Predicar el evangelio en el principio de la vidapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-3771-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Necesitamos que la predicación apropiada del evangelio sea el vivir mismo de la iglesia. Esto no es una labor, sino más bien, un vivir. Vivimos para esto. Debemos hacer esto no sólo una vez, sino por el resto de nuestra vida; más bien, esto debe ser algo que hacemos con regularidad. No me gusta hablar mucho de la iglesia en Taipéi, pero puedo testificar que después de muchos años de edificación, la iglesia en Taipéi ha sido restaurada a su condición normal. Los santos allí viven para este propósito. Día a día, ellos están creciendo, día a día están siendo edificados, y mes tras mes un buen número de personas son añadidas a la iglesia.
De ahora en adelante, todos tenemos que aprender que predicar el evangelio es nuestro vivir. Es precisamente para este propósito que vivimos aquí. Tenemos que laborar en las personas. Si usted es un estudiante, usted tiene que laborar para traer a alguno de sus compañeros de clase o de cuarto. Si usted trabaja en una empresa, tiene que laborar para ganar a uno de sus colegas. Ustedes tienen que laborar para ganar a sus vecinos, a sus familiares y a todas las personas que conocen. Éste es nuestro vivir. Debemos vivir siempre para este propósito.
La predicación que prevalece depende de la vida, la verdad, la iglesia y el servicio. Si ustedes tienen estos cuatro elementos, tendrán una base firme y una predicación muy eficaz. No debemos pensar que nuestra predicación es algo que sólo hicimos en el pasado; no, eso fue sólo un comienzo. De ahora en adelante, debemos hacer de la predicación del evangelio nuestro vivir. Semana tras semana, mes tras mes y año tras año vivimos para esto: para ganar el mundo para Cristo y para ganar almas para Cristo. A fin de hacer esto, tenemos que ser llenos de Cristo, tenemos que recibir luz, tenemos que permanecer en la iglesia y tenemos que ser miembros que ejercen su función. Entonces nuestra predicación será prevaleciente.
Ésta es la tercera vez que estoy en este país, y llevo aquí más de tres años. Muchos amigos cristianos me dijeron que no debo ni puedo comparar la situación de aquí en los Estados Unidos con la de Taiwán. En cierto sentido estoy de acuerdo con esto, pero en otro sentido no estoy de acuerdo. Todo depende de cuánto la iglesia vive para la predicación del evangelio y de cuánto labora para ello. Si todos los hermanos y hermanas laboramos de esta manera, veremos la diferencia. Hasta ahora no hemos visto hasta alguna diferencia, pero creo que esto es sólo un pequeño comienzo. Tenemos que pelear la batalla para crear una atmósfera de evangelio en la iglesia. Debemos dejarle saber a la comunidad que somos un grupo de personas que viven aquí por causa de las almas de los hombres. Les repito una vez más, que éste es nuestro vivir. Éste es el entendimiento básico en cuanto a la predicación del evangelio.
Debemos tener una lista de las personas que están interesadas en recibir al Señor o que ya decidieron recibir a Cristo. Éstos son los materiales con los cuales tenemos que trabajar. Ésta es la oportunidad que tenemos para coordinar juntos de manera práctica, como un equipo de fútbol. Tenemos que laborar con estas queridas personas de forma coordinada. Una hermana joven que está en la escuela puede tener dos o tres compañeras de estudio que desean creer en Cristo. No es suficiente que ella labore sola; esto no sería poderoso ni eficaz. Por consiguiente, ella debe coordinar con una o dos hermanas más. Entonces, las tres podrán laborar juntas con estas compañeras de estudio, y en un par de semanas todas ellas serán salvas. Y serán salvas por completo, llegando a conocer no sólo a Cristo, sino también a la iglesia. Al mismo tiempo, estas tres hermanas podrán tener familiares que estén muy abiertos a creer. Sería difícil que ellas laboraran solas para ganar a dichos familiares, así que quizás un hermano podría coordinar con ellas. Si estos cuatro hermanos coordinan juntos, les será muy fácil ganar a todos esos familiares. Pero a uno mismo le será muy difícil ganar a sus familiares y amigos, e igualmente, a mí me sería muy difícil ganar a mis familiares y amigos por mí mismo. No obstante, si los dos coordinamos, nos será fácil pelear la batalla en el Cuerpo de una manera coordinada.
Debemos aprender la lección de la coordinación. No debemos ser orgullosos. Ser orgulloso es la manera más insensata de hacer las cosas. Quizás usted diga: “Yo puedo hacerlo todo. No necesito la ayuda de estas hermanitas. Yo me sé toda la Biblia, de Génesis a Apocalipsis, y sé cómo salvar almas. Fui entrenado para ello”. Sin embargo, si usted pretende jugar fútbol solo, sin un equipo, ¿cómo podrá ganar el partido? Por esta razón, necesita coordinar. Aprenda a coordinar con otros. Confíe en el Señor y confíe en el Cuerpo. Cualquier problema que usted no pueda resolver, tráigalo al Cuerpo. Si usted no es capaz de pelear la batalla, pídale a los hermanos y hermanas que vengan y le ayuden. Aprenda a pedir a otros que vengan y coordinen con usted. Entonces verá los resultados. Ésta es una ley espiritual. Si usted lanza algo al aire, caerá de nuevo a causa de la ley de la gravedad. Usted no puede evadir una ley. Si usted le pide a otros que vengan y le ayuden, estará haciendo lo correcto. Inténtelo. El enemigo, el diablo y los espíritus malignos, conocen el secreto. Ellos no le temen a usted como individuo; no obstante, si llama a uno o a dos hermanos para que lo acompañen, los espíritus malignos temerán. Laboren siempre de dos en dos, no de uno en uno. Aprendan a coordinar juntos.
Dos hermanos pueden encargarse de los archivos de los varones que han sido salvos y dos hermanas pueden encargarse de los archivos de las mujeres salvas. Estos dos hermanos deben ser diligentes. Ellos deben leer y estudiar los archivos con oración, y conocer la situación de cada persona. Podrían considerar que cierto hermano debería coordinar con el hermano que contactó a esa persona nueva. Esto sería de gran ayuda. Entonces dicho hermano podría dar un informe sobre el contacto que tuvo con la persona nueva, y en caso de que haya alguna dificultad, un tercer hermano podría añadirse para fortalecer a los otros dos. Así, en lugar de dos, estos tres hermanos irían a laborar para ganar a esa persona. Aquellos que coordinen de esta manera estudiarán las situaciones de los nuevos contactos. Entonces podrán llamar a otros hermanos y hermanas para que coordinen con ellos. No digan que no saben cómo hacer esto. Yo sé que no saben, pero aprenderán haciéndolo. Es haciendo las cosas que ustedes aprenderán a hacerlas. Sin nunca lo hacen, jamás aprenderán a hacerlo. Por lo tanto, acepten la tarea y las limitaciones que les han sido dadas. Así como el jugador de un equipo no puede decir: “No me pasen la pelota”, tampoco ustedes pueden decir esto. Ya sea que se sientan listos o no, la pelota vendrá a ustedes. Así que tienen que jugar, porque todos ustedes están en la cancha. No digan que están demasiado ocupados. Aprendan a aceptar la responsabilidad. Entonces, les aseguro que recibirán la bendición; no sólo la bendición de salvar a otros, sino también la bendición de crecer en la vida divina.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.