Living Stream Ministry

Ir a cada escuela
para ganar personas con el evangelio

El quinto aspecto de nuestra necesidad tiene que ver con la obra en las escuelas de cada ciudad principal. Las iglesias en Taipéi, Tainán y Kaohsiung deberían tener una obra en las escuelas. El condado de Taipéi tiene aproximadamente doscientas escuelas intermedias, escuelas secundarias, escuelas de iniciación y universidades. Si en cada escuela hubiese veinte hermanos y hermanas, habría cuatro mil santos que son estudiantes y que participan en la vida de iglesia. Esto podría parecer difícil, pero es fácil de alcanzar si algunos santos que tienen diversos empleos están dispuestos a recibir una carga de parte del Señor y son dirigidos para ir a cierta escuela por causa de la obra que se lleva a cabo en las escuelas.

Hay varias maneras en que los santos que tienen diversos empleos pueden participar en la obra en las escuelas. Primero, pueden enseñar en una escuela. Segundo, pueden mudarse cerca de una escuela a una casa espaciosa donde los estudiantes puedan ser contactados, donde puedan venir y sentarse por un rato y comer un refrigerio. Tercero, pueden contactar al personal y a los trabajadores de la escuela. Cuarto, pueden utilizar todos los canales disponibles para ganar una entrada en la escuela a fin de contactar a los estudiantes. La obra con los estudiantes requiere paciencia; no deberíamos estar ansiosos por obtener resultados. Algunos podrían laborar por un par de meses sin obtener resultado alguno, pero al final del semestre verán el resultado. Con base en lo que practicamos en los Estados Unidos, sabemos que la manera más eficaz de ganar personas es predicar el evangelio mediante la obra en las escuelas. Me parece que esto también aplica en Taiwán.

Hemos presentado cinco necesidades que existen en el recobro del Señor. Si los santos están dispuestos a recibir la carga y practicar esta comunión, creo que después de unos pocos años el Señor podría traernos de regreso a la China continental. Entonces Él podrá recobrar la situación en la China continental por medio de la bendición recibida en las iglesias en Taiwán. ¡Qué glorioso sería esto! Sin embargo, el Señor podría guiar a algunos de nosotros a ir al sudeste de Asia, al este de Asia, a Australia o a Europa. Creo que algunos hermanos irán a África o Sudamérica. Esto está absolutamente en las manos del Señor. Nunca soñé que obraría para el Señor en los Estados Unidos, pero el Señor así me dirigió.

Hemos comenzado a dar el primer paso, así que tenemos que ser constantes e ir paso a paso. Tenemos que recibir una carga de parte del Señor antes de actuar. Necesitamos llevar la carga en las iglesias más fuertes, fortalecer el testimonio en las iglesias más débiles, establecer una iglesia sobre el terreno apropiado en las ciudades satélite, comenzar la obra y establecer iglesias en las comunidades rurales, y contactar estudiantes mediante la predicación del evangelio en las escuelas. Todos nosotros necesitamos traer estos cinco aspectos de nuestra necesidad al Señor en oración a fin de buscar Su dirección.

No somos una organización, y tampoco contamos con alguien que haga arreglos. Sin embargo, no queremos ver a alguien actuando de modo individualista. Por ende, necesitamos ser dirigidos por el Señor, y también necesitamos tener mucha comunión mutua. Debemos orar mucho delante del Señor, y también necesitamos juntarnos y orar. Es posible que también necesitemos ayunar y orar. En Hechos 13 había profetas y maestros en Antioquía, en la iglesia local, y “ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron” (vs. 2-3). Esto no fue un arreglo conforme a la voluntad humana. Fue hecho en comunión; no fue una acción individualista.

EL LLAMADO HECHO A QUIENES SERVIRÍAN
A TIEMPO COMPLETO

Cuando vayamos y prediquemos el evangelio en distintos lugares por causa de la necesidad del Señor, encontraremos necesidades financieras. Según la Biblia, no existen predicadores profesionales que se contratan y se les provee un salario. Tenemos que derribar tal concepto. Cada persona que viene y va debería ser un evangelista. Es posible que algunos reciban una comisión particular. La función de su don, que está constituido de la gracia del Señor, podría llegar a ser tan grande que ellos no tengan tiempo ni energía para preocuparse por otras cosas; sólo les interesan las cosas del Señor. Por ende, es necesario que ellos sirvan a tiempo completo.