Vasos útiles para el Señorpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4462-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Cuando lean la Biblia, ustedes tienen que aprender a encontrar los puntos principales y la idea general. Al leer la Biblia, deben aprender a dar en el blanco. Por ejemplo, cuando se come un pollo, lo que se debe comer es la carne, y no se presta atención a las plumas, el pellejo y los huesos del ave. Todas estas partes son esenciales para el crecimiento del ave, ya que sin ellas no podría existir. No obstante, cuando comemos pollo, debemos comer únicamente la carne. Tomemos como otro ejemplo el pescado. El pescado se compone de la cabeza, la cola, las escamas y los huesos. Si quieren disfrutar del pescado, deberán saber qué partes se deben comer. Hay muchos americanos que no saben qué parte del pescado pueden comer y terminan desechando la cabeza del pescado, su cola y sus huesos. Como resultado, no tienen un disfrute apropiado del pescado. Cuando nosotros leemos la Biblia, debemos aprender a darle al blanco. Si logramos hacerlo o no dependerá de si estamos enfocados en los puntos principales y de que tengamos el disfrute apropiado.
Cuando los autores de la Biblia escribieron las Escrituras no solamente insertaron “carne de pollo”, sino que también incluyeron geografía, historia, un sin fin de personajes, y varios asuntos y eventos. Sin embargo, al leer las Escrituras, no debemos ponerle atención a estas cosas, sino más bien, debemos tratar de encontrar los puntos principales relacionados con la vida divina y los principios espirituales, tales como el significado de la salvación y el significado de la gracia. Después de leer algún pasaje de las Escrituras, también deberíamos tratar de hablar los puntos principales así como tener un entendimiento del bosquejo para dicha sección. Ustedes que están aprendiendo a laborar para el Señor, deben aprender a hablar de una manera apropiada. Cuando den un mensaje no sólo tienen que expresarse apropiadamente, sino que también cuando conversan con las personas una por una, deben expresarse de manera lógica y atrayente, es decir, que vuestras palabras deben estar llenas de contenido.
Tomemos Filipenses 1 como un ejemplo de cómo debemos leer la Biblia. Quizás ustedes han estudiado minuciosamente este capítulo; es decir, puede ser que hayan tratado de captar el punto crucial y encontrar la línea central. Como resultado, sabrán que el tema de este capítulo es vivir a Cristo para magnificarle. Sin embargo, si no ven la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo (v. 19), ciertamente no le habrán dado al blanco. Aparte del Espíritu, ¿cómo podrían ustedes vivir a Cristo? Sin el Espíritu, ¿cómo podría Cristo magnificarse en ustedes? La clave, el pulso vital, para vivir a Cristo y magnificarle es la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo. Sin la suministración abundante del Espíritu de Jesucristo, ustedes tampoco tendrán el poder para defender el evangelio.
Pablo indicó claramente que su defensa del evangelio, su predicación del evangelio, sus padecimientos a causa de la persecución e incluso su encarcelamiento, todo ello dio como resultado que él viviera a Cristo para magnificarlo, y que todo dependía de la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo. El aliento en nuestro cuerpo humano puede servirnos para ilustrar la importancia del Espíritu. Si nuestro cuerpo tuviese todas sus partes y órganos completos pero le faltara el aliento, no sería más que un cadáver. También podemos usar como ejemplo la gasolina que usan los automóviles. Un coche viejo y barato con gasolina es mucho mejor que el mejor carro sin gasolina. La abundante suministración del Espíritu de Jesucristo es como “el aliento” y como “la gasolina” que necesitamos a fin de experimentar a Cristo. La abundante suministración del Espíritu de Jesucristo es el pulso de vida en Filipenses 1.
El pollo está compuesto de plumas, piel, hueso y carne. Esto es obvio, y todos sabemos que lo que debemos comer es su carne. Sin embargo, cuando leemos la Biblia, no es nada fácil encontrar “la carne del pollo”. Esto es lo precioso de leer la Biblia. El capítulo 1 de Filipenses tiene treinta versículos, y cada letra de cada palabra está escrita en el mismo formato y en el mismo estilo. Además, la frase la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo no está impresa con letras más grandes ni en negritas. Así pues, al leer la Biblia, es nuestra tarea encontrar esta frase, magnificarla y aplicarla en nuestra vida cotidiana. La lectura de la Biblia puede compararse con la manera en que respondemos ante una señal de tráfico. Cuando vemos un semáforo en rojo, sabemos que tenemos que detenernos y que cuando el semáforo está en verde debemos proseguir. De igual manera, cuando leemos la Biblia tenemos que encontrar cuál es el pulso vital, el punto más precioso de la sección que estamos leyendo.
Todo el libro de Filipenses trata sobre la experiencia que tenemos de Cristo. El capítulo 1, en particular, nos habla sobre varios aspectos relacionados con la experiencia de Cristo. En primer lugar, nos habla de la defensa del evangelio. No importa cómo otros predicaban el evangelio o lo que predicaban, Pablo seguía predicando el evangelio apropiado, y al hacerlo Pablo vivía a Cristo. Debido a que predicaba el evangelio apropiado, Pablo sufrió persecución e incluso fue encarcelado; sin embargo, él seguía viviendo a Cristo a fin de que Cristo fuera magnificado en su cuerpo. ¿Cómo pudo Pablo defender el evangelio, predicar el evangelio apropiado y vivir a Cristo de tal manera que lo magnificara, incluso hasta tal grado que no le importaba estar encarcelado? La clave, el pulso vital, que le permitió hacer lo que hizo, fue la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo. Cuando leemos Filipenses 1 tenemos que tomar nota de este hecho y resumir este capítulo de esta manera.
El libro de Filipenses en su totalidad trata sobre la experiencia de Cristo. El capítulo 1 nos dice que si hemos de experimentar a Cristo, tenemos que defender el evangelio, predicar el evangelio apropiado de manera adecuada e incluso padecer persecución por causa del evangelio. Tenemos que vivir siempre a Cristo para que Cristo sea magnificado en nosotros. Y la clave, el secreto y el pulso vital para vivirlo a Él es la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo.
La oración es el medio por el cual aplicamos la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo. Filipenses 1:19 dice: “Porque sé que por vuestra petición y la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi salvación”. Aquí la salvación no significa que Pablo sería rescatado de la cárcel, sino que sería rescatado del fracaso de no vivir a Cristo. En medio de la persecución y encarcelamiento que padecía, él seguiría viviendo a Cristo, defendiendo el evangelio y magnificando a Cristo. Pablo seguía predicando el evangelio apropiado y defendiendo el evangelio incluso durante su encarcelamiento. Por tanto, él vivía a Cristo y magnificaba a Cristo. Esto era su salvación. ¿Cómo podría Pablo haber sido salvo de esta manera? Esto fue posible por la petición de los santos y la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo. Después de que los santos oraban por Pablo, el Espíritu le suministraba y, una vez que Pablo era suplido, él era salvo; así que en lugar de experimentar la derrota él fue fortalecido y hecho apto para predicar el evangelio, para defender el evangelio, para padecer persecución, para vivir a Cristo y para permitir que Cristo fuera magnificado en él como siempre, o por vida o por muerte. Ésta es una exposición a manera de cristalización de Filipenses 1.
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