Vasos útiles para el Señorpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4462-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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¿Cómo podemos ser llenos del Dios Triuno? Podemos ser llenos del Dios Triuno al orar y confesar nuestros pecados de manera exhaustiva. Cuando iniciaron el Entrenamiento de Tiempo Completo, ustedes se consagraron nuevamente al Señor; esto es muy bueno. Sin embargo, en medio de su horario tan congestionado tienen que tomar algún tiempo para ponerse de rodillas delante del Señor a fin de hacer una oración y confesión exhaustivas. Ésta es una experiencia sumamente preciosa. Al inicio podrían decirle al Señor: “Oh Señor, perdóname. Aunque Tú me has perdonado todos mis pecados, jamás he hecho una confesión exhaustiva de mis pecados ni tampoco he sido sujeto a un escrutinio profundo. Hoy me gustaría hacer una confesión exhaustiva de todos mis pecados delante de Ti. Señor, ¡por favor resplandece en mi!”.
Al orar de este modo, no busquen sentimientos. Deben creer que el Señor Espíritu está con ustedes. Tampoco es necesario que confiesen sus pecados en cierto orden; simplemente confiesen sus pecados según les guíe su sentir interior y su memoria. Confiesen sus pecados al Señor uno por uno hasta que, conforme a su sentir interior y su memoria, no tengan nada más que confesar. Después que hayan hecho esto, deben creer simplemente que han sido llenos internamente en su espíritu con la máxima consumación del Dios Triuno. Todo cristiano debería haber hecho, al menos una vez, una confesión exhaustiva de sus pecados. Desde el punto de vista de la ciencia médica, esto se podría comparar con reemplazar las células sanguíneas que circulan en nuestro cuerpo a fin de eliminar todos los gérmenes e impurezas de nuestro sistema por causa de nuestra salud. Todos debemos experimentar ser llenos internamente del Espíritu de esta manera.
La medida en que el Espíritu nos llene interiormente dependerá de cuánta cabida le demos en nuestro ser. Cuanto más terreno le demos al Espíritu, más Él nos llenará. De la misma manera, la cantidad de aire que puede contener una botella dependerá de cuanto espacio disponible hay en ella. Si la mitad de la botella está llena de tierra, entonces el aire solamente podrá llenar la otra mitad. Cuanto más tierra se le quita, más aire podrá contener. De igual manera, cuanto más se limpien de la contaminación del pecado y de vuestras inmundicias, tanto más puede llenarles el Espíritu Santo. A medida que ustedes se vacíen, el Espíritu los llenará. Una vez que hayan removido por completo todas las inmundicias de vuestro ser, entonces serán completamente llenos del Espíritu.
Cuando pasen un tiempo con el Señor para confesarse, no busquen ningún sentimiento; simplemente hagan una oración y confesión exhaustivas. Confesar nuestros pecados equivale a vaciarnos, y orar equivale a recibir al Señor en nuestro ser. Así pues, al confesar nuestro pecados y al orar a Dios exhalamos nuestros pecados e inhalamos a Dios. El señor A. B. Simpson compuso un himno que dice: “Exhalando, exhalando / Culpas y pesar; / Inhalando, inhalando / De Tu gran caudal” (Himnos, #119). Al confesar continuamente no solamente exhalamos toda inmundicia hasta ser limpios de nuestras impurezas, sino que además, inhalamos a Dios. A medida que exhalamos nuestros pecados, inhalamos a Dios mismo. Damos gracias al Señor y lo alabamos que pese a ser aún personas inmundas, Él viene a nosotros con Su sangre como el Cordero-Dios, el Dios redentor. Tan pronto yo exhalo mis pecados, éstos desaparecen, y apenas comienzo a inhalar, Dios entra mí. Esto no requiere esfuerzo alguno de mi parte. Siempre y cuando exhale mis pecados en cierta medida, de inmediato inhalo a Dios en esa medida. Cuando confieso un poco mis pecados, Dios viene y me llena un poco. Cuando termino de exhalar completamente todos mis pecados, estaré por completo lleno de Dios; estaré completamente lleno en todo mi ser interior del Espíritu vivificante, quien es la consumación del Dios Triuno.
