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Pláticas adicionales sobre el conocimiento de la vidapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-7126-1
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CAPÍTULO QUINCE

LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA

DOS ASUNTOS IMPORTANTES
EN CUANTO A LA CREACIÓN DEL HOMBRE
EFECTUADA POR DIOS

Hay dos asuntos importantes en cuanto a la creación del hombre efectuada por Dios. Primero, cuando Dios creó al hombre, le dio únicamente la vida humana creada, es decir, no le dio Su vida, la cual es la vida increada de Dios. Cuando Dios creó al hombre, la vida que Él le dio era, aparte de la vida angelical, la vida creada más elevada; sin embargo, no le dio la vida increada de Dios.

Segundo, aunque Dios no le dio al hombre Su vida increada, cuando lo creó le dio un espíritu como órgano capaz de recibir a Dios para que el hombre pudiera recibir a Dios como vida. Éstos son los dos asuntos importantes en cuanto a la creación del hombre efectuada por Dios.

Dios creó una vida para el hombre, pero no le dio Su propia vida; no obstante, preparó un espíritu en el hombre como órgano con el cual éste pudiera recibirle. Esto es semejante a nuestro estómago, el órgano que recibe el alimento. Si no tuviéramos un estómago, no sería posible que el alimento entrara en nosotros; por esta razón, Dios creó un estómago para nosotros a fin de que pudiésemos recibir el alimento. De la misma manera, nosotros tenemos un espíritu como órgano con el cual podemos recibir a Dios, es decir, recibir la vida de Dios. Tengan presente que la vida de Dios es sencillamente Dios mismo. Independientemente de si estamos hablando de Dios mismo o de la vida de Dios, Él es el Espíritu y Su vida es el Espíritu. Además, el espíritu en nosotros nos permite recibir al Espíritu, es decir, recibir la vida del Espíritu.

LA FUNCIÓN DEL ESPÍRITU HUMANO CREADO

Dios creó un espíritu para nosotros a fin de que pudiéramos recibir a Dios. El espíritu en nosotros es un órgano que puede recibir a Dios. No sólo es útil para que tengamos comunión con Dios, sino más importante que eso, para que le recibamos. Así como nuestro estómago es un órgano receptor, de la misma manera nuestro espíritu humano es un órgano receptor. Con nuestro estómago recibimos el alimento, y con nuestro espíritu recibimos al Espíritu. En el Evangelio de Juan el Señor Jesús se comparó a Sí mismo con el alimento. Así como recibimos el alimento físico en nuestro estómago, igualmente recibimos al Señor Jesús como el alimento celestial en nuestro espíritu, porque el Señor Jesús, como pan de vida, es el Espíritu. Juan 6:63 dice: “El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida”. Podemos recibir al Señor Jesús en nuestro espíritu, porque el Señor Jesús, el pan de vida, es el Espíritu. Así que, a fin de recibir al Espíritu, tenemos que ejercitar nuestro espíritu.

DESPUÉS DE LA CAÍDA DEL HOMBRE
EL ESPÍRITU PERDIÓ SU FUNCIÓN

El hombre cayó poco después de ser creado. Como resultado de la caída, el espíritu —el órgano con el cual recibimos a Dios— fue sumido en muerte y perdió su función. Éste es el punto más importante en cuanto a la caída del hombre. El significado de un espíritu sumido en muerte es que pierde su función. Cuando decimos que el espíritu ha sido sumido en muerte, no queremos decir que haya dejado de existir; más bien, significa que ha perdido su función. Originalmente, la función del espíritu era recibir a Dios; pero una vez que perdió su función, no pudo recibir a Dios ni tener comunión con Él. En otras palabras, perdió su función en lo que a Dios se refiere.

LA SALVACIÓN QUE DIOS EFECTÚA RECOBRA
Y VIVIFICA EL ESPÍRITU HUMANO

El punto principal en cuanto a la creación del hombre efectuada por Dios es que Dios creó en el hombre un espíritu a fin de que el hombre le reciba. Puesto que el punto más importante en cuanto a la caída del hombre es que el espíritu fue sumido en muerte y perdió su función para con Dios, el punto más importante en cuanto a la salvación de Dios es que Él vivifica nuestro espíritu. La caída hizo que nuestro espíritu fuese sumido en muerte, pero la salvación de Dios hace que nuestro espíritu sea vivificado. Cuando Dios nos creó, el punto más importante es que nos creó con un espíritu a fin de que le recibiéramos. Sin embargo, Satanás nos corrompió y nos hizo caer para que nuestro espíritu fuese sumido en muerte y perdiera su función para con Dios. Lo más importante en cuanto a la salvación de Dios es que nuestro espíritu es vivificado para que podamos recibir a Dios.


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