Living Stream Ministry

A fin de exhibir la multiforme sabiduría de Dios

Los elementos mencionados anteriormente, los cuales conforman la intención de Dios con relación a la iglesia, están en el lado positivo. En términos de lo negativo, la iglesia hace frente al enemigo de Dios, En Efesios 1 se ve el lado positivo, el aspecto positivo de la iglesia, mientras que en el capítulo 3 se ve el lado negativo relacionado con el enemigo. Por medio de la iglesia, la multiforme sabiduría de Dios es dada a conocer a los principados y autoridades, y el enemigo es sojuzgado (v. 10). Si no existiera tal ser maligno en el universo, la sabiduría de Dios no tendría necesidad de ser manifestada. Es por medio de todos los problemas ocasionados por Satanás que Dios tiene la oportunidad de dar a conocer Su sabiduría. Todo este universo ha sido dañado, pero Dios está dispuesto a que éste sufra daño porque Él tiene Su propósito. Dios necesita que un ser tan maligno como Satanás cause daño al universo para que la sabiduría de Dios pueda ser manifestada plenamente. Todo daño proveniente de Satanás es una buena oportunidad para exhibir la sabiduría de Dios.

Nunca debemos tener miedo por causa de los problemas o del daño que sufre la iglesia. Siempre que surge un problema para la iglesia, tenemos que acudir a Dios y decir: “Dios, te alabamos y te agradecemos. He aquí una buena oportunidad para que des a conocer algo”. A la postre, veremos que una iglesia gloriosa surgirá. Muchos “relatos” han sido insertados en la historia de la iglesia. Algunos son alegres, otros parecen ser tristes. Si consideramos la condición de la iglesia, es posible que sintamos molestia. Los problemas provienen de los hermanos y también de las hermanas. Sin embargo, si tenemos la visión, siempre estaremos alegres. Alabado sea el Señor, mientras más problemas haya, más oportunidades habrá para exhibir la sabiduría del Señor.

Necesitamos agradecer al Señor que Él nos da muchos hermanos y hermanas problemáticos. La sabiduría de Dios se hace manifiesta por, a través de, en y con todos los problemas. El Señor Jesús les dijo a los judíos: “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré” (Jn. 2:19). La destrucción que ellos ocasionaron sencillamente le dio al Señor la oportunidad de edificar algo mayor de lo que había sido destruido. Por lo tanto, a los ojos de Dios, la situación es gloriosa. En nuestro diccionario la palabra problemático es una palabra buena, no una mala. Debemos cambiar nuestro modo de pensar. Problemático realmente significa maravilloso. Todos los hermanos y hermanas “problemáticos” son maravillosos. Sin ellos la sabiduría de Dios no podría manifestarse. He sido un cristiano y he obrado para el Señor durante muchos años. Muchas veces fui desilusionado por ciertos hermanos. Sin embargo, un día en la Nueva Jerusalén veremos a esos hermanos, y nos maravillaremos de la clase de persona maravillosa que ellos han llegado a ser.

EL CAPITAL, EL PODER Y LA SABIDURÍA
EN LA ECONOMÍA DE DIOS

Todos los asuntos mencionados anteriormente se relacionan con el propósito, el objetivo, la meta y la intención de Dios. Además, a fin de tener un negocio, una economía, necesitamos tres cosas. En primer lugar, necesitamos el capital, las finanzas, los fondos. Si no tenemos el capital, no podemos hacer nada. Luego, también necesitamos el poder, la fuerza, para dirigir nuestra corporación. En tercer lugar, necesitamos la sabiduría, la mejor manera para hacer las cosas. Podríamos tener la corporación más grande con el mayor capital, pero si no tenemos el poder, no podemos hacer nada. De manera similar, si tenemos el capital y el poder, pero no poseemos la sabiduría necesaria para dirigir la corporación en la manera correcta, llevaremos la corporación a la quiebra. Una corporación exitosa necesita el capital, el poder y la manera, es decir, la sabiduría. En los dos libros de Efesios y Colosenses, podemos ver estos tres asuntos con respecto a la economía de Dios, Su administración y “corporación”.

El capital en la economía de Dios es Dios mismo. Efesios 3:19 dice que la iglesia está llena hasta toda la plenitud de Dios. Dios mismo es las finanzas. Él mismo es el mayor capital con el cual dirige Su negocio. La plenitud de Dios en la iglesia es la plenitud de la Deidad que habita corporalmente en Cristo (Col. 2:9). Por lo tanto, la plenitud de Dios, es decir, Dios mismo con todo lo que Él es, es el capital mismo, las finanzas, de Su economía.

En estos dos libros también tenemos el poder. Efesios 1:19 y 20 hablan acerca de la supereminente grandeza de Su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de Su fuerza, que hizo operar en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a Su diestra en los lugares celestiales. Esto es el poder divino. Además, el apóstol Pablo nos dice que el poder según el cual ministraba era un poder interior vigorizante (Col. 1:29). En el interior de Pablo, había algo que lo vigorizaba todo el tiempo, y él servía y ministraba por medio de este poder.

Además, la sabiduría necesaria para la economía de Dios es Cristo como sabiduría de Dios. En 1 Corintios 1:24 se nos dice que Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios. Por lo tanto, Dios mismo, el poder divino de Dios, y la multiforme sabiduría divina de Dios son los tres asuntos esenciales para la economía de Dios. La economía de Dios, Su corporación, se lleva a cabo por Dios mismo en calidad de capital, el poder divino de Dios, y la sabiduría divina de Dios en calidad de la manera de proceder. ¡Alabado sea el Señor, la iglesia es el centro mismo de esta economía! Dios lleva a cabo esta economía, es decir, Él produce la iglesia, consigo mismo como capital, por medio de Su propio poder divino y según Su propia manera divina, Su sabiduría divina.