Visión celestial, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-0927-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-0927-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Vimos que el yo es el alma independiente de Dios. Al llevar a cabo alguna obra, puede ser que nuestra motivación, intención, propósito y meta, sean correctas, pero si actuamos en forma independiente, estamos en el yo. Es posible que ésta sea nuestra situación aun cuando predicamos el evangelio, puesto que podemos predicar el evangelio en el yo y por éste. Además, podemos realizar ciertas labores para el Señor, pero tal vez las hagamos en el yo y con su energía.
Le agradezco mucho al Señor por Mateo 16:21-26. Aquí Pedro no estaba haciendo nada malo en contra del Señor. Al contrario, actuaba por amor a El, con la intención de hacer algo bueno para El. Sin embargo, debido a que estaba actuando en forma independiente, el Señor se volvió hacia él y le dijo: “¡Quítate de delante de Mí, Satanás!” Esto indica que no importa qué hagamos, aunque sea algo bueno, si lo hacemos independientes del Señor, estaremos en el yo.
Por lo anterior, deducimos que al Señor Jesús no le importa tanto lo que hagamos, sino que dependamos de El. Si vemos esto, prestaremos atención, no tanto a nuestras obras, sino a nuestra dependencia del Señor. Debemos preguntarnos siempre: ¿Estoy siendo independiente del Señor o dependo de El? Si somos independientes del Señor, estamos en el yo. Pero si dependemos de El, espontáneamente dependeremos del Cuerpo.
El Señor y el Cuerpo son uno solo. Si uno depende del Señor, depende del Cuerpo, y si depende del Cuerpo, dependerá también del Señor. Pero si es independiente del Cuerpo, automáticamente será independiente del Señor y estará en su yo, no importa cuántas cosas buenas se haya propuesto hacer. Además, debido a que se encuentra en su yo, estará asociado con Satanás, y formará una corporación con él. En esta corporación, el yo es el gerente y Satanás es el presidente.
¡Cuánto necesitamos la visión del yo! Si tenemos esta visión, aborreceremos nuestra independencia tanto del Señor como del Cuerpo, desearemos depender del Cuerpo, de los hermanos y hermanas, y del propio Señor. Mientras carezcamos de tal dependencia, el yo estará presente. Sin embargo, cuando practicamos esta dependencia, el yo desaparece.
La dependencia nos trae paz. De hecho, la dependencia es la verdadera paz. ¿Cómo sabemos que dependemos de Dios? Lo sabemos por la paz que hay en nosotros. Cuando dependemos de Dios, tenemos completa paz.
Algunos hermanos que son independientes del Cuerpo, tal vez afirmen que están haciendo algo para Dios, pero no tienen paz en su interior. Cuanto más declaran que están haciendo algo para Dios, más sienten su falta de paz. Si uno les pregunta si tienen paz, dirán que sí. Ellos dirán: “Tenemos paz, ¿por qué hemos de relacionarnos con ustedes? Estamos predicando el evangelio y haciendo la obra del Señor; además tenemos paz”. ¿Pero, qué clase de paz es ésta? Ciertamente no es una paz genuina, sino una paz fabricada por ellos mismos, una paz hecha y mantenida por el yo.
Cuando dependemos del Señor y del Cuerpo, no necesitamos fabricar la paz ni esforzarnos por mantenerla. Una paz fabricada por el hombre es una paz que requiere del yo para sostenerla. En cuanto el yo deja de laborar para mantenerla, ésta se esfuma. La paz verdadera no requiere ser sustentada por el yo. Si uno realmente depende del Señor y del Cuerpo, automáticamente tendrá paz. Sabrá, y los demás también sabrán, que uno tiene verdadera paz.
Aquellos que actúan en forma independiente del Cuerpo, no sólo carecen de paz en su interior, sino que tienen necesidad de hablar con otros para obtener la confirmación que requieren. Procuran obtener confirmación de este modo, debido a que no tienen paz. Los que son independientes del Cuerpo jamás obtiene la paz verdadera. En vez de paz, tienen su yo.
La visión del yo está muy relacionada con el Cuerpo. Ahora estamos en el recobro del Señor, y aquí, la edificación del Cuerpo es crucial. El yo es enemigo del Cuerpo, es su mayor impedimento, su peor obstáculo y su más intenso opositor. Cuando tenemos el yo, no tenemos el Cuerpo, y cuando el Cuerpo es una realidad, el yo es eliminado. A fin de que el Cuerpo sea edificado, el yo, el alma independiente, debe ser eliminado. El yo es el ego independiente. Cuando somos independientes estamos en el yo, no tenemos paz, y el Cuerpo no puede existir.
Repito una vez más que necesitamos la visión del yo. Es imprescindible que oremos por este asunto. ¡Que el Señor nos conceda misericordia y nos muestre la visión del yo!
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.