Pláticas adicionales sobre el conocimiento de la vidapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7126-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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La ley de vida es llamada en la Biblia la ley del Espíritu de vida (Ro. 8:2). Con respecto a esta designación, hay una relación especial entre esta ley y la vida de Dios y el Espíritu. La vida de Dios es el origen de esta ley, y el Espíritu es el Ejecutor de dicha ley. La vida de Dios es el contenido intrínseco de Dios, y el Espíritu es la persona de Dios. Cuando nos referimos a la vida de Dios, el énfasis recae en Su naturaleza, y cuando nos referimos a Su persona, el énfasis recae en el Espíritu. Por lo tanto, esta ley de vida tiene la vida de Dios como su origen y al Espíritu como Su Ejecutor. La ley de vida es muy fuerte porque tanto la vida de Dios como el Espíritu son fuertes.
Los seres humanos estamos compuestos de tres partes. Además del cuerpo, la parte externa, también tenemos el espíritu y el alma interiormente. En el espíritu están la conciencia, la intuición y la comunión, y en el alma tenemos la mente, la parte emotiva y la voluntad. Por lo tanto, en palabras sencillas, nuestro ser interior se compone de dos partes: el espíritu y el alma; y más detalladamente, nuestro ser interior se compone de seis partes: conciencia, intuición, comunión, mente, parte emotiva y voluntad.
Nuestro corazón se compone de cuatro partes: mente, parte emotiva, voluntad y conciencia. La mente es la parte pensante del alma, la parte emotiva es la parte sentimental del alma y la voluntad es la parte decisoria del alma. Además de esto, el corazón incluye una parte del espíritu, a saber, la conciencia. Según el relato de la Biblia, estas cuatro partes —la mente, la parte emotiva, la voluntad y la conciencia— están relacionadas con el corazón (Pr. 2:10; Sal. 139:14; 1 S. 18:1; Cnt. 1:7; Job 7:15; He. 10:22; 1 Jn. 3:20).
El corazón es una combinación del alma y el espíritu, que incluye todas las partes del alma y una de las tres partes del espíritu. Las tres partes del alma —la mente, la parte emotiva y la voluntad— están relacionadas con el comportamiento, vivir y acciones del hombre. La conciencia del espíritu está también relacionada con el hombre. Las otras dos partes del espíritu —la intuición y la comunión— están relacionadas con Dios, no con el hombre. Las partes que están relacionadas con Dios no forman parte del corazón; sólo la parte que está relacionada con el hombre, es decir, la conciencia, forma parte del corazón. Debido a que las tres partes del alma están relacionadas con el hombre, ellas también están relacionadas con el corazón. El corazón es, por tanto, el representante del hombre. La parte principal del corazón es el alma, pero sólo una pequeña parte del corazón está relacionada con el espíritu. Estas cuatro partes en conjunto equivalen al corazón, el cual es el representante del hombre.
¿Dónde puso Dios Su vida en nosotros? Él puso Su vida en nuestro espíritu. Cuando Su vida entra en nuestro espíritu, produce una ley, y esta ley se extiende desde nuestro espíritu a cada parte de nuestro ser. Cuando esta ley se extiende a cierta parte, llega a ser la ley de esa parte. Así pues, hay una ley en nuestra conciencia, una en nuestra mente, una en nuestra parte emotiva, una en nuestra voluntad, una en nuestra comunión y una en nuestra intuición. En cada una de estas seis partes de nuestro ser interior, hay una ley. Es por ello que cuando la Biblia habla de la ley en nosotros, suele usar la forma plural y dice leyes.
La ley es una sola, pero cuando ésta opera y llega a cierta parte de nuestro ser interior, llega a ser la ley de esa parte. Podemos comparar esto a la electricidad. Cuando la electricidad, que es una sola, es transmitida al micrófono, llega a ser la electricidad del micrófono. Cuando es transmitida a un ventilador, llega a ser la electricidad del ventilador. Cuando es transmitida a muchos cuartos, llega a ser la electricidad de cada cuarto. Por un lado, la electricidad es una sola y, por otro, pareciera que son muchas. En nuestro interior hay una ley de vida, y cuando ésta opera y llega a las diferentes partes de nuestro ser, llega a ser la ley de cada parte en particular. Sin embargo, todas estas leyes son en realidad una misma ley.
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