Cumplimiento del tabernáculo y de las ofrendas en los escritos de Juan, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7380-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-7380-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Veamos ahora otra señal en Juan 2, la señal de la edificación del Cuerpo místico de Cristo. Debemos entender que la reedificación del templo destruido ya se llevó a cabo. En la resurrección de Cristo todos hemos sido resucitados. Pedro nos dice que hemos sido regenerados mediante la resurrección de Cristo (1 P. 1:3). Esto quiere decir que en la perspectiva de Dios, según los logros que ha obtenido en Su economía, el Cuerpo de Cristo ya ha sido edificado.
El tiempo de los verbos empleados en el libro de Apocalipsis indica esto. Por ejemplo, el apóstol Juan no dice que la Nueva Jerusalén vendrá; él dice que vio la Nueva Jerusalén descender del cielo, de Dios. Aproximadamente hace mil novecientos años atrás, Juan vio la Nueva Jerusalén. Esto muestra que, según la manera en que Dios ve las cosas, el Cuerpo de Cristo ya ha sido edificado.
¿Sabe usted en qué consiste nuestro vivir? Como cristianos que somos, nuestro vivir consiste simplemente en experimentar el cambio de la muerte en vida con miras a la edificación del Cuerpo místico de Cristo. Toda la vida cristiana consiste de dos asuntos: cambiar la muerte en vida y edificar el Cuerpo místico de Cristo. Ésta es la vida cristiana apropiada, genuina y completa. No existe un tercer asunto en nuestra vida cristiana. Ahora nos hallamos en esta edificación por medio de este vivir diario, y nuestro vivir diario es un asunto de cambiar el agua en vino.
Podemos resumir nuestra vida cristiana diciendo que la vida cristiana es el cambio de muerte en vida, de agua en vino, para edificar el Cuerpo de Cristo. ¿En qué consiste nuestro vivir? Nuestro vivir consiste en experimentar el cambio de muerte en vida. ¿Qué es lo que estamos haciendo aquí? Estamos llevando a cabo la obra de edificar la iglesia, el Cuerpo de Cristo. Éste es nuestro vivir, y ésta es nuestra meta. Nuestro vivir es el cambio de muerte en vida. Nuestra meta es la edificación de la iglesia. Tenemos un vivir que es de la vida eterna, el zoé eterno, con el propósito de edificar el Cuerpo místico de Cristo.
Este capítulo es una palabra de aliento. Todos debemos ser alentados por lo que se revela en el capítulo 2 de Juan. En la vida de iglesia estamos realizando la obra de edificación en tres días, es decir, en resurrección.
Quizás algunos digan: “Hermano Lee, en algunas ocasiones usted nos ha dicho que estamos carentes, escasos, y algo desviados de la visión central de la economía de Dios”. Sí, en el pasado he hablado de nuestras carencias. Pero lo que tenemos en Juan 2 es una palabra de aliento. Muchas cosas tienen tanto un lado positivo como un lado negativo. Pero el lado positivo no es para el lado negativo. Más bien, el lado negativo es para el lado positivo. No sé si esto sea cierto en la ciencia física, pero es real en la “física espiritual”. Conforme a mi experiencia en la vida cristiana, el aspecto negativo tiene como fin el aspecto positivo. Cada vez que yo sufro una derrota, muy pronto disfruto la victoria, y cada lamento es seguido por el gozo. Es por esto que digo que el lado negativo siempre tiene como fin el lado positivo.
Como creyentes en Cristo, no somos un pueblo sin esperanza. Al contrario, somos un pueblo lleno de esperanza. Mediante la resurrección de Jesucristo, Dios el Padre nos ha regenerado para una esperanza viva. Tenemos la vida eterna dentro de nosotros como nuestra esperanza. Con la vida eterna todo es prometedor. Quizás aún tengamos carencias y sigamos un poco desviados de la meta de Dios. Sin embargo, no podemos negar el hecho de que la situación entre nosotros hoy es mucho mejor de lo que era hace unos años. Puedo testificar que hay más edificación en las iglesias de la que había años atrás, e incluso meses atrás. Esto es levantar el templo destruido en tres días.
