Estudio más profundo en cuanto a la impartición divina, Unpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7461-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-7461-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
A fin de entender el libro de Romanos, debemos primero conocer la estructura de este libro. Sabemos que la parte más importante de nuestro rostro son los ojos. Muchos eruditos de la Biblia consideran el libro de Romanos como los ojos del Nuevo Testamento. Este libro que es como los ojos del Nuevo Testamento fue escrito por Pablo mientras estaba en Corinto. Nos habla de la misteriosa economía de Dios, de Su impartición y del resultado de la misma.
Poco después que Pablo escribió 1 y 2 Corintios en Éfeso, él fue a la iglesia en Corinto, una iglesia llena de problemas. Creo que mientras estaba allí, afrontando todas las situaciones prácticas, hizo ciertas observaciones y tuvo ciertas ideas. Esto llegó a ser la estructura conforme a la cual escribió el libro de Romanos. Su intención era mostrarle al pueblo de Dios la misteriosa economía de Dios, cómo Su impartición produjo la redención y cómo a partir de esta redención, y mediante Su continua impartición, el hombre tripartito escogido sería completamente saturado del elemento divino. Tales personas no sólo obtendrían la vida de Dios por medio de la regeneración, sino que también serían santificadas, renovadas, transformadas e incluso conformadas en todo su ser —de adentro hacia fuera, desde su espíritu, a través de su alma y hasta alcanzar su cuerpo— a la imagen del Hijo primogénito de Dios, al llevar una vida de muerte y resurrección. Además, ellos serían conjuntamente coordinados y edificados como un vaso corporativo a fin de ser el Cuerpo de Cristo, Su complemento que se expresaría en la tierra en diferentes localidades. Aunque ellos vivirían en diferentes lugares, no estarían separados, sino que constituirían el único Cuerpo de Cristo, al tener una sola comunión universal y al llegar a ser la plena expresión de Cristo. Ésta es la estructura del libro de Romanos.
El apóstol Pablo vio que el propósito de Dios tiene como meta máxima que los hombres tripartitos que han sido redimidos y que, como hijos Suyos, poseen Su vida, se edifiquen conjuntamente hasta ser un solo Cuerpo que sea Su expresión corporativa sobre la tierra. En otras palabras, Dios desea obtener hijos de entre los pecadores a fin de que ellos puedan constituir el Cuerpo de Cristo para la expresión de Cristo. Esta expresión se presenta en la tierra en localidades individuales, y cada unidad está determinada por los límites administrativos de dicha localidad. Aunque se presentan en diferentes lugares, ellas no son entidades separadas; y aunque son de índole local, siguen formando parte del único Cuerpo universal de Cristo. Cuando Pablo escribió este libro, este pensamiento estaba profundamente arraigado tanto en su corazón como en su espíritu. Por lo tanto, con esto como fundamento, Pablo escribió este libro y lo envió a la iglesia en Roma.
Romanos 1 empieza hablando de una manera clara y concreta acerca del evangelio de Dios. El evangelio de Dios es el tema de Romanos; empieza hablándonos de la creación de Dios y demuestra la existencia de Dios con base en los cielos y la tierra. Sin embargo, el hombre creado no adoró a Dios según el eterno poder de Dios y las características divinas, todo lo cual se manifiesta en el universo. Al contrario, el hombre pecó y ofendió a Dios, de tal modo que fue condenado por la justa ley de Dios. A causa de esto, Dios efectuó la redención en Cristo a favor de los pecadores caídos, y mediante la fe de los pecadores los redimió uno a uno. Al pasar por la encarnación, el vivir humano y la crucifixión, Dios murió por el hombre y lo redimió, venció a Satanás, y en la resurrección llegó a ser el Espíritu vivificante, para entrar en los que creen en Él y le invocan, y así ser la vida y el todo de ellos. Éste es el evangelio de la salvación de Dios.
Este evangelio ha sido predicado hasta alcanzar los confines de la tierra. Todos los que escuchen este evangelio, crean e invoquen el nombre del Señor Jesús, recibirán al Cristo pneumático, quien entrará en ellos para regenerar su espíritu. A partir de ese momento, estas personas regeneradas podrán inhalar a Dios y recibirle; podrán inhalar a Dios y a Cristo, quien también es el Espíritu vivificante, como su aliento de vida; podrán también beber al Espíritu de vida como el agua viva, bebiéndole a fin de calmar su sed. Además de ello, podrán comer al Señor como el alimento espiritual por medio de las palabras de la Biblia. A medida que los creyentes inhalen, beban y coman al Señor de esta manera, el Espíritu vivificante podrá continuar realizando la obra de impartición en su interior. Esta impartición es como la unción; unge repetidas veces aplicando capa tras capa el elemento divino de Dios y Su esencia de vida santificadora y gloriosa a aquellos que creen en Él y le disfrutan. De este modo, ellos permanecerán en Él, y el Señor permanecerá en ellos. No habrá ninguna barrera entre ellos y el Señor. Ellos recibirán más de la grosura del Señor y disfrutarán de Su elemento divino, y crecerán con el crecimiento de Dios dentro de ellos. Al final, ellos no sólo serán regenerados, sino que también serán santificados, renovados y transformados. Por medio de este proceso, ellos experimentarán la muerte y la resurrección de Cristo, y serán conformados a la imagen de Cristo, el Hijo primogénito de Dios. Finalmente, todos éstos que creen en el Señor y le disfrutan llegarán a ser un vaso corporativo en el universo, constituyendo el Cuerpo de Cristo para ser la expresión de Cristo en cada localidad a fin de que se cumpla el deseo de Dios. Esto es lo que se revela en Romanos, del capítulo 1 al 16.
En los mensajes anteriores abarcamos los puntos principales antes del capítulo 12. En este mensaje abordaremos el contenido de cuatro capítulos: los capítulos 12, 14, 15 y 16. Romanos 12 nos muestra que nosotros que hemos recibido a Cristo y le disfrutamos somos miembros de Cristo y, como tales, hemos sido conjuntamente coordinados y edificados, y constituimos el Cuerpo de Cristo. Los otros tres capítulos nos muestran que, por un lado, este único Cuerpo de Cristo se expresa en localidades, en una ciudad tras otra, en diferentes países sobre la tierra como iglesias locales; por otro, debido a que la comunión de este Cuerpo es universal, estas iglesias locales siguen siendo una sola iglesia. De este modo, ellas le darán la gloria al único y sabio Dios.
En los mensajes anteriores hemos visto la impartición divina de la Trinidad Divina, y también el resultado de dicha impartición. Ahora queremos hablar acerca de la meta de esta impartición. La meta de la impartición de la Trinidad Divina en los creyentes es simplemente obtener un Cuerpo, el cual se expresa como muchas iglesias locales. Aun cuando hay muchas iglesias, hay un solo Cuerpo. Por un lado, tenemos el Cuerpo de Cristo, el cual es universal; por otro, el Cuerpo se expresa en diferentes localidades como iglesias locales. Así pues, desde el punto de vista universal, hay un solo Cuerpo; pero en términos locales, hay muchas iglesias locales.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.