Mensajes de vida, tomo 1 (#1-41)por Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-6926-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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A través de los siglos los eruditos y los filósofos han hecho lo posible por conocer el significado del universo y de la vida humana. Ninguno de ellos ha encontrado la respuesta apropiada. Pero el ejemplo sencillo que el Señor usó en Juan 15 de una vid con sus pámpanos y un labrador nos revela nada menos que esto.
Yo fui salvo cuando era adolescente hace más de sesenta y cinco años, y desde entonces nunca me he vuelto atrás. Sin embargo, por muchos años en los comienzos de mi vida cristiana, no sabía lo que era la economía de Dios. Ponía todo mi empeño en amarlo, en estudiar la Biblia y en testificar de Él ante los demás, pero ignoraba Su economía. (Esta palabra en griego, según se usa en el Nuevo Testamento, significa impartir algo bajo cierta clase de administración; una mayordomía que imparte algo en ciertos vasos).
Un día vi que Dios nos escogió y redimió con un propósito, un propósito tan elevado que la mentalidad humana es incapaz de comprenderlo. Este propósito es que el Dios Triuno, el Dios infinito, desea impartirse en nuestro ser. Luego empecé a entender por qué Dios nos creó como seres tripartitos. Externamente tenemos un cuerpo, en lo más profundo de nuestro ser tenemos un espíritu y en medio de estos dos tenemos un alma. Así como un guante es hecho para contener una mano, nosotros fuimos diseñados para que Dios entrara en nosotros.
Nosotros tenemos la impresión equivocada de que debemos hacer algo para Dios. El cristianismo nos ha inculcado el concepto de que debemos servir a Dios, predicar el evangelio, ganar almas, mejorar nuestro comportamiento, honrar a nuestros padres, amar a nuestros enemigos y ser bondadosos y humildes. Yo intenté ser esta clase de cristiano por muchos años, sin imaginarme jamás que esto no era lo que Dios quería.
Dios no desea que usted haga cosas para Él por usted mismo. Si Él quiere que algo sea hecho, puede hacerlo por Sí mismo. Cuando Dios creó el universo, Él simplemente habló y éste llegó a existir. Cuando Él dijo: “Haya luz”, la luz llegó a existir. ¡Dios no necesita que usted trabaje tanto! La humanidad, con todas sus religiones, se ha desviado de la meta de Dios. Lo que Dios desea es que nosotros le tomemos como vida. Este Dios está corporificado en Cristo. Aparte de Cristo, usted no puede encontrar a Dios. Cristo es Dios, el Dios práctico, no un Dios doctrinal. Este Dios tiene que llegar a ser su vida y su persona.
Antes que entendiera esto, aborrecía mis pecados, mis malas obras y mi mal genio. Me esforzaba por amar al Señor y trabajar para Él. Pero un día el Señor me dijo: “Hijito mío, no te quiero a ti, sólo deseo lo que Yo mismo soy. Aun si no fueras tan aborrecible, aun si fueras muy precioso y excelente, no te querría a ti. Tú jamás puedes satisfacerme. Lo que deseo es a Mí mismo en ti. Sólo cuando me recibas y abandones tu yo, estaré contento”.
Cuando pude ver esta visión, oré diciendo: “Señor, ten misericordia de mí. De ahora en adelante nunca más viviré por mi yo”. Después que hice esa oración, sentí que tenía alas. Quería correr por las calles y proclamarles a todos que desde ese momento viviría por Cristo, que ya no vivía yo, mas Cristo vivía en mí. Todo esto sucedió hace más de cuarenta años.
Sin embargo, después de esta experiencia y de tomar esta resolución, no expresé mucho a Cristo. La mayor parte del tiempo todavía seguía expresándome a mí mismo. ¿Por qué? Porque había nacido de esta manera, había sido criado y educado para expresarme a mí mismo y había estado practicando esto toda mi vida. Sin embargo, en realidad no era que yo hubiera captado la visión, sino más bien que algo del cielo se había asido de mí. Me controlaba y dirigía, recordándome una y otra vez que yo vivía por mi yo. Cuando estaba a punto de hacer algo, la visión venía y yo podía ver: “¡Ése eres tú otra vez! ¡Ése es tu yo!”. Entonces me detenía en medio de lo que estaba haciendo.
Si ustedes ven esta visión, ella los rescatará de sus esfuerzos. Dios no quiere que los esposos por sí mismos amen a sus esposas ni que las hermanas por sí mismas se sujeten a sus esposos. Dios no quiere que usted ame ni odie, sino que viva por Él. Esto no tiene nada que ver con la religión o la ética, sino con Cristo. Pablo dijo que él había sido juntamente crucificado con Cristo, que ya no vivía él, mas vivía Cristo en él (Gá. 2:20). Si yo odio, debo odiar por Cristo; y si amo, debo amar por Él.
Si usted ve esto, será salvo de discutir. Cuando era un cristiano joven, amaba al Señor y la Biblia. Me oponía a cualquier doctrina que me pareciera equivocada. Fui bautizado por aspersión cuando era joven, y un día descubrí que ésa era la manera equivocada. Desde entonces contendía por el bautismo por inmersión. Pero un día dije: “¿Por qué estoy contendiendo por el bautismo por inmersión? Ni el bautismo por aspersión ni el bautismo por inmersión son Cristo. Lo único que Él quiere es Él mismo en mí”.
En las iglesias en estos días se discute si debemos reunirnos en las casas o en los salones de reunión. Algunos incluso dicen que quisieran ir a la playa a disfrutar al Señor. Debemos dejar de hablar acerca de las diferentes maneras de reunirnos. Ninguna manera es equivocada, y ninguna es correcta. Mientras tengamos a Cristo, cualquier manera está bien. Sin Él, cualquier manera será equivocada. Olvidémonos de todos los razonamientos y regresemos al carril central, a Cristo mismo.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.