Vida cristiana, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-0260-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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El Espíritu tiene como función fortalecer a los creyentes. En Efesios 3:16 Pablo oró al Padre pidiéndole que les concediera a los santos el “ser fortalecidos con poder en el hombre interior por Su Espíritu”. El Padre nos fortalece por el Espíritu. Por consiguiente, el medio que el Padre usa para fortalecernos es el Espíritu. Para que Cristo haga Su hogar en nuestros corazones, es necesario que seamos fortalecidos. Nadie puede hacer esto excepto el Espíritu de Dios. En Efesios 3 el Espíritu de Dios es el Espíritu que fortalece. El Espíritu no sólo sacia la sed, satura, se transfunde, se infunde y hace crecer, sino que también fortalece.
Sabemos que el Espíritu tiene la función de suministrar a los creyentes, porque Filipenses 1:19 habla de “la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo”. El Espíritu de Dios tenía que ser procesado y consumado para ser el Espíritu de Jesucristo.
En la eternidad pasada el Dios Triuno sólo poseía divinidad. En este sentido, podríamos decir que Él era un Dios “crudo”, que no había sido procesado. Luego Él creó el universo y creó un hombre cuyo nombre fue Adán, con la intención de entrar en él. Sin embargo, después de que el hombre fue creado, éste cayó. Más tarde, el Dios Triuno vino y se unió con la humanidad. Él se hizo un hombre que era tanto divino como humano. Él vivió en la tierra en la humanidad treinta y tres años y medio. Después de pasar por tal vivir humano, Él estaba calificado para pasar por una muerte todo-inclusiva. A fin de experimentar dicha muerte todo-inclusiva, Él tenía que ser un Dios-hombre, un hombre mezclado con Dios, y Él tuvo que llevar una vida humana por treinta y tres años y medio. Sin tal calificación, Él no habría podido pasar por una muerte tan maravillosa.
Él entró en esta muerte y se quedó allí por tres días. Luego salió de la muerte y entró en resurrección para llegar a ser el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45). Este Espíritu vivificante ahora consta de divinidad, humanidad, vivir humano, la muerte todo-inclusiva de Cristo y Su resurrección maravillosa. El Espíritu vivificante es el resultado del proceso del Dios Triuno desde la encarnación hasta la resurrección. Ahora el Espíritu vivificante no es solamente el Espíritu de Dios, sino también el Espíritu de Jesucristo. En este Espíritu está la abundante suministración.
Podemos usar el té de limón como ejemplo del Espíritu abundante. En primer lugar, tenemos solamente agua. Pero cuando se le añaden el té y el limón, se convierte en un compuesto de tres elementos. Cuando lo bebemos, recibimos los elementos del agua, el té y el limón. Esto puede considerarse una “bebida de abundante suministro”. El Espíritu de Jesucristo es esta bebida todo-inclusiva y abundante, la cual tiene todos los elementos de la persona y los procesos del Dios Triuno con los cuales somos suministrados.
El Espíritu no solamente nos fortalece, sino que también nos suministra. Es difícil explicar cómo el Espíritu nos fortalece y nos suministra. Cuando comemos, somos fortalecidos y suministrados, pero es difícil decir cómo ocurre esto. Ni aun los médicos pueden explicar con exactitud lo que significa ser nutridos. Hace muchos años nadie sabía qué eran las vitaminas. Ni siquiera estaba dicha palabra en el diccionario. Sin embargo, nuestros antepasados eran nutridos con muchas vitaminas sin saber lo que eran.
Es posible que nos sintamos fatigados en cierto momento del día, pero después de comer, somos nutridos, fortalecidos y suministrados. Quizá no podamos explicar cómo sucede tal cosa, pero podemos experimentarlo y gozarlo. Del mismo modo, tal vez no podamos explicar cómo el Espíritu nos fortalece y nos suministra, pero podemos experimentar que nos fortalece y nos suministre.
Algunos de nosotros tal vez vengamos a las reuniones fatigados. Necesitamos ser nutridos, fortalecidos y suministrados, al ingerir una “comida”, o sea, al disfrutar el Espíritu todo-inclusivo. Tal vez nos tome unos veinticinco o treinta minutos ingerir una comida. Pero para tomar una comida espiritual tal vez necesitamos sólo dos minutos y medio. Cuando nos tomamos algunos minutos para orar, somos fortalecidos y suministrados por el Espíritu que funciona.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.