Aspecto orgánico de la obra salvadora de Dios, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-1-57593-318-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-1-57593-318-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Pero la visión del cristianismo hoy en cuanto a la Biblia es muy inferior. Los luteranos no recalcan mucho el crecimiento en la vida ni la transformación. Ellos piensan que cuando alguien cree en el Señor, es justificado, pero no prestan mucha atención al aspecto orgánico de la obra salvadora de Dios. Del mismo modo, a los partidarios de la teología reformada tampoco les importan el crecimiento en vida ni la transformación, pues piensan que son demasiado complejos. Al contrario, piensan que una vez que una persona cree en el Señor, recibe una salvación que es segura eternamente. Dios nos escogió en la eternidad, y esto es suficiente y nunca cambiará. Su enseñanza carece de la revelación divina que está en las Escrituras santas. No podemos decir que no haya nada más después de que Dios nos escoge. Efesios 1:4 dice que fuimos escogidos. Pero Efesios no sólo contiene este versículo. Efesios 1 tiene muchos más versículos que nos cuentan que vienen más cosas después de que Dios nos escoge. Así que, no podemos decir simplemente que es suficiente que Dios nos haya escogido. Las personas que están en el movimiento pentecostal también pasan por alto el crecimiento en vida y la transformación. Piensan que es más importante hablar en lenguas y que una persona no puede ser salva si no habla en lenguas.
Esa es la condición del cristianismo actual. No saben de los asuntos orgánicos de la obra salvadora de Dios. Además, muchas personas del cristianismo ni siquiera saben que el Señor como Espíritu está en nuestro espíritu. Ni saben lo que es el Espíritu, ni que hay un espíritu en el hombre. Piensan que el espíritu y el alma son una sola cosa y que son sinónimos. También confunden el corazón, el alma y el espíritu, considerándolos sinónimos.
La condición del cristianismo actual es incurable. Lo único que podemos hacer es esperar a que regrese el Señor. Según Apocalipsis 17, cuando el Señor regrese, lo primero que hará será quemar la Iglesia Católica (v. 16); luego, mandará a los ángeles a atar en manojos a todos los falsos cristianos, la cizaña, del cristianismo y echarlos en el lago de fuego (Mt. 13:30, 41-42). En tercer lugar, congregará a todos los que verdaderamente son salvos ante Su tribunal; allí los juzgará para ver quiénes de ellos tenían un proceder y una obra de oro, plata y piedras preciosas y quiénes tenían un proceder y una obra de madera, heno y hojarasca (1 Co. 3:12-15; 4:4-5; 2 Co. 5:10; Ap. 22:12). Si el proceder y la obra son de madera, heno y hojarasca, el Señor quemará estas cosas en el fuego. Como resultado, sólo un poquito de oro, plata y piedras preciosas permanecerán. El Señor me mostró estas verdades después de que estudié la Palabra durante setenta años. Pero me duele ver la condición del cristianismo actual. Sin la misericordia del Señor, el recobro del Señor tal vez tenga dos clases de condiciones. Una condición es ser como Sardis, es decir, vivir de nombre pero estar muerto en realidad (Ap. 3:1). La otra condición es ser como Laodicea, es decir, ni caliente ni frío (v. 16). Hace algunos años teníamos la condición de estar vivos de nombre, pero en realidad estábamos muertos y no estábamos ni calientes ni fríos. Por tanto en 1984 fui a Taiwán a estudiar el nuevo camino que había de seguir el recobro del Señor. Hoy en el recobro del Señor, en términos generales, hemos salido de la condición de Sardis y Laodicea. Pero debemos ser humildes para no caer en estas condiciones.
Ahora veremos la santificación en la naturaleza divina y la renovación que el Espíritu efectúa en los creyentes.
Primero, debemos saber la diferencia entre la santificación en cuanto a posición y la santificación de nuestra manera de ser. Aquella pertenece al aspecto judicial de la obra salvadora de Dios, mientras que ésta pertenece al aspecto orgánico de la obra salvadora de Dios.
Antes de ser salvos, estábamos totalmente en el mundo. Después de ser salvos y regenerados, el Señor nos separó completamente para hacernos santos. Esta es la santificación en cuanto a posición, en la cual los creyentes son separados del mundo y hechos santos para Dios (1 Co. 1:2; Ro. 1:7). Como se menciona en Mateo 23, cuando el oro está en el mercado, es algo común, pero cuando es puesto en el templo, es santificado (v. 17). Esta clase de santificación no cambia la manera de ser interior; sólo cambia la posición exterior. Cada persona regenerada tiene más o menos esta clase de experiencia. Inmediatamente después de ser salvos, simplemente no queríamos mezclarnos con las personas del mundo; tuvimos que separarnos de ellas. Esta es la santificación, la separación, en cuanto a posición. La santificación en cuanto a posición ocurre mediante la sangre redentora de Cristo (He. 10:29; 13:12) que permite que los creyentes lleguen a ser el pueblo especial de Dios (1 P. 2:9-10 y las notas).
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.