Experiencia que tenemos de Cristo, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4619-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En el mensaje anterior vimos lo relacionado con la palabra griega traducida “por amor de” y “por”, la cual se repite tres veces en Filipenses 3:7 y 8. Por amor de Cristo, Pablo estimaba como pérdida todas las cosas que anteriormente consideraba como ganancia; por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús el Señor, él estimaba como pérdida todas las cosas; y por amor de Cristo Jesús el Señor, él lo había perdido todo y lo tenía por basura. Esto está en contraste con las tres veces en que se repite la frase “en cuanto a” en los versículos 5 y 6: en cuanto a la ley, en cuanto a celo y en cuanto a la justicia que es en la ley.
En estas tres veces en que se repite la palabra griega traducida “por amor de” y “por” vemos que una causa produce un efecto. Por amor de Cristo, Pablo estimaba como pérdida todas las cosas que para él eran ganancia, las cuales tenían que ver con asuntos religiosos y con su nacimiento natural. Por la excelencia del conocimiento de Cristo, él estimaba todas las cosas como pérdida. Además, por amor de Cristo Jesús el Señor, él lo había perdido todo. Por amor de Cristo, quien es una persona todo-inclusiva, Pablo dejó y abandonó todo.
Nos debe impresionar lo todo-inclusivo que Cristo es. El Evangelio de Juan nos revela que Cristo es Dios, que Él es el Creador, que en Él está la vida y que esta vida es la luz de los hombres (1:1-4). Un día, Él, quien es el Verbo, se hizo carne, lleno de gracia y de realidad (v. 14). Según Colosenses, Cristo es la imagen del Dios invisible, el Primogénito de toda creación, y Aquel en quien fueron creadas todas las cosas y en quien todas ellas se conservan unidas (1:15-17). Cristo hace que todo el universo se mantenga unido en Sí mismo. Además, Hebreos 1:3 dice que Él sustenta o sostiene todas las cosas con la palabra de Su poder. Por ejemplo, el planeta tierra no está ni demasiado cerca del sol ni demasiado lejos de él. Si la tierra estuviera muy cerca, se quemaría, y si estuviera demasiado lejos, se congelaría. Así que, el Señor Jesucristo se encarga de mantener la tierra en la posición adecuada con respecto al sol. El mismo Cristo que hace esto es también nuestra vida. Si Él puede regular la tierra y el sol, entonces indudablemente también puede regularnos a nosotros y nuestra relación con nuestro esposo o esposa. El Cristo que sustenta el universo y en quien todas las cosas se conservan unidas, sostiene la relación entre el esposo y su esposa. La razón por la cual muchos matrimonios acaban en divorcio es que las parejas son como dos radios de una misma rueda que carecen del eje. ¡Aleluya, porque el Cristo todo-inclusivo es nuestro eje!
Colosenses 1:18 añade diciendo que Cristo es el Primogénito de entre los muertos, lo cual indica que Él no es únicamente el Primogénito en la creación, sino también el Primogénito en resurrección. Él es el Primogénito tanto de la vieja creación como de la nueva creación. Por lo tanto, Él es la Cabeza de la iglesia. Colosenses también revela que agradó al Padre que toda la plenitud habitara en Cristo (v. 19).
Muchos de los que hablan acerca de Cristo lo hacen de modo superficial y muy a la ligera. Cristo es ilimitado. Necesitamos obtener la excelencia del conocimiento de este Cristo ilimitado, quien es nuestro Señor. Por amor de esta persona, Cristo Jesús el Señor, el apóstol Pablo lo perdió todo. Ésta era la causa. Sin embargo, el efecto que produjo esta causa fue que Pablo ganó a Cristo. Por amor de Cristo, él lo perdió todo a fin de ganar a Cristo.
¿Qué significa ganar a Cristo? Según el griego, la forma sustantivada del verbo ganar se halla en el versículo 7, mientras que el verbo se halla en el versículo 8. Por esta razón, Darby traduce el versículo 8 así: “A fin de obtener a Cristo como ganancia”. Ganar a Cristo significa obtenerle como ganancia. Así que Pablo parecía decir: “En el pasado, había muchas cosas religiosas que eran ganancia para mí. Asimismo, consideraba ganancia los derechos y privilegios que tenía por virtud de mi nacimiento. Pero por la excelencia del conocimiento de Cristo, he abandonado todas esas cosas que eran ganancia para mí, a fin de obtener a Cristo como mi ganancia”. Esta ganancia se recibe por revelación. Por lo tanto, necesitamos que los velos nos sean quitados para ver a Cristo en los diferentes libros del Nuevo Testamento: en Juan, Romanos, Colosenses, Hebreos y Apocalipsis. Necesitamos ver que Cristo es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos (Ro. 9:5). No obstante, no vemos a Cristo simplemente por el hecho de verle; le vemos a fin de ganarle. Después que vemos a Cristo, necesitamos ganarle.
