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Lecciones básicas acerca de la vidapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1467-1
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Actualmente disponible en: Capítulo 4 de 20 Sección 2 de 2

V. HACE QUE LA MENTE HUMANA
DUDE DE LA PALABRA DE DIOS

Después que Satanás vino e incitó la mente de la mujer, hizo que ésta dudara de la palabra de Dios (v. 4). En el versículo 1 de Génesis 3, él estimuló la mente de Eva; luego en los versículos 2 y 3, Eva empezó a hablar con él, lo cual indica que Eva había caído en la trampa. Ella no debía haber hablado con la serpiente ni debía haberle respondido; debía haberse apoyado firmemente en la palabra de Dios y alejado rápidamente del tentador. En vez de hacer esto, ella contestó diciendo: “Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, ha dicho Dios: No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis” (vs. 2-3). Esta pequeña conversación es evidencia de que Eva había caído en la trampa. Su respuesta abrió la puerta para que la serpiente le dijera: “¡Ciertamente no moriréis!” (v. 4). Éste es un paso más que Satanás dio para tratar con la mente de la mujer. Él no sólo quería incitar la mente humana, sino que además hizo que la mente humana dudara de la palabra de Dios. Esto significa que el veneno de la serpiente entró en la mente de la mujer, ya que las palabras de Satanás habían entrado en ella. Cuando las palabras tienen acceso, la persona que las profiere también tiene acceso. De este modo, la mente humana recibió el veneno y se contaminó.

VI. ESTIMULA LA PARTE EMOTIVA DEL SER HUMANO
PARA QUE NO GUSTE DE DIOS

Satanás también estimuló la parte emotiva del ser humano para que no guste de Dios. Esto se comprueba en el versículo 5, donde Satanás le dijo a Eva: “Sabe Dios que el día que comáis de él serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal”. Estas palabras eran malignas y agitaron los sentimientos de Eva haciendo que no gustara de Dios. Tal vez ella pensó que Dios le impedía participar de algo que sería bueno para ella. Ésta es la astucia del enemigo con la cual envenenó la parte emotiva del ser humano.

VII. SEDUCE LA VOLUNTAD HUMANA
INDUCIÉNDOLA A ESCOGER
EL ÁRBOL DEL CONOCIMIENTO

Satanás sedujo la voluntad humana induciéndola a escoger el árbol del conocimiento. Después de lo dicho por Satanás en el versículo 5, el versículo 6 dice: “Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer y que era deleitoso a los ojos, y árbol deseable para alcanzar la sabiduría, tomó de su fruto y comió”. Fue así como la voluntad humana fue seducida para que decidiera tomar del fruto del conocimiento del bien y del mal.

VIII. CONTAMINA TODA EL ALMA HUMANA

Para entonces, Satanás ya había contaminado toda el alma humana: la mente, la parte emotiva y la voluntad. La mente fue envenenada, la parte emotiva fue envenenada y la voluntad fue envenenada. Así que, todas las partes del alma fueron contaminadas.

IX. ENTRA EN EL CUERPO HUMANO
Y VIENE A SER EL MAL QUE SE HALLA EN LA CARNE

Cuando Eva y Adán tomaron del fruto del árbol del conocimiento, Satanás entró en el cuerpo humano y vino a ser el mal que mora en la carne del hombre. Para ver esto, vamos a Romanos 7:17-18a, donde Pablo dice: “De manera que ya no soy yo quien obra aquello, sino el pecado que mora en mí. Pues yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien”. Pablo afirma que no hay nada bueno en su carne. Luego, en 7:21 añade: “Así que yo, queriendo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está conmigo”. “El mal” debe de referirse a la vida, la naturaleza y el carácter malignos de Satanás, quien es el pecado que mora en nosotros. Cuando el pecado está inactivo dentro de nosotros, es meramente el pecado, pero cuando lo despertamos queriendo hacer nosotros el bien, el pecado se convierte en “el mal”. El versículo 23 dice: “Pero veo otra ley en mis miembros, que está en guerra contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros”. El pecado y el mal se hallan en los miembros del hombre, en la carne. Esto nos muestra que cuando el hombre tomó del árbol del conocimiento, Satanás se apoderó de todo su ser.

X. TOMA CAUTIVO AL HOMBRE
POR MEDIO DE LA MUJER

Satanás capturó al hombre valiéndose de la mujer (Gn. 3:6b). Primero se apoderó del vaso más frágil, la mujer, y luego la usó para tomar cautivo también al hombre. En 1 Timoteo 2:14 se nos dice: “Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión”. No fue al hombre a quien Satanás engañó, sino a la mujer. La historia nos dice que Satanás usa con frecuencia a la mujer para llegar al hombre y corromperlo.

XI. SE HACE UNO CON EL HOMBRE
Y LO ALEJA DE DIOS TRAYENDO MUERTE
AL ESPÍRITU HUMANO

Satanás se hizo uno con el hombre y lo alejó de Dios trayendo muerte al espíritu humano. Esto se ve en Efesios 2:1, 12 y 4:18, donde vemos que el espíritu del hombre quedó sumergido en una condición de muerte. De este modo, el hombre quedó alejado de Dios, privado también de la vida de Dios. Podemos ver que el hombre cayó hasta lo más bajo, ya que su mente, su parte emotiva, su voluntad y su cuerpo fueron envenenados; además su espíritu quedó sumido en una condición de muerte. El ser completo del hombre quedó contaminado, en muerte y alejado de Dios.

XII. USURPA AL HOMBRE PARA IMPEDIR QUE DIOS
CUMPLA SU PROPOSITO

Satanás usurpó al hombre para impedir que Dios cumpliera Su propósito. Hoy la humanidad se encuentra en las manos de Satanás, y éste la utiliza para hacer su voluntad a fin de no dejar que Dios lleve a cabo Su propósito. Dios hizo al hombre para que cumpliera Su propósito. Pero el hombre cayó en las manos usurpadoras de Satanás, de modo que es usado por Satanás para cumplir su propósito. En esto consiste el complot de Satanás, cuyo fin es arruinar al hombre.

Tenemos que recalcar que Satanás arruinó al hombre contaminando su alma y trayendo muerte a su espíritu. También tenemos que señalar que el cuerpo del hombre fue dañado de tal modo que se convirtió en la carne. En la carne, o sea, en el cuerpo arruinado del hombre, mora el pecado, el cual al actuar se le llama “el mal” (Ro. 7:21). El pecado y el mal son lo mismo. La palabra pecado denota principalmente la naturaleza, mientras que el mal se refiere más que todo a la actividad de aquél. En realidad, tanto el pecado como el mal son el propio Satanás. El mismo Satanás que mora en nuestra carne es el pecado. Cuando el pecado obra, es el mal. Podemos ver que el ser del hombre en su totalidad cayó al máximo cuando comió del árbol del conocimiento, debido a que su alma se corrompió, su espíritu quedó sumido en muerte y su cuerpo fue arruinado.

Debemos orar para tener las palabras exactas a fin de presentar estas verdades a los que son nuevos entre nosotros y a los jóvenes. Creo que esto es bastante crucial para las siguientes lecciones acerca de la vida divina.


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