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Espíritu en las epístoles, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-7707-2
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Actualmente disponible en: Parte 1 Capítulo 4 de 19 Sección 3 de 3

LA VIDA DEL ALMA SE VA DESGASTANDO,
Y LAS FACULTADES DEL ALMA SE RENUEVAN

Después del capítulo 3 de 2 Corintios, el capítulo 4 dice que hay un tesoro en los vasos de barro. Es necesario que los vasos de barro sean quebrantados, sufran un cambio en su naturaleza y sean transformados. Aunque el hombre exterior se va desgastando, el hombre interior se renueva de día en día. ¿Qué es el hombre exterior y qué es el hombre interior? Con el hombre exterior, el alma es la vida y el cuerpo es el instrumento. Con el hombre interior, el espíritu es la vida y el alma es el instrumento. El hombre que toma su alma como vida y el cuerpo como instrumento debe ser consumido de día en día. El hombre que toma al espíritu como vida y las facultades del alma como instrumento debe ser renovado de día en día. Esto quiere decir que el espíritu está tan fortalecido que satura cada parte del alma. Cuando la vida del alma es puesta a muerte, las facultades del alma son cada vez más renovadas y elevadas. En el hombre exterior se halla el elemento del alma, y en el hombre interior también se halla el elemento del alma. Sin embargo, en el hombre exterior el alma es la vida, mientras que en el hombre interior el alma junto con sus facultades es el instrumento. Poner el alma a muerte no es poner sus facultades a muerte, sino hacer morir la vida del alma. La renovación del alma no consiste en renovar su vida, sino en renovar sus facultades. La vida del alma debe ser puesta a muerte, mientras que las facultades del alma deben ser renovadas, elevadas y ensanchadas. Una vez que el alma es renovada, su mente será más útil porque será una mente renovada, elevada y ensanchada. Toda facultad que le pertenece a la carne, al pecado o al alma tiene que ser consumida, pero el espíritu como vida y las facultades del alma tienen que ser renovados, transformados y fortalecidos de día en día. Ésta es la obra que el Espíritu transformador efectúa en nosotros.

LA GRACIA, EL AMOR Y LA COMUNIÓN

El versículo 5 del capítulo 13 es un mandato especial y muestra que Cristo está en nosotros. Si tenemos fe, no estamos desaprobados, porque Cristo está en nosotros. Este Cristo que está en nosotros es el Espíritu.

Finalmente, en la conclusión de este libro, el apóstol nos da una bendición con estas palabras: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros” (v. 14). El Señor Jesús, Dios y el Espíritu Santo son triuno, y la gracia, el amor y la comunión son también triuno.

La gracia se menciona primero en vez del amor porque la meta, el concepto central, es Cristo como gracia. En el capítulo 12 el apóstol dijo que tenía un aguijón en su carne, respecto al cual había rogado al Señor tres veces que le fuese quitado, pero el Señor le dijo: “Bástate Mi gracia” (v. 9). El propósito principal de 2 Corintios es que experimentemos al Señor como gracia. La fuente de esta gracia es el amor de Dios, y la transmisión de esta gracia es la comunión del Espíritu Santo. El amor, la gracia y la comunión son una sola cosa. El amor es la fuente de la gracia, la gracia es la expresión del amor y por la comunión se nos transmite la gracia. Esto puede compararse con el hecho de que la planta eléctrica, la corriente eléctrica y la electricidad misma son tres aspectos de una misma cosa. La fuente de la electricidad es la electricidad, la corriente de la electricidad es la electricidad y la electricidad misma es la electricidad. Si la electricidad no tuviese estos tres aspectos, ésta no podría circular en la habitación. Hay un lugar donde la electricidad es generada, y ése es la planta eléctrica. Existe también la corriente eléctrica que se transmite hasta nosotros, y además la electricidad misma. Según nuestra explicación parece que existen diferentes aspectos de electricidad, pero de hecho la planta eléctrica es la electricidad misma, la corriente eléctrica es también la electricidad, y la sustancia de la electricidad sigue siendo la electricidad misma. De igual manera, el amor, el cual está en el Padre, es la fuente; la gracia, la cual está en el Hijo, es la expresión; y la comunión, la cual se da por el Espíritu Santo, es la transmisión. Éste es un solo asunto con tres aspectos. El Padre es la fuente, Cristo es la expresión y el Espíritu Santo es la transmisión. El Espíritu Santo transmite en nosotros lo que el Hijo es y lo que el Padre tiene. Ésta es la obra del Espíritu de vida. Por tanto, al final de 2 Corintios, el apóstol concluye al decir: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros”. Cuando el Espíritu Santo fluye en nuestro interior, la gracia de Cristo llega a ser nuestro disfrute. Lo que necesitamos hoy es experimentar, disfrutar y conocer este asunto.

Queridos hermanos y hermanas, éstas son las “historias” halladas en el Espíritu. Debemos conocer este Espíritu y saber cómo regresar a nuestro espíritu para tener contacto con el Espíritu vivificante, el Espíritu todo-inclusivo, quien es el rico Cristo, a fin de que disfrutemos toda la plenitud de Dios.


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