Estudio-vida de Deuteronomiopor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-6649-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-6649-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Durante los treinta y ocho años en que los hijos de Israel anduvieron vagando, todos los incrédulos fueron consumidos. Al respecto, Dios se mostró muy paciente. En lugar de consumir en un instante a todos los que no creyeron, se tardó treinta y ocho años para consumirlos.
Por último, Dios se valió de esos treinta y ocho años para producir una nueva generación con miras a cumplir Su propósito. Por una parte, Moisés pudo haberse sentido contento con la nueva generación; por otra, tal vez se haya sentido triste por la pérdida de la primera generación. Dios había cambiado de generación consumiendo a la vieja generación. Éste es un asunto serio.
Puesto que Moisés había sido testigo de la consumición de la primera generación, es posible que haya suspirado profundamente mientras expresaba las palabras consignadas en el capítulo 2. Con excepción de Caleb y Josué, todos los padres murieron, y quedaron únicamente los hijos.
En 2:24—3:22 Moisés habló acerca de derrotar al rey Sehón y al rey Og y de tomar posesión de sus tierras al este del Jordán. Sehón era el rey de Hesbón, y Og era el rey de Basán. No fue nada insignificante que los hijos de Israel hubieran derrotado a estos reyes y tomado posesión de sus tierras. Esto debe de haber sido motivo de gozo para Moisés.
Derrotar al rey Sehón y al rey Og equivalía a derrotar a los dos guardianes de la tierra de Canaán.
Después de derrotar a Sehón y a Og, los hijos de Israel tomaron posesión de sus tierras, las cuales se encontraban al este del Jordán. Moisés dijo: “Así que, en aquel tiempo tomamos la tierra de manos de los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, desde el valle del Arnón hasta el monte Hermón” (3:8). Así comenzaron a tomar posesión de la buena tierra.
La tierra que quitaron a Sehón y a Og fue dada a las tribus de Rubén y Gad y a la media tribu de Manasés como primicias del disfrute de la buena tierra que Dios prometió (3:12-20).
En 3:21 y 22 Moisés dijo: “Ordené también a Josué en aquel tiempo, diciendo: Tus propios ojos han visto todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho a aquellos dos reyes; así hará Jehová vuestro Dios a todos los reinos a los cuales estás a punto de entrar. No los temáis, porque Jehová vuestro Dios es el que pelea por vosotros”. Estas palabras indican que la derrota de Sehón y de Og y la conquista de sus tierras constituían una garantía de que estaba asegurada la victoria y posesión del resto de la buena tierra prometida por Dios.
En 3:23-29 vemos que a Moisés se le negó entrar en la buena tierra prometida por Dios y que Josué fue designado para conducir al pueblo a fin de que poseyera la tierra por heredad.
El hecho de que Dios le negara a Moisés su petición mostró la justa administración gubernamental de Dios. En Números 20 Moisés había cometido un grave error, un error que Dios no podía tolerar por cuanto afectaba Su administración. La administración gubernamental de Dios es justa, y pese a que Dios amaba mucho a Moisés, no podía por ello dejar de ejercer Su administración. Moisés había servido fielmente a Dios por cuarenta años, pero debido a que su error guardaba relación con la administración gubernamental de Dios, él perdió el derecho a entrar en la buena tierra.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.