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Vida cristiana, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0260-9
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LA MUERTE DE CRISTO Y LA EFICACIA DE LA MISMA,
CON LAS CUALES EL ESPÍRITU ESTÁ COMPUESTO,
VIENEN A SER PREVALECIENTES EN EL ESPÍRITU

Ahora queremos ver cómo el Espíritu aplica la muerte de Cristo y la eficacia de la misma. La muerte de Cristo y la eficacia de la misma, con las cuales el Espíritu está compuesto, vienen a ser prevalecientes en el Espíritu. Si la muerte de Cristo no estuviera en el Espíritu, Su muerte no podría ser prevaleciente. Si disfrutamos y experimentamos al Espíritu, Su muerte viene a ser prevaleciente en nosotros. La muerte de Cristo está en el Espíritu.

EL ESPÍRITU COMPUESTO
MORA EN NUESTRO ESPÍRITU PARA IMPARTIR
LA MUERTE DE CRISTO Y LA EFICACIA DE LA MISMA
A PARTIR DE NUESTRO ESPÍRITU A NUESTRA ALMA
Y HASTA LLEGAR A NUESTRO CUERPO MORTAL

El Espíritu compuesto mora en nuestro espíritu para impartir la muerte de Cristo y la eficacia de la misma a partir de nuestro espíritu a nuestra alma y hasta llegar a nuestro cuerpo mortal (Ro. 8:6, 9-10). Esta impartición es la unción (1 Jn. 2:20, 27), y la unción es el mover del Espíritu que mora en nosotros. Los cristianos que aman al Señor y mantienen la comunión con Él siempre tienen el sentir de que algo se está moviendo en su interior y están conscientes de ello. Tal mover es la unción, y tal unción es la impartición del Dios Triuno, de la muerte de Cristo y de la resurrección de Cristo. Esa impartición incluye todos estos elementos: la divinidad, la humanidad de Cristo, la muerte de Cristo, la eficacia de Su muerte, la resurrección de Cristo y el poder de Su resurrección.

Cuando estamos bajo esta impartición, nuestra vida natural es aniquilada y nuestra carne es crucificada. Bajo esta impartición, esta unción, este mover del Espíritu que mora en nosotros, experimentamos la muerte de Cristo. Cuando estamos a punto de enojarnos, tal vez nos detengamos y nos pongamos a orar. Después de nuestra oración, se acaba el enojo. Esto se debe a que nuestra oración pone en marcha el mover del Espíritu que mora en nosotros, y dentro de tal mover se encuentra el poder aniquilador.

JESÚS NOS APLICA SU MUERTE
EN NUESTRO ENTORNO,
LO CUAL COOPERA CON EL ESPÍRITU
QUE MORA EN NOSOTROS
PARA MATAR A NUESTRO HOMBRE NATURAL

Jesús nos aplica Su muerte en nuestro entorno, lo cual coopera con el Espíritu que mora en nosotros para matar a nuestro hombre natural (nuestro hombre exterior), que consta de nuestro cuerpo y nuestra alma. Esto se menciona enfáticamente en 2 Corintios 4:10-12. Pablo dijo que llevaba en su cuerpo la muerte de Jesús para que la vida de Jesús se manifestara en su cuerpo.

En nuestro interior tenemos al Espíritu que mora en nosotros, pero debido a que a veces somos tercos y obstinados, Dios levanta algo en nuestro entorno para disciplinarnos. Toda la situación de nuestra vida se levanta en contra de nosotros para ayudar al Espíritu que mora en nosotros. El Espíritu que mora en nosotros obra para matarnos. El Espíritu es el que mata, pero necesita un instrumento, un “cuchillo”, con el cual matarnos. El “cuchillo” puede ser la esposa de un hermano, sus hijos o ciertos hermanos y hermanas en la iglesia. Cierto santo puede ser un “cuchillo” que el Espíritu utiliza para matarnos.

A todos nosotros nos gusta tener un buen entorno donde todo marche bien y todo esté muy tranquilo, dulce y amable. Cuando la gente nos pregunta: “¿Cómo estás?”, siempre les decimos: “Bien”. Sin embargo, muchas veces cuando decimos esto, estamos mintiendo. Si fuéramos muy francos, les responderíamos: “No muy bien”. Esto se debe a que estamos sujetos a un ambiente de sufrimientos y presiones que trabajan juntamente con el Espíritu con miras a matar nuestro hombre natural. El hermano Nee se refirió a tal entorno como la disciplina del Espíritu Santo. La muerte, o sea, el matar que se menciona en 2 Corintios 4 se lleva a cabo por medio de nuestro entorno. Al hablar de la aplicación de la muerte de Cristo, Romanos 8 se refiere al Espíritu que mora en nosotros, mientras que 2 Corintios 4 se refiere al entorno exterior. El entorno exterior coopera con el Espíritu interior para llevar a cabo la muerte de nuestro hombre natural.

En 2 Corintios 4:16 dice: “Nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día”. La palabra desgastando quiere decir “consumiendo, desmoronando, acabando”. Según la traducción de la Biblia en chino, también significa “siendo destruido”. Mientras nuestro hombre exterior está siendo consumido por la operación de la muerte, nuestro hombre interior está siendo renovado con el suministro fresco de la vida de resurrección.


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