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Gran misterio: Cristo y la iglesia, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-8704-0
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SECCIÓN DOS:
EL MISTERIO DE CRISTO:
LA IGLESIA

CAPÍTULO CINCO

LA IGLESIA ES EL MISTERIO DE CRISTO

Lectura bíblica: Ef. 3:2-11, 16-19

Estamos considerando seis décadas de la historia del Señor entre nosotros a fin de que seamos alumbrados para ver el camino del Señor, Su recobro, y así poder aprender las lecciones de la historia. También estamos considerando la visión que Dios nos ha revelado en la Biblia de modo que podamos seguirla y ponerla en práctica. No estamos siguiendo nuestras propias perspectivas, opiniones ni sentimientos. Durante las últimas seis décadas nuestra obra se ha basado en la visión rectora hallada en la Palabra de Dios.

Estamos considerando esta visión por amor a la generación más joven. En la actualidad, no sólo existen numerosas iglesias en Asia, sino también en los otros cinco continentes: Norteamérica, Sudamérica (incluyendo América Central), Europa, África y Australia (incluyendo Nueva Zelandia). En algunas iglesias más del ochenta por ciento de los santos tienen entre dieciocho y treinta y cinco años de edad. Estos santos o estudian en la universidad o trabajan. Queremos pasarles nuestra historia a estos santos para que vean la visión que el Señor nos ha mostrado. Esta visión abarca los profundos misterios ocultos en la Biblia.

En la Biblia hay dos misterios. El primer misterio es el misterio de Dios, y el segundo es el misterio de Cristo. El misterio de Dios es Cristo, y el misterio de Cristo es la iglesia. Nuestra visión es Cristo y la iglesia. El Señor nos ha revelado a Cristo y la iglesia; Cristo y la iglesia son los grandes misterios ocultos en la Biblia. En este capítulo nos centraremos en Cristo, el misterio de Dios, y en la iglesia, el misterio de Cristo.

LAS DOS CLASES DE REVELACIÓN
HALLADAS EN LA BIBLIA

La Biblia no es un libro ordinario. Cada palabra de la Biblia es dada por el aliento de Dios y es la revelación de Dios (2 Ti. 3:16). En la Biblia hay dos clases de revelación: la revelación hallada en la superficie y la revelación profunda. La revelación profunda tiene que ver con el misterio.

Cuando me pongo de pie, otros pueden ver con claridad que soy un hombre chino anciano. Tengo una nariz, una boca, dos ojos y dos orejas. No soy ni muy alto, ni muy bajo. También tengo dos brazos y dos piernas. Sin embargo, poseo más que estos rasgos externos; también poseo un ser interior, el cual es mi misterio. Mi ser interior es mi alma —mente, parte emotiva y voluntad— y mi espíritu, que incluye mi conciencia. Estas partes internas son algo difícil de entender; son indescriptibles. El ser interior es el profundo misterio oculto dentro del hombre. Este mismo principio también se aplica a la Biblia. Hay revelaciones en la superficie, y también hay misterios profundos.

La revelación hallada en la superficie del Nuevo Testamento puede ser entendida por cualquier persona instruida. Según esta revelación, Jesucristo es el Hijo de Dios, y nació alrededor de dos mil años atrás en la tierra de Judea. Vivió aquí en la tierra por treinta y tres años y medio. Durante ese tiempo Él predicó, enseñó, echó fuera demonios, sanó, hizo muchas obras buenas y realizó muchos milagros. Finalmente, Él cargo con los pecados de la humanidad y fue crucificado en la cruz para ser juzgado por Dios en lugar nuestro y para efectuar la redención. Fue sepultado, y tres días después resucitó. Después de Su resurrección, Él estuvo con Sus discípulos por cuarenta días y luego ascendió a la diestra de Su Majestad en las alturas para ser hecho Señor y Cristo (Hch. 2:36). Él es el Señor y Salvador de todos los hombres (1 Ti. 4:10). Cualquiera que esté dispuesto a arrepentirse, confesar sus pecados, creer en el Señor como Salvador y recibirle a Él como Redentor, será salvo, es decir, recibirá el perdón de sus pecados y será regenerado.

Cuando llegue la plenitud de los gentiles (Ro. 11:25), el Señor regresará para juzgar el mundo y dar fin al maligno. Luego, Él reinará sobre la tierra junto con Sus santos vencedores por mil años (Ap. 20:6). A este periodo de mil años se le llama el reino milenario. Después de estos mil años, el Señor Jesús dará fin a toda la vieja creación, renovará los cielos y la tierra, e introducirá la Nueva Jerusalén. En la Nueva Jerusalén Dios morará con el hombre en paz y justicia, y el hombre disfrutará de las bendiciones divinas por la eternidad. Ésta es la revelación hallada en la superficie del Nuevo Testamento. Ésta es la verdad hallada en la Biblia y es el evangelio que muchos misioneros predican por todo el mundo. Damos gracias al Señor por esta revelación hallada en la Biblia.

Sin embargo, la Biblia no es tan superficial. La Biblia contiene misterios profundos. En Efesios 3:2-11 la palabra misterio se usa tres veces. Un misterio es algo oculto, secreto e inconcebible. Todo lo que sea obvio y fácil de entender no es un misterio. Así pues, el universo entero es un misterio. Cuanto más avanza la ciencia, tanto más creen los científicos que el universo es un misterio. ¿Quién puede rastrear el origen de los cielos, de las huestes celestiales y de la tierra? ¿Quién puede explorar su significado? La respuesta a estas preguntas está oculta, y no es fácil de entender.

Además de los cielos y la tierra, el hombre es un misterio. ¿Cuál es el origen del hombre? ¿Quién diseñó al hombre? ¿Por qué sus fosas nasales apuntan hacia abajo, no hacia arriba? ¿Por qué nuestras cejas están sobre nuestros ojos, y no bajo ellos? Los arquitectos pueden mejorar el diseño de los edificios, los ingenieros pueden producir modelos modernos de autos, y los diseñadores de moda pueden cambiar el estilo del vestido, pero el cuerpo humano no puede ser mejorado. Si la nariz apuntara hacia arriba, el polvo y la lluvia entrarían en nuestras fosas nasales, y nos veríamos muy feos. Nadie puede mejorar la ubicación de nuestros ojos, orejas, nariz o boca; tienen las medidas exactas. Nuestras manos se ven bien con cuatro dedos y un pulgar; tienen la capacidad de realizar muchas cosas.

¿Cuál es el significado de la vida humana? ¿Cuál es el valor de la vida humana sobre la tierra? Éste es un misterio que la gente no puede entender. No obstante, Dios ha revelado este misterio en Su palabra. Él desea que el hombre entienda este misterio. También quiere que este misterio llegue a ser nuestra experiencia y nuestra realidad a fin de que sea nuestra vida y que expresemos en nuestro vivir este misterio, el cual es la iglesia. Por tanto, necesitamos dedicar tiempo para considerar el misterio de Dios al contemplar el misterio profundo oculto en la Biblia.


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