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Liderazgo en el Nuevo Testamento, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-1-57593-376-4
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SER DIRIGENTE DEPENDE DE
LA CAPACIDAD ESPIRITUAL

En la economía neotestamentaria de Dios ser dirigente entre Sus hijos no es algo oficial, permanente ni organizado. Ser dirigente, más bien, depende de la capacidad espiritual. El que posee capacidad mayor es el que dirige. En un momento dado, es posible que cierto hermano tenga dicha capacidad, y en otro momento, tal vez la tenga otro. En el día de Pentecostés Pedro era el más capacitado, pero en Hechos 15 era Jacobo.

La relación entre Bernabé y Pablo muestra más a fondo este principio. Hechos 13:2 dice: “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”. Aquí vemos que se mencionó a Bernabé antes que a Pablo (Saulo). Sin embargo, cuando estaban en su viaje, Pablo espontáneamente tomó el mando (Hch. 13:9), porque tenía mayor capacidad espiritual. Bernabé trajo a Pablo a Antioquía, y mientras estaban allí, éste asumió el mando. Aun así Bernabé no discutió con Pablo acerca de ello en aquel viaje. Bernabé no dijo: “Pablo, conserva tu lugar. No te olvides que yo fui llamado primero. ¿Por qué estas tomando el mando?” Ya que Bernabé se dio cuenta de que la capacidad de Pablo era mayor, no discutió con él en cuanto al mando.

Todos estos casos comprueban que ser dirigente entre los hijos de Dios hoy en día no es algo oficial, permanente ni organizado. Sino que depende siempre de la capacidad espiritual. Dios lo dispuso de esta manera a fin de que se deje a un lado el concepto humano en cuanto al liderazgo. En el Antiguo Testamento los reyes heredaban el trono. Nunca hubo tres o cuatro reyes gobernando al mismo tiempo. Pero en el Nuevo Testamento el Señor no designó a un solo apóstol sino a doce. Más tarde añadió otros, como Pablo, Bernabé y Timoteo. Creo que hubo muchos apóstoles. Si no fuera así, ¿cómo pudo haber apóstoles falsos en 2 Corintios 11:13? Además, en cada iglesia local siempre hay varios ancianos. Esto indica que en la iglesia no existe en realidad un dirigente permanente.

PRACTICAR LA VERDAD
EN CUANTO AL LIDERAZGO

La razón por la cual menciono este asunto ahora es que durante los años pasados ciertas personas se creía ser el dirigente del recobro del Señor no solamente en este país, sino por todo el mundo. Si los santos hubieran entendido claramente la verdad en cuanto al liderazgo y hubieran practicado la verdad, nadie habría aceptado tal afirmación. Si entendemos claramente la verdad y la practicamos, desde ahora nadie se atreverá a llamarse el dirigente.

Si alguien piensa que yo dirijo el recobro del Señor, no entiende claramente la verdad; esto está en contra de la práctica de la verdad. Durante los años que he estado con ustedes, nunca me he creído ser el dirigente. No he dado órdenes ni a las iglesias ni a los santos en cuanto a lo que se debe hacer. Al contrario, muchas veces los ancianos de varias iglesias me había pedido que les diga qué debían hacer. Siempre les digo que vayan al Señor en oración y que dejen que El les guíe. No hay un liderazgo organizado en el recobro del Señor. Hace muchos años, cuando salimos de las denominaciones, dejamos principalmente la jerarquía y la organización. Todos nosotros debemos repudiar la jerarquía y nunca aceptarla. Sin embargo, en los años recientes, comenzó a infiltrarse una jerarquía y a asumir así el mando. Esto fue tolerado debido a que muchos estaban en las tinieblas y no practicaban la verdad. Ahora todos nosotros debemos conocer esta verdad. Debemos estar bajo la iluminación de la luz y estar llenos de la verdad.

Supongamos que alguien afirma ser nombrado dirigente en el recobro. No debemos aceptar lo que diga, sino que debemos ir al que presuntamente lo nombró. Si un barrendero que trabaja en la Casa Blanca declara que el presidente le dio una orden acerca de usted, no le haga caso. Más bien, busque al presidente y pregúntele. No debe cumplir la orden del barrendero simplemente porque afirma venir en nombre del presidente. Si usted a ciegas toma la palabra del barrendero, será engañado, pues usted está en las tinieblas y le falta la verdad. Nunca debe hacer nada ni creer nada basándose en que cierto hermano lo haya dicho. Lo que importa es lo que el Señor dice y lo que la Biblia enseña, no lo que un hermano dice. ¡Tenemos que conocer esta verdad y practicarla!

Yo estuve con el hermano Nee por muchos años. Nosotros nunca le consideramos el dirigente oficial, y él mismo nunca se consideró tal. Cuando alguien pensaba que el hermano Nee era dirigente y le pedía instrucciones, el hermano Nee nunca decía nada. El hablaba algo sólo cuando la persona le venía en busca de comunión. Nunca asumió el papel de dirigente oficial. Del mismo modo, yo no me considero el dirigente oficial en el recobro actual del Señor.


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