Usemos el ejemplo de hacer compras en el supermercado. Aunque en el supermercado usted ve muchas cosas, no necesariamente significa que por el hecho de verlas ya son suyas. A fin de que sean suyas, usted tiene que pagar un precio. Sin duda alguna, todos hemos visto algo de Cristo; sin embargo, ahora tenemos que pagar el precio a fin de obtener lo que hemos visto. Es por ello que en el versículo 8 Pablo habla de la excelencia del conocimiento de Cristo y luego al final de este versículo dice: “Para ganar a Cristo”. Ver los diferentes aspectos relacionados con Cristo nos lleva a ganarle. Sin embargo, el simple hecho de ver todos estos aspectos probablemente no nos cueste nada, ya que ver algo no necesariamente implica que hemos pagado el precio para obtenerlo. Sin embargo, verlo sí nos lleva a ganarlo. A fin de obtener lo que hemos visto, tenemos que pagar un precio. Pablo no sólo vio la excelencia del conocimiento de Cristo, sino que también pagó el precio para obtenerlo. Por amor de Cristo, él lo perdió todo. Esto indica que pagó el precio. Así que, en Filipenses 3 Pablo parecía decir: “No sólo he estimado todas las cosas como pérdida sino que además lo he perdido todo para ganar a Cristo”. Mi carga en este mensaje consiste en ayudarles a ver a Cristo, y sobre todo, a ganar a Cristo. Una cosa es ver a Cristo, y otra, ganarle.
Si queremos ganar a Cristo no debemos simplemente salir a “mirar vitrinas”. Cuando la gente sale solamente con la intención de mirar vitrinas, miran los artículos pero no los compran. En la vida de iglesia hay ciertos hermanos y hermanas que asisten a las reuniones de esta manera. Disfrutan los mensajes que escuchan, pero no pagan el precio para ganar a Cristo. Pagar el precio equivale a perderlo todo. En primer lugar, Pablo estimaba como pérdida todas las cosas religiosas y todo lo que provenía de su nacimiento natural, los cuales él había considerado ganancia, y luego estimó como pérdida todas las cosas y lo perdió todo. Él hizo esto a fin de ganar al Cristo que había visto. Muchas veces me ha pasado que después de haber gastado una considerable suma de dinero por cierto artículo, empezaba a lamentarme en casa por el precio que había pagado. Sin embargo, después que consideraba el artículo y me daba cuenta de su excelencia, no me importaba el precio que había pagado. Ésta es la razón por la cual Pablo, después de decir que lo había perdido todo, dijo además que lo tenía por basura. Lo que él tuvo que pagar para obtener a Cristo no era otra cosa que estiércol, comida de perros, basura, desechos, desperdicios. Por ello, él no se lamentó en absoluto por el precio que pagó.
Después de dedicar mucho tiempo a Filipenses 3, creo que finalmente he llegado a conocer el espíritu de Pablo en este capítulo. Pablo lo había perdido todo y lo tenía por basura para ganar a Cristo. Incluso esto es una ganancia que se obtiene por revelación. Si una hermana compra comida en el supermercado, la lleva a su casa y luego la pone en la nevera, en realidad aún no la tiene. Para tener la realidad de la comida ella debe cocinarla y luego comérsela junto con su familia. Por ejemplo, el proceso que hay que seguir para que el pollo entre en mí no es un proceso sencillo, pues primero mi esposa tiene que ir al mercado, comprar el pollo, traerlo a casa y cocinarlo. Después de esto, yo tengo que comérmelo. Lo que deseo mostrarles con este ejemplo es que es posible que veamos algo y paguemos el precio para obtenerlo pero en realidad no lo ganemos aún porque no lo hemos recibido en nuestro ser. Es por ello que después de hablarnos de ganar a Cristo, Pablo dijo: “Ser hallado en Él” (v. 9). Por consiguiente, una cosa es ver a Cristo, otra es ganarle, y otra diferente es ser hallados en Cristo.
Antes de abordar el asunto de ser hallados en Cristo, quisiera resaltar un poco más la necesidad de ganarlo. Me preocupa que muchos de nosotros hayamos visto algo de Cristo, pero no hayamos ganado mucho de Él. Aquí, en Filipenses 3, ganar a Cristo significa recibir a Cristo por revelación. En Gálatas 1 Pablo dijo que a Dios le agradó revelar a Su Hijo en él. Aunque a Dios le agrada revelar a Cristo en nosotros, aún es necesario que nosotros paguemos un precio para recibir a Cristo. Es por ello que Pablo tuvo el denuedo de decir que lo había perdido todo. Para Saulo de Tarso, fue algo muy significativo recibir de parte de Dios la revelación en cuanto a Cristo. Pablo había sido un líder en la religión judía, había obtenido cierta fama y era muy celoso. En aquella religión había muchas cosas que él consideraba ganancia. Pero de repente, Dios intervino para sacarlo de su comodidad y pareció decirle: “¿Saulo, qué estás haciendo? Sé que has llegado a la cúspide de la religión, que eres celoso y que has obtenido cierta fama. Pero Yo he venido para mostrarte algo mejor. Saulo, lo que tú tienes no es más que comida de perros”. No fue fácil para Saulo abandonar su posición en el judaísmo y tomar otro camino.
Me preocupan aquellos de ustedes que simplemente asisten a las reuniones, escuchan los mensajes y leen los materiales impresos. Es posible que ustedes hayan visto algo de Cristo, pero aún no hayan pagado el precio para ganar lo que han visto. Pablo recibió la excelencia del conocimiento de Cristo, y lo perdió todo, con lo cual pagó el precio para obtener lo que vio. Él pagó y ganó; pero eso no era todo, pues él aún deseaba ser hallado en Cristo.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.