Experiencia que tenemos de Cristo, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4619-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Las reuniones de la iglesia deben ser un testimonio de nuestro vivir y andar diario. ¿Cuál es el testimonio de nuestras reuniones? ¿Qué es lo que ven los que nos visitan cuando asisten a nuestras reuniones? ¿Nos ven solamente gritar, orar-leer e invocar el nombre del Señor? En nuestras reuniones debemos tener algunos testimonios genuinos de nuestra experiencia y disfrute de Cristo. De este modo, cada vez que personas nuevas nos visiten y observen lo que ocurre en nuestras reuniones, ellas quedarán convencidas de que éste es el testimonio de Jesucristo. Mi preocupación presente por todas las iglesias es que experimentemos a Cristo. Si las personas únicamente nos ven gritar emocionados, entonces estamos carentes de Cristo. En tal caso, hemos perdido el testimonio del Señor. En las reuniones debemos tener algo que sea real, sólido, práctico, convincente y que subyugue. Los visitantes deben quedar impresionados con las riquezas de Cristo. Cada vez que una persona venga de visita a nuestras reuniones, debe quedar convencido y subyugado, y decir: “Aquí está el testimonio de Jesús. Éste no es simplemente un grupo de personas que gritan, cantan y alaban, puesto que la realidad de Cristo como vida se encuentra entre ellos. En sus testimonios todos cuentan de cómo están experimentando a Cristo en su vida diaria. Por esa razón, cuando se reúnen tienen mucho de Cristo que presentarle a Dios”. Si somos así, nuestras reuniones serán una exhibición de Cristo. Lo que Dios desea hoy es tener tal testimonio de Jesús.
En Filipenses 3 Pablo no pensaba que ya había llegado a la meta. Por lo tanto, iba en pos de Cristo, olvidando lo que quedaba atrás y extendiéndose a lo que estaba delante. La meta de Pablo era obtener la experiencia más excelente de Cristo, la porción más plena de Cristo. Nuestra meta en la vida de iglesia debe ser obtener la mejor experiencia de Cristo. Si alcanzamos esta meta, estaremos llenos de Cristo, y entonces recibiremos la recompensa de la superresurrección de entre los muertos. Debido a que sobresalimos en las experiencias que hemos tenido de Cristo y estamos llenos de Cristo a lo sumo, recibiremos la recompensa de la superresurrección. Éste es el significado más preciso de este pasaje de la Palabra.
El versículo 15 dice: “Así que, todos los que hemos alcanzado madurez, pensemos de este modo; y si en algo tenéis un sentir diverso, esto también os lo revelará Dios”. En el capítulo 2 Pablo exhortó a los filipenses que tuvieran un mismo pensamiento. El único pensamiento que debemos tener es el de olvidarnos de todo lo pasado y extendernos hacia la meta de obtener la mejor experiencia de Cristo, a fin de recibir el premio. Pensemos todos en esta única cosa. Debemos permitir que nos ocupe el pensamiento de cómo ser llenos de Cristo y de cómo tomar la delantera en la experiencia que tenemos de Cristo.
En este versículo Pablo también dice: “Si en algo tenéis un sentir diverso, esto también os lo revelará Dios”. Esto nos muestra que es posible que pensemos de una manera diferente. Si es así, Dios nos revelará también esto. Tal vez nosotros queramos renunciar a este único pensamiento, pero Dios no desistirá. Quizás nos olvidemos de que debemos experimentar a Cristo y nos ocupemos con otras cosas, tales como dar gritos de júbilo y liberar el espíritu. Puede ser que hasta compitamos con otros en estas cosas. Sin embargo, debemos ser como Pablo, quien proseguía hacia la meta de experimentar a Cristo y disfrutarle. No debemos hablar de Cristo sin tener la experiencia de Él; sin embargo, es posible que dejemos de ir en pos de Cristo y procuremos hacer ciertas cosas a nuestra manera en la vida de iglesia. Cuando hacemos esto, no sentimos ningún gozo dentro de nosotros, sino que más bien, estamos en la carne y no experimentamos a Cristo, y nos parece que el Cristo misterioso ha desaparecido.
Si ejercitamos nuestro intelecto en vez de ejercitar nuestro espíritu, no experimentaremos a Cristo. Si discutimos entre nosotros y competimos unos con otros, no experimentaremos a Cristo, debido a que no estamos en nuestro espíritu. Cristo no debe ser un término más para nosotros sino una realidad. No debemos centrarnos en otras cosas, sino en Cristo mismo. Todos necesitamos recibir la visión de que lo que Dios desea hoy es Cristo. Si aprendemos esta lección, no nos importará hacer las cosas a nuestra manera ni nos importará nuestro éxito, sino que, en vez de ello, diremos: “Señor, estamos aquí para ganarte a Ti. Muéstranos la manera de ganarte más. No deseamos simplemente tener reuniones; queremos tenerte a Ti. Fuimos asidos por Ti para que pudiéramos asirnos de Ti. Señor, ¿cómo pueden los santos de esta localidad experimentarte y disfrutarte más?”. Ésta es la actitud correcta que debemos tener delante del Señor.
Lo que el Señor desea hoy no son simplemente reuniones, obra y actividades; Él tampoco desea ninguna práctica. Lo que Él desea es que nosotros seamos vivientes y estemos llenos de Cristo. Entonces todo cuanto hagamos y seamos será el testimonio viviente de Jesucristo. Esto es lo que el Señor necesita hoy.
En el versículo 16 Pablo dice: “Sin embargo, en aquello a que hemos llegado, andemos conforme a la misma regla”. Sin importar qué grado de experiencia tengamos, todos debemos andar conforme a la misma regla. Esta regla es tener el único pensamiento. No diga: “Hermano Lee, usted ha estado en el Señor por más de cincuenta años y ha tenido muchas experiencias. Usted ha alcanzado la madurez y se encuentra en un nivel muy elevado. Pero nosotros, llevamos poco tiempo en la vida de iglesia”. No importa en qué nivel nos encontremos, todos debemos andar conforme a la misma regla y no tener otro pensamiento que no sea experimentar a Cristo para la vida de iglesia. Andar conforme a la misma regla simplemente significa tener el único pensamiento. Por esta razón, Pablo les rogó a Evodia y Síntique que tuvieran un mismo sentir (4:2). No importa qué edad tengamos, si somos jóvenes, de edad mediana o ancianos, y no importa cuánto tiempo llevemos en la vida de iglesia, todos debemos andar conforme a la misma regla y tener este único pensamiento. Si hacemos esto, la situación en la vida de iglesia será maravillosa. Al tener este único pensamiento seremos guardados en unidad y en la vida divina. Así, en lugar de que haya divisiones u opiniones divergentes entre nosotros, tendremos la verdadera unidad con vida.
En todo el recobro, todos debemos tener este único pensamiento: ir en pos de Cristo hacia la meta para alcanzar el premio. Si hacemos esto, estaremos en unidad y también estaremos llenos de vida. Ésta es mi carga en estos días. Espero que esta carga se infunda en todos ustedes y que de ahora en adelante no les importe nada que no sea obtener el mejor disfrute de Cristo. Todos queremos ser llenos de Cristo, a fin de llegar a la resurrección sobresaliente, la superresurrección de entre los muertos. Deseamos tener el único pensamiento a fin de ser uno, no sólo en el espíritu, sino también en el alma. Además, al tener este único pensamiento, la realidad de las riquezas de Cristo alcanzará su plenitud. Éste es el recobro del Señor.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.