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Entrenamiento de perfeccionamientopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-4812-6
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Actualmente disponible en: Capítulo 13 de 56 Sección 1 de 3

CAPÍTULO TRECE

LA PRÁCTICA DE VIVIR A CRISTO

Ahora debemos dar un pequeño giro en este entrenamiento. Quisiera pedirle a dos hermanos que nos den una conclusión de los mensajes pasados con respecto a este detestable asunto de la peculiaridad. Después de escuchar tantos mensajes, dígannos según su entendimiento ¿qué es la peculiaridad? Me preocupa que tal vez algunos no hayan entendido este asunto de la peculiaridad de una manera apropiada. Por favor, dígannos qué es la peculiaridad.

El primer hermano: ¡Alabado sea el Señor! Tal vez, hermanos y hermanas, aún tengo un entendimiento doctrinal sobre este asunto; sin embargo, pienso que algo que todos hemos visto en estas reuniones de perfeccionamiento es que nosotros somos peculiares. Quizás no podamos definir de manera específica lo que es nuestra peculiaridad, pero sí tenemos el conocimiento de que todos nosotros somos peculiares. Me parece hermano Lee, que usted nos ha estado compartiendo mucho sobre la peculiaridad, y al mismo tiempo, nos ha compartido bastante acerca de vivir a Cristo. Parece que por un lado tenemos la peculiaridad; y por otro, tenemos una escasez de vivir a Cristo. Aunque mi entendimiento pueda ser doctrinal, me parece que la peculiaridad en nuestro ser es simplemente ese elemento que nos impide vivir a Cristo. Es un tipo de obstrucción o frustración latente en nuestro ser que simplemente impide que el Señor, quien es nuestra persona, viva a través de nosotros. Yo supongo que la peculiaridad es simplemente lo que yo soy sin Cristo.

El segundo hermano: Yo no estaba aquí la semana pasada, pero según la comunión que hemos tenido en otras reuniones,yo simplemente diría que la peculiaridad es lo que somos fuera de Cristo.

LA PECULIARIDAD ES VIVIRSE A UNO MISMO

Esto está bastante acertado, pero aún no creo que sus respuestas le hayan dado al blanco. Después de tantos mensajes, que pudieron dejarles confusos, ahora quisiera decirles que la peculiaridad es simplemente vivirse a uno mismo. La peculiaridad consiste en vivir en nuestro yo.

LA INTENCIÓN DE DIOS

La intención de Dios para con el hombre es que el hombre lo exprese a Él. El hombre fue hecho a la imagen de Dios y conforme a Su semejanza. Claramente vemos que la intención de Dios es que el hombre sea Su expresión. Es fácil que cualquier recipiente inanimado contenga algo y exprese dicho contenido. Un recipiente no tiene vida ni personalidad; así que, uno puede poner lo que quiera en ese recipiente sin ocasionar problemas. Pero el hombre, como el recipiente de Dios, es una persona viviente con personalidad. Dios nos creó de esta manera: con una mente, una voluntad y una parte emotiva. Así pues, no es algo simple que el hombre contenga a Dios y exprese a Dios.

EL RESULTADO DE LA CAÍDA DEL HOMBRE

¿En qué consiste la caída del hombre? La caída del hombre consiste simplemente en alejar al hombre de Dios y hacer que el hombre sea un personaje prejuiciado. Como resultado de la caída, el hombre se volvió tendencioso; ya no es muy cooperativo con la intención de Dios. Además, al participar del fruto del árbol del conocimiento el hombre se hizo independiente. Todas las madres saben que sus hijos tienen una naturaleza caída, cuya característica es la independencia. Usted no necesita enseñar a sus hijos a decir “no”. Desde una temprana edad ellos dicen “no”. El “no” representa la naturaleza independiente del hombre caído. Todo hombre caído es independiente, y como tal, nadie viviría la vida de otro. A todo el mundo le gusta vivirse a sí mismo o a sí misma. En la vida matrimonial éste es el mayor problema. No importa cuánto un esposo y una esposa se amen, a cada uno aún le gusta vivirse a sí mismo. Conforme a lo ordenado por Dios, los dos deben ser uno. Uno debe ser la cabeza, y el otro debe estar en sujeción a la cabeza; así los dos se vuelven uno. Pero en casi todos los matrimonios ambos cónyuges siguen siendo dos. ¿Por qué? Porque nosotros somos seres caídos. No nos gusta vivir la vida de otro; sólo nos gusta vivirnos a nosotros mismos. Sin importar cuánto usted ame a su esposa, a usted todavía le gusta vivirse a sí mismo. Y sin importar cuán sumisa sea su esposa y cuánto ella lo ame, si usted le menciona que ella sólo se vive a sí misma, ella le confrontará. Así que, la táctica más sabia de un esposo es simplemente honrar el hecho de que su esposa vive para sí misma. Si usted respeta ese punto, ella siempre estará contenta. Si usted deja que ella viva por sí misma, ella será feliz. No toque esa parte. Si usted lo hace, ella se sublevará. Lo mismo ocurre con los hijos pequeños. Si los padres permiten que sus hijos pequeños vivan por sí mismos, éstos son felices. ¿Por qué muchos jóvenes americanos ansiosamente esperan alcanzar los dieciocho años de edad? Debido a que cuando ellos lleguen a los dieciocho, ellos serán como pájaros que salen de la jaula; tendrán la libertad para vivirse a sí mismos.


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