Información del libro

Los de corazón puropor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-2060-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 3 de 10 Sección 3 de 3

EJEMPLOS DE COMO LIMPIARNOS DE LA LEVADURA

Los que hemos sido salvos, debemos tomar este camino con toda seriedad. Antes de ser salvos, a los jóvenes les gusta leer novelas de amor; no obstante, después de recibir la salvación, todas estas cosas deben tirarse o quemarse. Jamás deben regalarles estos libros a sus compañeros de clase, ya que eso no les hace ningún favor, sino que los daña. En 1944 fui a Weihaiwei a predicar el evangelio. La congregación, en su mayoría, estaba compuesta por agentes aduaneros. Casi todas las esposas eran salvas; no obstante, en sus casas tenían juegos de mah-jong y dominós chinos. Después de que fueron salvos, no tenían ninguna paz interior, así que vinieron a buscarme y me dijeron: “Tenemos fichas de mah-jong de muy buena calidad, las cuales cuestan mucho dinero. ¿Qué hacemos con ellas?”. Yo les respondí: “¿Por qué vienen a preguntarme esto?”. Ellos respondieron: “Porque no tenemos paz”. Entonces, les dije: “Si ustedes no sienten paz, entonces ¿por qué aún me preguntan? Si ustedes huelen algo podrido, ¿le preguntan a la gente si deben comerlo? Si ustedes sienten el mal olor del mah-jong, no necesitan preguntar si deben jugar o no”. Ellos respondieron: “Entonces, es mejor que se las regalemos a alguien”. Regalar las fichas de mah-jong es peor que ser un ladrón. Un ladrón le roba el dinero a la gente y le causa daño por corto tiempo, pero al regalar el juego de mah-jong a otros podríamos arruinar la vida de alguien y dañar a la gente por dos o tres generaciones. Así que, al final regresaron y relataron a los demás lo que les había dicho y juntaron todos los juegos de mah-jong. Entones les dije: “Todos ustedes deben quemar esos juegos de mah-jong como un testimonio para el Señor”. Entonces apilaron todas las fichas de mah-jong, y mientras dábamos un mensaje dentro de la casa, en el patio se quemaron todas las fichas de mah-jong, los dominós chinos y los dados. Este es un ejemplo de cómo limpiarnos de la levadura.

En 1938 me hospedé en Pekín con alguien que trabajaba en el Hospital Unión. Un día él me dijo que no sabía si al Señor le agradaba una sombrilla de seda que tenía en la sala. Yo era más joven que él, así que le pregunté muy respetuosamente: “¿Después de haber gastado tanto dinero en ella, por qué piensa que no es buena?”. El respondió: “La sombrilla en sí no es el problema; el problema es que tiene unos dragones impresos en ella. ¿Cree usted que en un hogar cristiano deben haber cosas con el dibujo de un dragón?”. Entonces le dije que desde el primer día que entré en su casa, siempre que veía esos cuatro dragones, me sentía muy incómodo por dentro. Este hermano tuvo tal consideración debido a que leyó el libro de Apocalipsis. Cuando se enteró de que el diablo es un dragón, se preguntó a sí mismo: “Si pertenezco a Dios, ¿por qué permito que algo de Satanás esté en mi casa?”. Satanás es un engañador. Es por eso que hoy en día muchas personas no sólo tienen dibujos de dragones, sino que también tienen adornos de dragones, danzan el baile del dragón e incluso usan ropa bordada con dragones. Los dragones los tienen completamente fascinados.

En 1936, cuando estaba en Tianjin, una hermana nos invitó a algunos de nosotros a cenar. El esposo de esta hermana, quien era un arquitecto famoso, no estaba en casa ese día. El techo del comedor de su casa estaba pintado con dragones. Cuando nos sentamos a la mesa, ella dijo que se sentía incómoda siempre que comía en ese comedor. Le pregunté por qué, y ella me dijo que era a causa de los dragones que estaban pintados en el techo. Entonces le pregunté por qué no le gustaban los dragones si a todo el mundo les gustaba, ya que muchas personas tienen la imagen del dragón, ya sea en sus teteras o en sus vestidos. Ella me respondió que por ser una hija de Dios no debería permitir que tales cosas estuvieran en su casa, pero como su esposo no los quería quitar, ella no podía hacer nada. La consolé y le dije que si no depende de nosotros, entonces no debemos preocuparnos.

