Disfrutar las riquezas de Cristo para la edificación de la iglesia como Cuerpo de Cristopor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7932-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En el capítulo previo hablamos acerca de que debemos comer a Cristo como el árbol de la vida en forma de alimento. Esto se revela en plenitud desde el comienzo mismo de la Biblia, a lo largo de todo el contenido de la Biblia, hasta el final de la misma. La Biblia comienza con el árbol de la vida, continúa con el árbol de la vida y concluye con el árbol de la vida. El árbol de la vida es nada menos que Dios, quien en Cristo se presenta a Sí mismo a nosotros como vida en forma de alimento. No debemos olvidarnos de la frase bueno para comer [...] el árbol de la vida en Génesis 2:9. En el Evangelio de Juan, el Señor Jesús se presentó a Sí mismo a las personas como el pan de vida. Juan 6:35 dice: “Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a Mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en Mí cree, no tendrá sed jamás”, y en 6:57 Él dijo: “El que me come, él también vivirá por causa de Mí”. Al final de la Biblia también está el árbol de la vida (Ap. 22:2). El árbol de la vida es nuestra porción por la eternidad. Por la eternidad nos alimentaremos de Jesucristo, el árbol de la vida. Resulta claro que la Biblia es un libro acerca del comer. La Biblia no es un libro de cocina ni un manual, sino una mesa, un banquete. Siempre que acudimos a la Biblia, acudimos a la mesa, al banquete, para comer. ¡Aleluya, Jesús es la mesa, y Jesús es el banquete! Acudimos a Jesús y nos alimentamos de Jesús.
Si prestamos atención a la Biblia, veremos que los dos extremos de la Biblia se corresponden entre sí; son un reflejo el uno del otro. Al principio de la Biblia hay un huerto (Gn. 2:8), y al final de la Biblia hay una ciudad (Ap. 21:10). Al principio de la Biblia están el árbol de la vida y un río (Gn. 2:9-10), y al final de la Biblia también están el árbol de la vida y un río (Ap. 22:1-2). Al principio de la Biblia hay oro, bedelio (una especie de perla) y piedras preciosas (Gn. 2:11-12), y al final de la Biblia hay también oro, perlas y piedras preciosas (Ap. 21:18-21). Por último, al principio de la Biblia hay una novia (Gn. 2:22). Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo” (v. 18). Al final de la Biblia también hay una novia (Ap. 21:2, 9). Esto nos muestra que los dos extremos de la Biblia se reflejan mutuamente. La Biblia ha estado en nuestras manos por muchos años, pero tal vez nunca hayamos visto esto. Hay muchas cosas sorprendentes y maravillosas en la Biblia, pero sin importar cuántas veces hayamos leído Génesis 2 y Apocalipsis 21 y 22, es probable que no hayamos visto estos asuntos.
El principio de la Biblia nos muestra el plan de Dios, la “copia heliográfica” de Dios. En un libro sobre construcción, hay una copia heliográfica al principio del libro y una fotografía de un edificio terminado al final. Asimismo, en este libro divino de la construcción de Dios, hay una “copia heliográfica” al principio, y al final hay una “fotografía” del edificio de Dios. Entre estos dos extremos toma lugar un proceso. El proceso de cualquier clase de construcción no es nada simple. Después de Génesis 2, en el primer versículo del capítulo 3, el insidioso, la serpiente, aparece. Esta serpiente sigue a lo largo de toda la Biblia hasta Apocalipsis 20. En el proceso de la construcción divina, siempre ha habido problemas causados por esta persona insidiosa. Entre Génesis 1 y 2, y Apocalipsis 21 y 22 toma lugar el proceso de construcción junto con todas las distracciones, todas las frustraciones, provocadas por la serpiente. Este proceso es una historia de la sutileza de la serpiente. No obstante, justo antes de los últimos dos capítulos de la Biblia, esta serpiente es lanzada (20:10). Él se arrastró introduciéndose desde el primer versículo de Génesis 3, y es lanzado en el vigésimo capítulo de Apocalipsis. Esta visión abarca toda la Biblia. Hoy estamos en el proceso de construcción. La pequeña serpiente está aquí todo el tiempo, pero Cristo, la simiente de la mujer, ha herido la cabeza de la serpiente (Gn. 3:15). ¡Alabado sea el Señor! No importa cuán insidiosa sea la serpiente, su cabeza ha sido herida. Ahora él es un enemigo derrotado que ya fue arrojado (Ap. 12:9).
En los dos extremos de la Biblia, no vemos ninguna diferencia en el árbol de la vida ni en el río de agua viva. No obstante, el huerto que estaba al principio de la Biblia al final llega a ser una ciudad. Un huerto es algo natural donde no hay edificio alguno. Una ciudad, no obstante, no es nada natural; es una entidad edificada. En el huerto el oro, la perla y las piedras preciosas eran piezas individuales, pero en la ciudad el oro, la perla y las piedras preciosas han sido edificados como una sola entidad. En la ciudad ya no vemos únicamente las piezas, sino el edificio. Con respecto a la novia en Génesis 2 y Apocalipsis 21 también hay una diferencia. La novia en Génesis 2 es un tipo de la iglesia, mientras que la ciudad, la Nueva Jerusalén, es el cumplimiento de la novia.
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