Información del libro

Experiencia que tienen los creyentes de la transformación, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-7157-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 7 de 7 Sección 3 de 5

SER CONFORMADOS A LA IMAGEN DE CRISTO
ESTÁ EN CONTRA DE GUARDAR LA LEY

Hay dos cosas en la vida cristiana que son diferentes entre sí. Una es guardar la ley; la otra es ser conformados a la imagen del Hijo primogénito de Dios (Ro. 8:28-29). De estas dos cosas, solamente esta última es el propósito eterno de Dios (Ef. 1:5). El propósito eterno de Dios —Su intención, Su pensamiento eterno— no es que nosotros guardemos la ley. Aun si pudiésemos guardar la ley perfectamente, tampoco sería el propósito eterno de Dios. La ley, en el mejor de los casos, es sólo algo adicional a la intención de Dios. El propósito eterno de Dios es que nosotros seamos conformados a la imagen de Su Hijo, de modo que Su Hijo unigénito llegue a ser el Primogénito de entre muchos hermanos. Originalmente, Dios tenía un solo Hijo, el Hijo unigénito (Jn. 1:18). Pero Su intención, Su propósito eterno, es producir muchos hijos para que Su Hijo unigénito sea el Primogénito entre muchos hijos.

Es posible que usted tenga muchos años de ser cristiano. ¿Cuál es su concepto de lo que significa ser cristiano? ¿Considera usted que ser cristiano es ser una persona que guarda la ley y hace el bien a fin de complacer a Dios? ¿O piensa que un cristiano es una persona que debe ser conformada a la imagen de Cristo? Conforme al pensamiento típico de los cristianos, un “buen cristiano” es una persona que guarda la ley. En otras palabras, si usted trata de ser un “buen cristiano", en realidad no está tratando de ser un hombre de Cristo, sino un buen hombre de Moisés. Si éste es su caso, en lo que concierne a su vivir, usted solamente es un cristiano sólo de nombre, porque en realidad usted está tratando de ser algo distinto.

Antes de venir al recobro del Señor, muy pocos de entre nosotros habríamos podido declarar lo siguiente: “Yo he sido regenerado por Dios con el fin de ser conformado a la imagen del Hijo primogénito de Dios. Por esta razón, no tengo nada que ver con la ley; y sólo deseo estar alineado con el Espíritu Santo, pues ésta es la única manera de poder ser conformado a Su imagen día tras día”. La mayoría de nosotros sólo hubiéramos dicho que, como aquellos que han sido salvos por Dios, nuestro deber es ser buenos cristianos que hacen el bien y guardan la ley. Quiera el Señor abrir nuestros ojos para que veamos que el propósito eterno de Dios no consiste en que debemos hacer todo lo posible por guardar la ley. Tenemos que abandonar ese pensamiento. El propósito eterno de Dios consiste en que seamos conformados a la imagen del Hijo primogénito de Dios.

Quisiera poder recordarles mil veces, mientras desarrollo este capítulo, que deben ser conformados a la imagen del Hijo primogénito de Dios. Pero temo que apenas cierren el libro, aun después de tales recordatorios, se olviden de todo. Temo que aun después de presentarles un contraste entre guardar la ley y ser conformados a la imagen de Cristo, mañana por la mañana se arrodillen para orar, diciendo: “Señor, éste es un nuevo día. Ya no quiero equivocarme. Quiero hacer lo correcto. Quiero hacer el bien. Deseo ser humilde y amable con mi esposa. Señor, ayúdame a hacer todas estas cosas”. Si oran de esta manera, eso muestra que en lugar de ser conformados a la imagen de Cristo, están tratando de ser un buen hombre de Moisés. Hace muchos años yo ofrecía oraciones similares a éstas, día tras día, porque no había recibido la visión acerca de la conformación. Aun hoy en día a veces soy seducido por el viejo engaño del enemigo y retrocedo. Tenemos que dejar de orar de esa manera. Cuando lo hacemos, estamos viviendo conforme al árbol del conocimiento del bien y del mal. En lugar de guardar la ley, es necesario que seamos conformados a la imagen del Hijo primogénito de Dios.

SER CONFORMADOS A LA IMAGEN DE CRISTO
AL CONOCER AL ESPÍRITU
QUE MORA EN NUESTRO SER

Entonces, ¿cómo es que somos conformados a la imagen del Hijo primogénito de Dios? La manera es muy sencilla. El Espíritu del Hijo de Dios está ahora en nosotros (Ro. 8:9). Necesitamos dejar de tratar de guardar la ley y de hacer el bien. Sea sencillo. Simplemente manténgase en contacto con el Espíritu que mora en usted. Simplifique toda la situación, dándose cuenta de que el Espíritu de Dios mora, opera y actúa en usted todo el tiempo. Simplifique la situación, al no tratar de hacer el bien y tratar de ser un buen cristiano. Simplifíquese a sí mismo limitándose a una sola cosa: conocer al Espíritu de Cristo que mora en usted y a mantenerse en contacto con Él momento a momento. Tomar esta manera equivale a tomar el árbol de la vida (cfr. Gn. 2:9). El árbol del conocimiento del bien y del mal es muy complicado, debido a que incluye muchas cosas, incluyendo el bien, el mal, la muerte y el conocimiento. En cambio, el árbol de la vida es muy sencillo, porque tiene únicamente una sola cosa: la vida. El árbol de la vida es el Señor Jesucristo mismo como el Espíritu (Jn. 14:6; 1 Co. 15:45; 2 Co. 3:17).

Cuanto más simplifiquemos, mejor. Incluso debemos olvidarnos de todas las enseñanzas que hemos oído en el pasado. Sería de gran beneficio si pudiésemos simplificar nuestras oraciones. En lugar de orar para que el Señor nos ayude a guardar la ley y hacer el bien, lo mejor sería que cada noche oráramos, diciendo: “Señor, te alabo. Tú eres mi vida. Tú eres mi todo. Ahora Tú estás en mi espíritu. ¡Cuán maravilloso es esto, Señor! El Espíritu, que es Tu realidad, ahora mora dentro de mí. Ahora me voy a la cama y sé que Tú vas conmigo”. Después, en la mañana siguiente, sería maravilloso si ofreciéramos algunas alabanzas y acciones de gracias al Señor, diciendo: “Señor, aquí estoy. Sé que Tú estás en mi corazón y en mi espíritu. Aprecio Tu presencia, Señor. Yo estoy en Ti, y Tú estás en mí. ¡Cuán maravilloso es esto! ¡Qué gozo y qué bendición! Señor, te adoro. Gracias, Señor. ¡Aleluya!”. Ésta es la mejor manera de orar en la noche y en la mañana. No les estoy dando otra ley, o una ley diferente. Más bien, les estoy diciendo que hagan su vida cristiana más simple. Simplemente conozcan al Espíritu de Cristo que mora en ustedes y permanezcan en contacto con Él momento a momento. En lugar de hacer tantas cosas que nos causan complicaciones, prestemos atención a la obra que el Espíritu Santo efectúa dentro de nosotros. Algunos aspectos de esta obra se pueden ver en varios versículos de Romanos 8.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top