podría usted perder la paciencia? ¿Cómo podría decir un chisme? ¿Cómo podría hablar una palabra vana?
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.