Según las palabras del Señor en Juan 2, Él permitió que el enemigo destruyera el templo de Su cuerpo. Eso era una prueba para la vida de resurrección. También hay una prueba para la vida de resurrección en las experiencias que atravesamos en la vida de iglesia. Dejen que el enemigo destruya el templo de Dios. Tenemos el poder de la resurrección dentro de nosotros. Sin el aspecto negativo, este poder positivo no podría manifestarse. Todo lo demás está decayendo, pero la iglesia existe para siempre. Nosotros podemos fluctuar, pero la iglesia nunca fluctúa.
Cuando algunos escuchen esto, quizás ellos digan: “Esto no lo puedo creer. Pienso que hace algunos años la iglesia en mi localidad era maravillosa. Estábamos contentos y muy entusiasmados. Pero ahora la condición de la iglesia es peor”. Yo les respondería que su sentir, el cual está relacionado con algo externo, no es verdad. Quizás en el pasado había más entusiasmo, más gritos, más de la llamada liberación al cantar. Sin embargo, eso no es vida. Tengo la plena certeza de que hay más vida en las iglesias hoy que hace algunos años atrás. Puedo afirmar esto, porque tengo la certeza de que muchos de nosotros estamos llevando una vida que cambia el agua, y en virtud de esta vida vivimos en la edificación.
Aunque la edificación de la iglesia se está llevando a cabo, nosotros mismos no podemos edificar la iglesia. Tal vez algunos encuentren difícil creer esto y digan: “En el pasado usted nos dijo que nos esforzáramos por edificar la iglesia. Ahora nos está diciendo que no podemos edificar la iglesia”. Por un lado, la iglesia ya ha sido edificada, y no hay necesidad de edificarla. Por otro, la edificación de la iglesia aún se lleva a cabo en resurrección. En un sentido muy real, no necesitamos edificar la iglesia. Más bien, simplemente debemos permanecer en la edificación y disfrutarla.
En Juan 2:19 el Señor Jesús dijo: “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré”. ¿Estos tres días ya pasaron, o todavía continúan? Es difícil responder esta pregunta. En cuanto a llevarlo a cabo, los tres días ya pasaron. Pero en cuanto al disfrute, todavía estamos en esos tres días. Entonces, ¿estamos llevando a cabo la edificación, o estamos disfrutando lo que ya ha sido edificado? Es difícil responder esta pregunta con nuestra mente limitada. Según nuestra manera de pensar, todavía seguimos realizando la obra de edificación. Aparentemente, estamos laborando en la obra de edificación; de hecho, estamos disfrutando lo que ya ha sido edificado. Podemos experimentar la edificación en resurrección todos los días. Lo que les estoy diciendo no es algo que yo mismo no haya experimentado, sino que es algo que he estado experimentando y disfrutando. Día tras día disfruto de lo que el Señor Jesús ha logrado en Su resurrección.
En el capítulo 2 de Juan hay dos señales. La primera consiste en cambiar el agua en vino; la segunda consiste en levantar el destruido templo de Dios. Gracias al Señor que hoy nosotros vivimos para esto y estamos en esto. Llevamos esta vida, y vivimos para que se cumpla esta meta. Llevamos una vida de cambiar el agua en vino con el único propósito de que el Cuerpo místico de Cristo sea edificado.
El Evangelio de Juan es profundo porque nos presenta las historias misteriosas de la vida divina. La mayoría de los cristianos no prestan atención a estos asuntos misteriosos que se revelan en este evangelio. Le agradecemos al Señor que Él nos ha introducido en estas historias misteriosas de la vida divina. Debido a que estos asuntos son misteriosos, no podemos expresar adecuadamente todo lo que vemos al respecto. Sin embargo, pienso que el Espíritu les hablará mucho más de lo que yo puedo hablarles. Entonces todos disfrutaremos un entendimiento interior mutuo en cuanto al cambio de muerte en vida para la edificación del Cuerpo de Cristo. ¡Alabado sea el Señor por la revelación que está en Juan 2! En este capítulo vemos el cambio de agua en vino con miras a la meta gloriosa y única de edificar el Cuerpo místico de Cristo.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.