Estudio-vida de Lucaspor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-1203-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-1203-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
En la parábola del buen samaritano también se revelan las virtudes humanas y los atributos divinos del Salvador-Hombre (10:25-37). El buen samaritano representa al Salvador-Hombre. En esta parábola es fácil ver las virtudes humanas del samaritano, pero ¿dónde vemos los atributos divinos? Se ven los atributos divinos del Señor en el hecho de que el samaritano llevara al herido a un mesón. “Y al día siguiente, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese” (10:35). Aquí vemos algo de los atributos divinos del Señor. Aparte de Dios, ¿quién puede obrar de una manera tan inesperada e imprevista? Si éste no fuera Dios, ¿cómo pudo haber dicho estas palabras al mesonero? La obra inesperada del Señor puede considerarse una expresión de Sus atributos divinos.
El Señor también se condujo en Sus virtudes humanas con Sus atributos divinos cuando estaba en la cruz. El ladrón le dijo: “Jesús, acuérdate de mí cuando entres en Tu reino” (23:42). El Señor le respondió: “De cierto te digo: Hoy estarás conmigo en el Paraíso” (v. 43). Aquí vemos las virtudes humanas que expresan los atributos divinos. En lo que el Señor dijo al ladrón no vemos solamente las virtudes humanas, sino también los atributos divinos manifestados en las virtudes humanas del Señor. Aunque El era un hombre, estaba lleno de todos los atributos divinos. Por lo tanto, El podía conducirse en Sus virtudes humanas con Sus atributos divinos. Estos ejemplos nos deben ayudar a entender cómo el Señor ministró en Sus virtudes humanas con Sus atributos divinos.
Lucas 4:14 y 15 dicen: “Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió Su fama por toda la tierra de alrededor. Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos”. El Espíritu del versículo 14 es el Espíritu Santo que descendió sobre el Señor Jesús en el momento de Su bautismo para el cumplimiento de Su ministerio. Por lo tanto, El tenía el Espíritu Santo en el aspecto esencial para Su ser y en el aspecto económico para Su ministerio.
Según el versículo 15, el Señor estaba enseñando en las sinagogas. Una sinagoga es un lugar de reunión donde los judíos leen y aprenden las Santas Escrituras (Hch. 13:14-15).
Puesto que el hombre cayó en pecado, la comunión que tenía con Dios se interrumpió, lo cual dio por resultado que todos los hombres no tuviesen el conocimiento de Dios. Tal ignorancia primeramente produjo las tinieblas y luego la muerte. El Salvador-Hombre, quien es la luz del mundo (Jn. 8:12; 9:5), vino como la gran luz a Galilea, tierra de las tinieblas, para alumbrar al pueblo asentado en la sombra de la muerte (Mt. 4:12-16). Sus enseñanzas liberaron la palabra de luz para alumbrar a los que estaban en la oscuridad de la muerte, a fin de que recibieran la luz de vida (Jn. 1:4). La enseñanza del Salvador-Hombre tenía como fin sacar al pueblo de las tinieblas satánicas e introducirlo en la luz divina (Hch. 26:18).
El Salvador-Hombre vino a Nazaret, donde se había criado. Conforme a Su costumbre, entró en la sinagoga en el día de sábado y se levantó a leer. Se le dio el libro, el rollo del profeta Isaías. Entonces abrió el rollo y halló el lugar donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre Mí, por cuanto me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres; me ha enviado a proclamar a los cautivos libertad, y a los ciegos recobro de la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año agradable del Señor” (4:18-19). Después que el Señor cerró el libro y lo devolvió al ministro, se sentó. Entonces dijo a la gente: “Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos” (v. 21).
Aquí vemos que el Espíritu del Señor estaba sobre el Salvador-Hombre porque Dios le había ungido para que anunciara el evangelio a los pobres. La palabra griega traducida anunciar el evangelio es euaggelízo, que significa evangelizar, anunciar buenas noticias. Predicar el evangelio fue la primera comisión del Salvador como Ungido de Dios, el Mesías. El evangelio sería predicado a los pobres, es decir, a los que son pobres en las cosas celestiales, espirituales y divinas (12:21; Ap. 3:17; véase Mt. 5:3).
Lucas 4:18 habla de los cautivos, los ciegos y los oprimidos. Los cautivos son los prisioneros de guerra, como los exiliados y prisioneros bajo el cautiverio de Satanás (Is. 42:7). Los ciegos incluyen los que son física y espiritualmente ciegos (Sof. 1:17; Jn. 9:39-41; 1 Jn. 2:11; Ap. 3:17). El recobro de la vista está relacionado con ser liberado del poder de Satanás (Hch. 26:18). La palabra griega traducida oprimidos viene de un verbo que significa partir a pedazos (Mt. 12:20). Los oprimidos son aquellos que están bajo la opresión de Satanás en enfermedad o en pecado (Lc. 13:11-13; Jn. 8:34).
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.