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Administración de la iglesia y el ministerio de la palabra, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6813-1
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Actualmente disponible en: Capítulo 9 de 17 Sección 3 de 3

NO DAR UN ÉNFASIS IMPROPIO A LA ESPIRITUALIDAD
Y DESCUIDAR EL ASUNTO DEL TERRENO
DE LA IGLESIA

A fin de edificar una casa, ciertamente debe existir un lote o terreno; ése sería el terreno en donde se edifica la casa. De igual modo, la iglesia debe contar con un terreno. El hermano Austin-Sparks enfatiza sobremanera la espiritualidad pero descuida el asunto del terreno de la iglesia. Que el Señor me cubra con Su sangre al decir esto: la obra del hermano Austin-Sparks en la ciudad de Honor Oak es muy espiritual, pero debido a que él le da poca importancia al asunto del terreno de la iglesia, su obra no tiene futuro. Aquellos que se reúnen en Honor Oak aprenden muchos asuntos espirituales y ciertamente son ayudados espiritualmente, pero ellos no tienen a dónde ir el día que salgan de Honor Oak.

Había un buen grupo de la Asamblea de los Hermanos en Londres. El hermano D. M. Panton también tenía una reunión allí. Ya que esas reuniones no pertenecían al cristianismo organizado, ¿por qué el hermano Austin-Sparks se separó de ellos e inició otra reunión en Honor Oak? Esto tenía que ver con la verdad concerniente al terreno. El hermano Austin-Sparks pudo haber argumentado que aquellos grupos no eran tan espirituales. Si esos grupos no eran muy espirituales, ¿a dónde debían ir los hermanos que se reunían con él cuando salieran de Honor Oak? ¿Debían ellos irse a la Iglesia Presbiteriana, o a la Iglesia Bautista? ¿O debían ellos seguir el modelo de Austin-Sparks e iniciar otra reunión separada? La espiritualidad es un asunto relativo, pero el terreno es algo absoluto.

Tal como nosotros recibimos ayuda de Madame de Guyón y ciertamente honramos su porción espiritual, también recibimos ayuda del hermano Austin-Sparks y respetamos también su porción espiritual. Sin embargo, no concordamos con Madame de Guyón ni con el hermano Austin-Sparks en lo que refiere al terreno de la iglesia. Ciertamente respetamos la porción espiritual que posee el hermano Austin-Sparks, pero no aprobamos su punto de vista concerniente al asunto del terreno de la iglesia. No podemos aceptar sus correcciones; más bien, refutaremos su perspectiva. Esto es un asunto que tiene que ver absolutamente con la verdad. Aquellos que reciben ayuda de Honor Oak no tienen a dónde ir ni tienen manera de avanzar, pues aunque tienen espiritualidad, carecen del terreno genuino de la iglesia. Por consiguiente, aquellos que salen de Honor Oak, cuando van a diferentes lugares de la tierra, llegan a ser vagabundos que divagan. No podemos permitir que nuestros hermanos sean estrellas errantes sin tener un lugar definido a dónde ir. Si las iglesias en Taiwán sólo buscan el asunto de la espiritualidad, seguramente enfrentarán muchos problemas. El énfasis de la espiritualidad que sigue el hermano Austin-Sparks es demasiado subjetivo. Él puede hacer esto en Honor Oak, pero no puede venir a corregirnos en conformidad con su propio criterio. Tal corrección causaría que nuestra obra se desmoronara y nos haría ser semejantes a las denominaciones.

ESTAR FIRMES EN EL TERRENO DE LA LOCALIDAD
Y ANDAR EN EL CAMINO DE LA VERDAD

Aunque tal vez hoy no entendamos el alcance de estos asuntos, lo que hablo aquí es para la obra futura en otros lugares. En la actualidad hay muchos creyentes de diferentes trasfondos. Si aspiramos edificar la iglesia del Señor, debemos entender claramente lo que es el terreno de la iglesia; de otro modo, no tendremos manera de obtener dicha edificación. No podemos tomar la manera exclusivista y rechazar a todos los occidentales. Debemos recibirlos y reconocerlos como hermanos. Necesitamos desarrollar un discernimiento apropiado a fin de recibir a los hermanos occidentales. Si no lo hacemos, mucha de nuestra obra será en vano.

Si no contendemos por el terreno de la localidad y tomamos la actitud de ser tolerantes como lo hacen las denominaciones, entonces sería mejor ahorrar nuestra energía y unirnos a ellos. Pero nuestro deseo es que los hijos de Dios se den cuenta de que en las denominaciones Dios no puede avanzar, pues ahí no hay manera de producir la verdadera edificación de la iglesia. Lo mejor que ellos pueden lograr es conducir a las personas a la salvación y darles cierta edificación espiritual. Durante los últimos treinta años el Señor nos ha mostrado que si hemos de edificar la iglesia, por una parte debemos ser espirituales y, por otra, debemos estar afirmados sobre el terreno de la localidad. Si sólo buscamos ser espirituales pero no tenemos el terreno ni la edificación, los hermanos no podrán avanzar. Si cambiamos nuestra actitud y desechamos la verdad concerniente al terreno, los hermanos se convertirán en estrellas errantes y no podrán avanzar.