Puesto que somos salvos, debemos permitir que el Señor nos ilumine para que nos demos cuenta si hemos hecho mal o tratado injustamente a alguien. Si es así, debemos resolver por completo todos los problemas que tenemos con la gente. Además, si hemos adquirido algo injustamente, ya sea de nuestros parientes o en el trabajo, tenemos que remediar esa situación por completo. Si estamos dispuestos a ir al Señor y a examinarnos por dentro, nos daremos cuenta de que todo nuestro ser está lleno de levadura. Una vez, el doctor F. B. Meyer, un estadounidense, fue a Inglaterra a predicar. El dijo que un cristiano no podía ser bendecido si sólo escuchaba sermones día tras día, pero no estaba dispuesto a ser disciplinado ni sentía nada por dentro cuando le robaba dinero a su jefe o malgastaba los fondos de la compañía. Después de aquel sermón, todos los giros bancarios de las oficinas de correos se vendieron en pocas horas. ¿A qué se debió esto? Esto se debió a que muchas personas, después de ver su propia injusticia, fueron a comprar giros bancarios para pagar el dinero que habían tomado indebidamente. En esa reunión, el doctor Meyer usó como ejemplo a un joven. El dijo: “Este joven le robó tres libras y dieciocho chelines a su amo, y hasta el día de hoy no ha devuelto ese dinero”. Y luego le preguntó al muchacho: “¿Tienes paz por dentro?”. Poco después, alguien invitó a cenar al doctor Meyer. Aquel joven estaba allí esperándole y le dijo: “Hace algunos años yo de verdad le robé a mi amo tres libras y dieciocho chelines, y no tengo paz por dentro. Así que, compré un giro por tres libras y dieciocho chelines y lo puse en un sobre para enviárselo a mi amo. Dígame por favor, ¿hice bien?”.

Una vez, Charles Spurgeon usó un ejemplo en su prédica, diciendo: “Aquí hay un joven que tiene unos guantes robados; él los debe devolver”. Cuando él dijo eso, lo dijo sin ningún motivo en particular, pero después del mensaje un joven se acercó a él y le dijo: “Le robé estos guantes a mi amo, ¿cómo lo supo usted?”. Spurgeon respondió: “Yo no sabía nada al respecto. Cuando estaba dando el mensaje, simplemente me sentí inspirado a decirlo”. El problema de muchos creyentes no es la salvación, sino que nunca han resuelto el asunto de las posesiones adquiridas injustamente. Si queremos seguir al Señor seriamente, debemos eliminar todos los ídolos, des- hacernos de las tablas de nuestros ancestros chinos y devolver todo objeto robado que tengamos en casa.

Hace muchos años, en Kaifeng, provincia de Honan, había una hermana que tenía una imagen de Jesús en su casa. Todos los días ella se inclinaba para adorar esa imagen y tenía la costumbre de darle como ofrenda una porción de todo lo que comía. Con el tiempo, ella fue poseída por los demonios. Una hermana que la conocía me escribió y me preguntó: “¿Podemos adorar una imagen de Jesús? ¿Por qué esta hermana está poseída por los demonios si ella adoraba la imagen de Jesús?”. Yo le contesté que no debemos adorar ni siquiera una imagen de Jesús. Tenemos que usar nuestro espíritu para adorar a Jesús. El Evangelio de Juan nos muestra que cuando adoramos al Señor en espíritu y con veracidad, El nos acepta. No debemos adorar ninguna imagen, ni siquiera la imagen de Jesús, porque hay demonios detrás de esta clase de imágenes, incluso detrás de la imagen de Jesús.

DEBEMOS SER UN MATERIAL PURIFICADO
EN LAS MANOS DEL SEÑOR

Necesitamos orar mucho y volvernos a Dios. Tenemos que permitir que El nos ilumine y nos muestre si hay algo en nuestra casa, en nuestro ser o en nuestro entorno que le sea desagradable. Por ejemplo, antes de ser salvas, algunas personas no amaban a sus suegras porque ellas les ocasionaban muchos sufrimientos. Sin embargo, al recibir la salvación, esa antipatía deberá desaparecer, al igual que la aversión que algunas suegras sienten a veces hacia las nueras. En suma, si alguien no nos agrada o tenemos algo en contra de alguien —ya sea un familiar, amigo o colega—, debemos confesar y remediar cualquier conflicto que exista entre ellos y nosotros. De esta manera, aun sin predicar el evangelio, ellos se salvarán al ver nuestro comportamiento.

Habiendo creído en el Señor, una hermana perdía su paz cada vez que recordaba cómo solía maltratar a su nuera antes de ser salva. El deseo de esta hermana era que su nuera fuese salva, pero no se atrevía a predicarle el evangelio. Así que, ella vino a verme, y yo le dije: “Puesto que usted hostilizaba a su nuera antes de haber sido salva, ¿cree usted que ahora ella le escuchará? Tiene que confesarle sus errores”. A lo cual, ella respondió: “¿Cómo podría hacer eso si soy la suegra?”. Entonces le pregunté si prefería escoger al Señor o proteger su dignidad, si prefería que su nuera fuera salva o que se fuera al infierno. Ella respondió: “En el pasado yo la hostilizaba a ella, pero ¿qué haré si yo le confieso esto a ella, y después ella me hostiliza a mí?”. Le dije que debía confiar en el Señor para que le concediera gracia en este asunto. Pocos días después regresó y me dijo: “Después de confesar mis errores a mi nuera, ella lloró y yo también. Después, las dos nos arrodillamos y oramos juntas, y ella fue salva”. ¿Pueden ver esto? Algunas veces la gente puede ser salva sin que le prediquemos el evangelio. Nosotros podemos ser muy descuidados, pero no nuestro Dios. No debemos ser descuidados o excusarnos en estos asuntos; por el contrario, debemos limpiarnos cuidadosamente de toda la levadura. De esta manera, un día todo nuestro ser será completamente limpio y libre de toda contaminación por dentro y por fuera. Además, todas las cosas en nuestra familia serán limpias. Una persona que es libre de toda contaminación es un material purificado en las manos del Señor.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top