Diez 'unos' extremadamente cruciales para la edificación del Cuerpo de Cristo, Lospor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-951-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-87083-951-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Esta vida, la vida de Cristo, la vida eterna, tiene como fin traernos la salvación, y ésta es la única manera en que se puede ser salvo. Esta salvación es la única manera en que uno puede ser salvo.
Nuestra salvación está basada en el amor de Dios, que es la fuente de Su gracia, y en Su gracia, que es la expresión de Su amor (Ef. 2:4-5). El Padre es la fuente. Nosotros somos salvos por Su gracia a causa de Su gran amor. Nuestra salvación se basa en el primero de la Trinidad, el Padre, en Su amor y Su gracia.
La salvación se lleva a cabo por medio de la muerte de Cristo con miras a la obra redentora de Dios (Ro. 3:24b), al perdón de los pecados (Hch. 10:43), a la reconciliación de los creyentes (Ro. 5:10) y a su justificación (Ro. 3:24a).
Esta salvación también se logra mediante la vida de Cristo por el Espíritu de vida (Ro. 5:10; 8:2). Nuestra salvación procede del Padre como base, llega por medio del Hijo y se lleva a cabo por el Espíritu.
Dicha salvación realizada por el Espíritu empieza por la regeneración de los creyentes con el elemento divino de la vida de Cristo (Jn. 3:5; 1 P. 1:3). La salvación luego santifica a los creyentes regenerados con el elemento divino de la naturaleza santa de Dios (Ro. 6:19, 22). La regeneración se lleva a cabo por la vida de Dios, y la santificación se produce con la naturaleza santa de Dios.
El Espíritu de vida también renueva a los creyentes santificados con la novedad de vida (Tit. 3:5; Ro. 6:4) y transforma a los creyentes renovados con el glorioso elemento de la vida de Cristo por el Señor Espíritu (Ro. 12:2; 2 Co. 3:18). Finalmente, esta vida opera para conformar a los creyentes que son transformados, con el elemento divino de la vida del Hijo primogénito de Dios (Ro. 8:29).
La salvación conduce a la glorificación de los creyentes que han sido conformados, lo cual se lleva a cabo con la gloria de Dios (Ro. 8:30).
La vida conduce a la salvación, la cual, a su vez, produce un modo de vivir, y éste es la manifestación de Cristo.
En primer lugar, éste es un modo de vivir que se lleva a cabo por el poder de la resurrección de Cristo para ser conformados a Su muerte (Fil. 3:10), muriendo al yo, al hombre natural, al viejo hombre y a la carne (Mt. 16:24; Gá. 2:20; Ro. 6:6; Gá. 5:24), y siendo apartados del poder de Satanás, del mundo y del pecado (He. 2:14; Jn. 12:31; Ro. 6:2).
Este modo de vivir también lo efectúa en nosotros la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo para que vivamos a Cristo y lo magnifiquemos (Fil. 1:19-21). Morir al yo, al hombre natural, al viejo hombre y a la carne, es una obra que se realiza por el poder de la resurrección. Magnificar a Cristo se lleva a cabo por la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo.
Nosotros vivimos para manifestar a Cristo por la vida del Dios-hombre a fin de vivir como vencedores (Ap. 2:7, 11, 17, 26; 3:5, 12, 21). Somos Dios-hombres. La vida que tenemos es la vida del Dios-hombre, y por ella podemos experimentar una vida vencedora.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.