Todo asunto se rige por principios y leyes. Si no seguimos el camino de la verdad, otros lo harán. Y cuando aquellos que sí tomen el camino de la verdad nos cuestionen, no tendremos nada que responder. No tendremos manera de encarar sus cuestionamientos, porque habremos desechado el camino de la verdad. Tal vez alguien piense que no es necesario defender el asunto del bautismo por inmersión y que es suficiente con el bautismo por aspersión. Sin embargo, cuando un hermano que es bautizado por inmersión le cuestione, no podrá responderle, pues la verdad misma le condenará. Así que, por causa de la edificación de Dios, necesitamos una perspectiva precisa concerniente al asunto del terreno de la iglesia. Sólo estando firmes en el terreno de la iglesia podremos edificar verdaderamente la iglesia.

Si deseamos unirnos con los hermanos y ser edificados con ellos, necesitamos amar al Señor, ser espirituales, mezclarnos con Dios y tener Su autoridad. Sin embargo, no podemos estar en la Iglesia Bautista ni en la Iglesia Luterana, sino únicamente en el terreno de la localidad. Estando sobre dicho terreno apropiado podemos hablar la verdad, y entonces nuestro hablar será claro y lógico. En esto consiste la edificación de la iglesia. La única manera de edificar es ser establecidos sobre el terreno apropiado. Si no tenemos la visión de este terreno, nuestro hablar no tendrá mucho alcance. Compartiremos la misma posición del hermano Austin-Sparks.

Que el Señor tenga misericordia de nosotros a fin de que veamos claramente el asunto del terreno de la iglesia. Admitimos que los hermanos de Occidente son buenos hermanos, y que tienen un corazón limpio. Sin embargo, no tienen suficiente luz concerniente a la verdad y, por lo tanto, no entienden claramente el asunto del terreno de la iglesia. Además, ellos tienen un cierto sentido de superioridad occidental, lo cual no nos permite brindarles ayuda. Si no tuvieran tal sentir de superioridad y estuvieran dispuestos a humillarse y a tener comunión con nosotros respecto a la palabra del Señor, ellos gradualmente recibirían la luz. Su orgullo los lleva a tratar de cambiar todo lo que ellos tocan. Por consecuencia, son incapaces de recibir la luz, y así nos es difícil brindarles la ayuda.

Esto indica que el cristianismo organizado tiene problemas; aun aquellos que son espirituales y puros tienen problemas. Su conducta y su perspectiva nos llevan a ser pasivos y a mantener cierta distancia con ellos, aunque no al grado de cortar definitivamente toda comunión. No obstante, debido a que no existe una comunión activa con ellos, resulta difícil tener una verdadera edificación. Por otra parte, si nos involucráramos en una comunión amplia con ellos, nuestra obra se disiparía. Ciertamente tenemos la manera de avanzar, pero no tenemos la manera de avanzar en nuestra relación con ellos. Por tanto, preferimos mantener nuestra posición.

El asunto de la iglesia no es tan simple. Necesitamos ver la verdad y tener la visión del terreno de la iglesia. Nosotros recibimos todas las riquezas espirituales de aquellos que nos han precedido en los siglos anteriores, sin importar lo que ellos tomaron como su terreno. Sin embargo, estamos seguros del camino que el Señor quiere que tomemos. Nada puede cambiar nuestra posición. Ciertamente admiramos su espiritualidad, pero nuestro testimonio no es únicamente la espiritualidad. Sabemos con certeza que el Señor nos ha levantado para defender el terreno de la iglesia.

Cuando el hermano Nee habló sobre el principio de la línea de Antioquía en 1937, su énfasis se centró en las iglesias locales. Las notas de los mensajes fueron compiladas y publicadas bajo el título Evaluando la obra; esta obra fue publicada posteriormente bajo el título La vida cristiana normal de la iglesia. El hermano Nee recibió esta luz. Durante los últimos veinte años hemos entendido su hablar de una manera más clara. Pero aún hay mucho más que ver sobre este asunto. Mi deseo es que entendamos este asunto, ya que la administración de la iglesia entre nosotros depende de nuestro entendimiento de estas verdades.

En la actualidad los medios de transporte en el mundo son muy convenientes y están disponibles a todas las personas. La gente viaja de diferentes lugares a tener comunión con nosotros. Los hermanos occidentales pueden ser buenos hermanos y ser muy espirituales, pero también debemos estar conscientes de los problemas. No puedo decirles todo al respecto, pero les ruego que me crean. Estoy hablándoles seriamente y con toda solicitud sobre este asunto, pues no he decidido apresuradamente hablar de esto. He estado considerando esto por varios meses. Yo soy responsable de mis palabras, pero les pido que se esfuercen por entenderme correctamente. No estamos rompiendo relaciones con nuestros hermanos de Occidente. De ninguna manera somos una secta oriental. Pero debemos entender claramente el deseo del Señor al levantarnos. Necesitamos saber quiénes somos, discernir lo que otros tienen y saber cuál es la ayuda que debemos recibir de los demás. El hecho de estar conscientes de nuestra condición y de conocer al enemigo, nos garantiza la victoria en cada batalla. De esta manera no defraudaremos al Señor en lo que nos ha confiado.


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