Información del libro

Entrenamiento de perfeccionamientopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-4812-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

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Actualmente disponible en: Capítulo 7 de 8 Sección 4 de 5

CAPÍTULO OCHO

LA PECULIARIDAD:
UN PROBLEMA MÁS PROFUNDO

(1)

Hemos visto en reuniones anteriores que nuestra opinión es simplemente la corporificación del yo. También vimos que la opinión es un gran impedimento tanto para el crecimiento en vida como para ejercer la función apropiada en la vida de iglesia. La verdadera experiencia que elimina la opinión es estar en el espíritu. Doctrinalmente nosotros podemos decir que necesitamos la luz y que también necesitamos cierta cirugía. Pero de acuerdo con nuestra experiencia la luz y la cirugía no nos ayudan mucho a eliminar nuestra opinión. Lo único que termina nuestra opinión es estar en nuestro espíritu. Cada vez que estemos en nuestro espíritu, el yo, o podemos decir la corporificación del yo, nuestra opinión, es pelada. Siempre que nosotros permanezcamos en nuestro espíritu, nuestra opinión será pelada.

PELAR LA OPINIÓN

Necesitamos un ejemplo que nos demuestre que cuando permanecemos en nuestro espíritu, nuestra opinión es pelada. Supongamos que soy una persona que fácilmente tiene opiniones. Por supuesto que a todos nos es fácil tener opiniones. Los únicos que no tienen opinión son los objetos inanimados tales como las sillas. Una silla no tiene opinión. Pero una persona viviente, con un cuerpo físico viviente siempre tiene una opinión. En realidad nuestro ser caído es sólo la corporificación de la opinión. Ninguna persona está libre de opinión. Algunos expresan su opinión con rapidez, y otros con lentitud. Algunos siempre expresan sus opiniones; y otros tienen muchas opiniones, pero no las expresan. Puede ser que no la expresen debido a su experiencia o a su manera de ser, pero esto no significa que ellos no tengan opinión. Ellos tienen mucha opinión, pero no son muy expresivos. Ellos mantienen sus opiniones escondidas, pero éstas siguen ahí. Cuando se expresa una opinión, causa daño a los demás; pero cuando no se expresa y permanece oculta en uno, lo daña a uno mismo. Muchos buenos hermanos y hermanas entre nosotros, han sido aniquilados porque ocultan su opinión. Tal vez consideremos que aquellos que expresan su opinión con tanta facilidad son personas algo problemáticas, mientras que aquellos que nunca expresan su opinión son buenos hermanos y buenas hermanas. Sí, ellos son buenos hermanos y buenas hermanas, pero todo el tiempo están cometiendo un tipo de suicidio espiritual. El único punto favorable es que ellos no matan a otros. Mas en su bondad ellos se matan a sí mismos. El punto es que nadie está libre de opinión.

Durante los pasados cincuenta años he tenido la experiencia de haber sido iluminado y también he experimentado muchas cirugías. Pero de acuerdo con mi experiencia, la única manera efectiva para tratar con nuestras opiniones es permanecer en el espíritu. Incluso el hecho de permanecer en nuestro espíritu no significa que nuestra opinión será completamente desarraigada o removida. Yo no tengo esa experiencia. Pero cuando permanecemos en el espíritu, algo de nuestra opinión espontáneamente será pelada. No sólo ya no expresamos nuestra opinión, sino que además dejamos que nuestra opinión se vaya. Así es como se “pela” la opinión.

PROBLEMAS QUE PROVIENEN DE LA OPINIÓN

Es menester comprender que todos los problemas entre los cristianos se deben a esta única cosa, la opinión. Los problemas, la confusión, las divisiones, las disputas, todos son debido a la opinión. Recientemente recibí dos cartas de una persona, las cuales estaban llenas de opinión. Dicha persona recientemente había recibido un folleto que describe brevemente nuestra creencia. En la carta que me dirigía él señalaba que en dicho folleto, la manera en que presentamos la salvación era la correcta, pero que en la revista The Stream [El manantial] habíamos dicho que creer no era necesario, pues bastaba con invocar: ¡Oh, Señor Jesús! tres veces, y uno podía ser salvo. Él comentó que lo que habíamos dicho en The Stream no estaba correcto, pero que lo que exponíamos ahora en el folleto estaba en lo correcto. ¿Qué es esto? Es sólo opinión. Él hizo muchas comparaciones, las cuales no eran más que opiniones. Romanos 10, al cual también se refirió, nos muestra la creencia y también nos muestra la práctica. La creencia consiste en creer con el corazón y confesar. Luego está la práctica, invocar el nombre del Señor. Ambos aspectos son correctos. En cuanto a la creencia, usted tiene que creer en el Señor, confesar sus pecados y también confesar el nombre del Señor; entonces usted será salvo. En los versículos subsiguientes también nos dice que cualquiera que invoca el nombre del Señor será salvo. Éstas no son contradicciones. Uno no debería comparar estos dos aspectos. Éstos son dos aspectos de la manera en que somos salvos. Esta única manera de ser salvo tiene dos aspectos: primero usted debe creer y confesar; luego usted practica el invocar el nombre del Señor. Hemos visto que algunos en el pasado no sabían con claridad cómo creer ni cómo confesar, pero ellos tenían un corazón para invocar el nombre del Señor. Ellos simplemente invocaban: “¡Oh, Señor Jesús!”; después que invocaron dos o tres veces, ellos realmente fueron salvos.


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