Enseñanza de los apóstoles, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-554-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En los mensajes anteriores, vimos la verdad en cuanto a la segunda venida de Cristo. En este mensaje queremos ver la verdad en cuanto al reino de mil años revelado en Apocalipsis 20:4-6. Es llamado generalmente el milenio.
El reino de mil años es diferente a la iglesia del Nuevo Testamento. No hay santos del Antiguo Testamento en la era de la iglesia, pero en el reino de mil años, los vencedores del Antiguo Testamento estarán presentes junto con los santos vencedores del Nuevo Testamento. El reino de mil años incluye a los santos del Antiguo Testamento, tales como Abraham, Noé, Moisés, David y Elías. Estos son algunos de los que fueron vencedores en los tiempos del Antiguo Testamento.
Justo antes de que en el monte de los Olivos el Señor se transfigurara, El les dijo a Sus discípulos: “De cierto os digo: Hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en Su reino” (Mt. 16:28). Esto se cumplió con la transfiguración del Señor en el monte (17:1-3), lo cual fue “el Hijo del Hombre viniendo en Su reino”. Fue visto por Sus tres discípulos Pedro, Jacobo y Juan. Además, Moisés y Elías estaban allí conversando con el Señor. Su transfiguración allí, era figura del reino venidero. Moisés y Elías representan los vencedores del Antiguo Testamento, quienes estarán en la manifestación del reino, mientras que Pedro, Jacobo y Juan representan los vencedores del Nuevo Testamento. Los elegidos para reinar como reyes en el reino de mil años serán los vencedores, los perfeccionados.
La historia del hombre desde la creación de Adán, puede dividirse en cuatro edades. La primera edad es la edad de los patriarcas, desde Adán hasta Moisés. El período de los patriarcas fue anterior a la promulgación de la ley, de modo que podemos llamarlo la edad anterior a la ley. Empezó con la creación de Adán y terminó cuando Moisés recibió la ley y la dio a los hijos de Israel. La segunda edad es la edad de la ley. Esta comprende el período de tiempo entre Moisés y la primera venida de Cristo. La edad de la iglesia viene después de la edad de la ley. La iglesia comenzó en Pentecostés con el derramamiento del Espíritu Santo para bautizar a todos los creyentes en un solo Cuerpo, y continúa hasta el comienzo del reino de mil años. En la edad de la iglesia, Dios se forja a Sí mismo en el hombre. Dios está presente forjándose a Sí mismo en nosotros día tras día. La edad venidera del reino será el resultado de la obra de Dios en la edad de la iglesia.
El reino de mil años tiene dos secciones: la sección celestial y la sección terrenal. La sección celestial del reino de mil años es la manifestación del reino de los cielos (Mt. 24:46-47; 25:19-23; Lc. 19:15-19; Ap. 2:26-27; 3:21; 2 Ti. 2:12a). El reino de los cielos tiene tres aspectos: la realidad, la apariencia y la manifestación. La realidad del reino de los cielos, descrita en Mateo 5—7, está en nosotros. La apariencia del reino de los cielos, descrita en Mateo 13, está en el cristianismo hoy día. La manifestación del reino de los cielos, descrita en Mateo 24 y 25, será el reino de mil años. La manifestación del reino de los cielos es la parte celestial del reino de mil años.
La sección celestial del reino de mil años es el reino del Padre (13:43). El Padre tiene una familia real. Todos Sus hijos que han sido fieles, serán reyes en Su reino. Ese reino será para el Padre una querida familia. El Hijo primogénito del Padre, Jesús, es el primer rey. El es el hijo Primogénito, y nosotros somos los muchos hijos, Sus hermanos. Todos los hermanos serán reyes en el reino del Padre, como el hogar del Padre. Mateo 13:43 dice: “Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre”. Cristo y los santos vencedores serán los reyes en la sección celestial del reino de mil años.
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