Especialidad, la generalidad y el sentido práctico de la vida de la iglesia, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-123-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Ahora consideremos 1 Corintios 5. Estos versículos cubren cosas pecaminosas tales como la idolatría, la fornicación, el vituperar, la embriaguez y la extorsión. Todas estas cosas son sumamente malignas, e insultan la divinidad de Dios o dañan a la humanidad. La idolatría es algo que blasfema a la Persona de Dios. La fornicación, el vituperar, la embriaguez y la extorsión, dañan a la humanidad. Dios se preocupa mucho de Su Persona divina. El es un Dios celoso. El también se preocupa de la humanidad. Así que Dios no tolerará ninguna de estas cosas. Ninguno que practique la idolatría o sea un fornicario debe ser permitido en la vida de iglesia. La iglesia local tampoco debe tolerar a ninguna persona que sea un vituperador, un borracho o uno que extorsiona. Todas estas cosas dañan a la humanidad, y también dañan el testimonio del Señor sobre esta tierra entre los seres humanos. Por lo tanto, Pablo nos dijo que un hermano o una hermana cristiano que practique cualquiera de estas cosas, tiene que ser quitado de entre la iglesia (v. 13). Pero mientras algo no sea pecaminoso y mientras no esté relacionado a los ídolos, o a cualquier tipo de fornicación, de vituperar, ser borracho, o la extorsión, debemos tolerarlo.
Luego Tito 3:10 dice claramente que un hombre que sea sectario (lit.), después que él es amonestado una o dos veces, hay que rechazarlo, porque la división daña al Cuerpo de Cristo. Dios cuida de Sí mismo. El también cuida de la humanidad. En tercer lugar, El cuida del Cuerpo de Cristo. En una iglesia local nadie debe hacer nada que dañe a la Persona de Dios, a la humanidad, o al Cuerpo de Cristo. Si alguien daña cualquiera de éstos, no podemos continuar recibiéndolo. La iglesia tiene que apartarlo, rechazarlo, o alejarse de él. Nosotros no podemos asociarnos con tales personas.
En 2 Juan 9 dice: “Todo el que va más allá y no habita en la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios”. Esto se refiere a uno que va más allá, que sobrepasa las enseñanzas de los apóstoles respecto a Cristo. Los apóstoles enseñaron que Cristo es el Hijo de Dios encarnado para ser un hombre y que El es el que nos da la vida eterna. Ellos también enseñaron que El es el que murió en la cruz por nuestros pecados y fue resucitado en el tercer día. Estos son los puntos principales de la enseñanza de los apóstoles. El dar vida eterna es para regeneración. El morir en la cruz por nuestros pecados es para redención. La resurrección es para el impartir de vida.
Aun en el primer siglo, algunos así llamados cristianos, llamados anticristos, habían ido más allá de estos puntos. Algunos decían que Cristo no vino en la carne (2 Jn. 7). En otras palabras, ellos no reconocían la encarnación de Cristo. Hoy en el mismo principio algunos de los así llamados modernistas que a sí mismos se llaman cristianos, dicen que Cristo murió en la cruz como un mártir, sufriendo la persecución, y que El no murió allí por nuestros pecados. Estos dicen que Su muerte no fue para la redención, sino solamente para el martirio. Ellos también dicen que Cristo nunca resucitó. Si alguno de aquéllos admitiera que Cristo fue resucitado, diría que El sólo fue resucitado espiritual y no físicamente. Todas estas personas han ido más allá de lo que Cristo enseñó.
No debemos dar a este tipo de anticristo o modernista ni un saludo (2 Jn. 9-10). Si les damos el saludo, nos hacemos participantes de sus maldades. Aún más, no debemos recibirlos en nuestra casa. Puede ser que algunos digan que si practicamos esto, somos demasiado específicos y que debemos ser generales. Pero no podemos ser generales con estos tipos de personas. Ellos son los que blasfeman a Cristo. Nosotros no podemos asociarnos con los blasfemadores del Señor. Cualquiera que blasfeme al Señor Jesús debe ser expulsado de la iglesia. Nosotros tenemos que alejarnos de él.
Espero que esta palabra haya hecho claro quiénes son las personas con las cuales no podemos asociarnos. Nosotros los cristianos muchas veces somos específicos cuando el Señor demanda que seamos generales. También, muchas veces somos generales cuando el Señor demanda que seamos específicos. Sin embargo, creo que después de orar-leer todos estos versículos unas pocas veces, ustedes obtendrán el concepto claro. En la vida de iglesia, por generales que seamos, hay ciertas personas que no podemos aceptar. Tenemos que ser específicos con estos tipos de personas. No podemos asociarnos con ninguno de ellos.
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