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Verdad, la vida, la iglesia y el evangelio las cuatro grandes columnas del recobro del Señor, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3645-1
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CAPÍTULO SEIS

LA SEGUNDA GRAN COLUMNA
EN EL RECOBRO DEL SEÑOR: LA VIDA

Lectura bíblica: Jn. 10:10b; 11:25a; 1 Jn. 1:2; 3:9; 5:12; Col. 3:4a; Gá. 2:20; 1 Co. 15:45b; Ro. 8:2; Col. 1:19; Ef. 4:15, 13;
2 P. 1:3-4

EL SEÑOR JESÚS ES LA VERDAD Y LA VIDA

El recobro del Señor está fundado principalmente sobre cuatro columnas: la verdad, la vida, la iglesia y el evangelio. El cristianismo ha caído en degradación por haber perdido la verdad y estar escaso de vida. La Biblia nos dice que el Señor mismo es la verdad y la vida. En Juan 14:6 el Señor Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la realidad, y la vida”. En este versículo la realidad es lo mismo que la verdad. Por consiguiente, el Señor dijo que Él mismo es la vida y la verdad.

Tanto la verdad como la vida son el Señor mismo, no obstante, éstos son dos diferentes aspectos de lo que Él es. La diferencia es que la verdad es la definición y explicación, lo cual es algo externo, mientras que la vida denota el contenido interno e intrínseco. El Señor en nosotros es nuestra vida, pero la experiencia que tenemos de esta vida requiere una explicación. Esta explicación es la verdad. Si recibimos al Señor en conformidad con esta explicación, tenemos vida. Por consiguiente, si queremos experimentar y disfrutar al Señor como vida, debemos conocer la verdad. Conocer al Señor como verdad incluye el hecho de experimentar al Señor como vida. Si no tenemos claridad con respecto a la verdad ni entendemos ni conocemos la verdad, nos será imposible disfrutar al Señor como nuestra vida. Por esta razón debemos dedicar suficiente tiempo para aprender la verdad.

EXPERIMENTAR LA VIDA
AL CONOCER LA VERDAD

El Señor no nos dejó en tinieblas. Hoy en día todas Sus verdades se hallan contenidas en la Biblia, la cual Él nos ha dado. Ahora debemos comprender que la Biblia es un libro de vida. Y la razón por la cual la Biblia es un libro de vida es que su contenido en su totalidad es la verdad. Todos los cristianos que tienen más experiencia reconocen que nadie puede disfrutar a Cristo como vida a menos que conozca la Biblia o entienda la verdad hallada en la Biblia. Por lo general, vamos al mercado para comprar los víveres que sustentan y nutren nuestro cuerpo físico. De la misma manera, debemos acercarnos a la Biblia para recibir la verdad que está en ella, si deseamos recibir y disfrutar al Señor como vida. Todas las verdades halladas en la Biblia son alimento para nuestra vida espiritual.

La Biblia no es simplemente un libro de conocimiento. Todo el conocimiento contenido en la Biblia es, de hecho, la verdad, dentro de la cual se halla la vida. Cuando leemos la Biblia, si sólo estudiamos la letra, pero no la verdad intrínseca que se halla en ella, no recibiremos vida. Por consiguiente, toda persona que lea la Biblia tiene que ver la verdad que la letra de la Palabra comunica. Una vez vemos la verdad, espontáneamente tocaremos la vida. Los Estudios-vida han sido publicados para ayudarnos a entrar en las profundidades de la letra de la Palabra. Por lo tanto, todos aquellos que estudien detenidamente los Estudios-vida ciertamente adquirirán cierta medida de experiencia. Los Estudios-vida nos introducen en las verdades bíblicas, las cuales nos proporcionan el verdadero suministro de vida.

Hoy en día el recobro del Señor consiste en recobrar la verdad y la vida. Todos sabemos que la decadencia del cristianismo se debe a que se ha perdido la verdad y la vida. Esta pérdida de la verdad y de la vida con el tiempo dio origen a un sinnúmero de métodos humanos y organizaciones mundanas, las cuales no son lo que Dios desea. El Señor no desea una organización ni ningún método humano; antes bien, Él desea que Su iglesia lo conozca como la verdad y le reciba y disfrute como vida. Lo único que debemos ver en la iglesia es el crecimiento de Cristo en nosotros como verdad y vida. Podemos comparar esto con un huerto, donde lo único que vemos son los frutos de vida producidos por los árboles frutales. En un huerto no vemos ningún tipo de organización o buen comportamiento; antes bien, lo único que vemos son los árboles frutales que crecen y dan fruto como resultado de su crecimiento en vida. Lo mismo debe suceder en las iglesias en el recobro del Señor hoy en día. En las iglesias no deseamos una organización ni métodos humanos; más bien, queremos plantar y regar como lo dice el apóstol Pablo en 1 Corintios 3:6 y 9, a fin de ministrar algo al pueblo de Dios.


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