Agresividad apropiada que requieren los que sirven al Señor, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4972-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Otra carga del entrenamiento, la cual presentaremos en una comunión posterior, es que cada servidor de tiempo completo ayude a un grupo pequeño. Eso no significa que nosotros guiaremos los grupos pequeños, sino que más bien los ayudaremos. Por un lado, me preocupa que los servidores de tiempo completo se enorgullezcan al escuchar que ahora ellos están calificados, y que han sido designados y comisionados para ayudar a los grupos pequeños; por otro, los hermanos y hermanas de los grupos pequeños podrían decir: “¿No dijo el hermano Lee que no hay hermanos responsables o líderes en los grupos pequeños? ¿Por qué entonces les pide a los entrenantes que nos ayuden?”. Debemos ver que a fin de evitar hacer las cosas de manera natural en los grupos pequeños, estos grupos pequeños necesitan ayuda. A fin de ayudar a los grupos pequeños, los entrenantes deben conocer las complicaciones relacionadas con un grupo pequeño.
En el recobro del Señor nuestras prácticas no son mecánicas ni organizativas; al contrario, son orgánicas. Por lo tanto, no está bien que los hermanos y hermanas que sirven a tiempo completo ayuden a los grupos pequeños de forma organizativa. Nuestra ayuda debe ser orgánica. No es fácil conocer lo qué es orgánico y lo qué es organizativo. En el entrenamiento seremos perfeccionados para saber ayudar a los grupos pequeños y después seremos asignados a un grupo pequeño. Si nuestra actitud es que nosotros sabemos ayudar a las personas y, por lo tanto, somos los entrenadores, lo que hagamos será organizativo. Debemos tener la actitud de que somos un hermano o una hermana que es un miembro del Cuerpo y que se reúne con otros hermanos y hermanas en un grupo pequeño. No debemos sentir que estamos allí para ayudar a otros y que los demás miembros deben recibir nuestra ayuda.
Debemos actuar de manera orgánica en el grupo pequeño. Aunque esto no es fácil, si aprendemos, cada uno de los grupos pequeños será avivado. Por ejemplo, si en una reunión de grupos pequeños una persona de repente trae comida e invita a los demás hermanos a festejar, ¿debemos unirnos a ellos? o ¿debemos darles un mensaje diciéndoles que una reunión de grupo pequeño no debe ser mundana? ¿Cuál es la mejor manera de manejar esta situación? Un hermano podría decir que necesitamos volvernos a nuestro espíritu, comer en el espíritu e introducir a todos en Cristo por medio del comer. Esto quizás suene bien, pero no es tan sencillo de llevar a cabo. Una manera de manejar la situación es no hacer nada. Simplemente podemos comer con ellos, sin esperar hacer nada, porque no hay mucho que podamos hacer en esa clase de atmósfera. Por lo tanto, lo mejor es no hacer nada ni decir nada. Simplemente coma con ellos.
Después que terminemos de comer, no debemos buscar una oportunidad para corregirlos. Incluso si les decimos que las cosas materiales son un tipo de las cosas espirituales, debemos hablar cuidadosamente, pues, de lo contrario podríamos estar insinuando algo. Lo más apropiado es decir algo que eleve la atmósfera cuando nos pidan hablar. Debemos hablar Cristo, pero no decir nada con relación al comer. Hablar de la comida es como descubrir la cicatriz. Debemos evitar hablar de esa manera. Únicamente debemos decir algo que inspire a los demás para que puedan recibir el beneficio. Posiblemente no tendremos la oportunidad para ayudarlos ese día, ni siquiera en la segunda o tercera visita. Si podemos soportar esto hasta una cuarta reunión, tal vez para ese entonces sabremos cómo laborar en un grupo pequeño.
El día vendrá cuando el Espíritu Santo preparará el ambiente para brindar ayuda de manera espontánea. Por lo tanto, cuando vayamos a ayudar a las personas, no debemos buscar ser tan rápidos, ni preocuparnos únicamente por obtener un éxito inmediato. Es posible que los visitemos por medio año, y aún no podamos ayudarlos. Pero recuerden que ningún esfuerzo es en vano. En tanto que sigamos yendo, esto será mejor que nada.
Debemos entender que ellos no son completamente indiferentes con respecto a comer del banquete. Ciertamente tienen un sentir, pero qué profundo o fuerte sea su sentir dependerá de cuánto peso tengamos nosotros delante del Señor. Si el apóstol Pablo estuviera allí, ellos tendrían un sentir de mucho peso. Por consiguiente, es posible que debido a nuestra presencia, ellos empiecen a sentir algo. Es por eso que no necesitamos hacer nada inmediatamente; lo único que debemos hacer es ir una y otra vez. Estoy seguro que el Espíritu Santo nos dará una oportunidad y nuestro esfuerzo no será en vano. Aprender a no hacer nada es una lección muy importante. La obra que estamos realizando es espiritual, y éste es el secreto. Espero que todos nos ejercitemos de esta manera. Con el tiempo, los grupos pequeños serán librados de la manera natural de hacer las cosas, y las personas recibirán de nosotros el suministro de vida.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.