No me estoy jactando por ser veterano en el asunto, pero llevo más de cincuenta años estudiando este tema. En el mensaje titulado “La obra que el Espíritu Santo efectúa en los creyentes” señalé que la obra del Espíritu consiste primero en regenerarnos y segundo en llenar nuestro ser. Cuando visité los Estados Unidos, vi que en ese país el movimiento pentecostal era muy prevaleciente. Si bien los cristianos pentecostales eran los que más predominaban allí, cuando proclamé esta verdad con respecto a ser llenos del Espíritu, nadie pudo refutarme. La verdad está presente en el recobro. Cuando exponemos las verdades bíblicas, nadie puede refutarlas.
Nuestra propia experiencia así como las verdades bíblicas nos muestran un cuadro claro con respecto a ser llenos interiormente del Espíritu. Los pentecostales también hablan sobre la confesión de los pecados, pero ellos mantienen la enseñanza errónea de que tal confesión debe ser acompañada con el hablar en lenguas. La Biblia jamás nos dice que para ser llenos del Espíritu es necesario hablar en lenguas. Las personas hoy en día tienen hambre y sed de Dios; así pues, aquellos en el movimiento pentecostal procuran atraerlos mediante la práctica de hablar en lenguas. Alientan a las personas a incursionar en dicha práctica, debido a que todos los pentecostales están escasos de la verdad bíblica. En realidad, muchas veces lo que ellos llaman hablar en lenguas no es una experiencia genuina. Simplemente le piden a la gente que enrollen la lengua y pronuncien lo primero que se les venga a la mente. Como resultado, ellos no son llenos del Espíritu Santo. Ni siquiera son llenos de espíritus malignos, sino que solamente son llenos de sí mismos.
Los que están en el movimiento pentecostal elevan la práctica de hablar en lenguas y la promueven como meta a quienes tienen hambre y sed de Dios. En realidad, el hablar en lenguas que ellos practican es a menudo un fraude. He recopilado abundante material al respecto a fin de profundizar en este tema, y esa literatura prueba que en China, Egipto y Japón ya se practicaba cierta forma antigua de hablar en lenguas. La forma en que los corintios hablaban en lenguas también predominaba en la región gentil de Asia Menor. Después esta práctica se extendió a la península griega. Una vez un hermano de Ghana me dijo que, cuando él tenía diez años, vio hablar en lenguas a un sacerdote de la religión nativa de su país. Por consiguiente, los que poseen cierto discernimiento saben que la práctica de hablar en lenguas, que tienen los pentecostales, con frecuencia no es genuina ni tampoco concuerda con la verdad bíblica.
Esta comunión, por un lado, tiene como finalidad encaminarles por el camino correcto que conduce a ser llenos del Espíritu y, por otro, tiene como meta vacunarlos. Cuando les presenten a la gente esta verdad con respecto a ser llenos del Espíritu, tal vez ellos digan: “Nosotros también hablamos de que el Espíritu nos llena”, y quizás les pregunten: “¿Hablan ustedes en lenguas?”. Si no saben cómo responderles, entonces ellos les envenenarán. Es indispensable que entiendan con claridad el hecho de que el Espíritu nos llena en dos aspectos: el aspecto externo y el aspecto interno. El aspecto externo se menciona únicamente en el libro de Hechos, mientras que el aspecto interno, por ser el aspecto más relevante, es resaltado en las Epístolas desde Romanos hasta Apocalipsis.
Al ser llenos interiormente, ¿qué es lo que nos llena? Somos llenos con el Espíritu de vida, el Espíritu esencial, o sea, el Espíritu vivificante, que es el Dios Triuno mismo, quien pasó por un proceso y alcanzó Su consumación mediante la muerte y la resurrección. El Espíritu entró en nosotros en el momento en que fuimos salvos, pero todavía hay muchas cosas en nuestro ser que no proceden de Él, cosas con respecto a las cuales no hemos tomado ninguna medida y que son inmundas y pecaminosas. Por tanto, si queremos ser llenos del Espíritu, tenemos que acudir al Señor para arrepentirnos, confesar nuestros pecados y orar. Por medio de nuestro arrepentimiento, confesión y oración exhalamos nuestros pecados e inhalamos a Dios mismo como el Espíritu vivificante. Al exhalar e inhalar seremos llenos del Espíritu.
Hechos 5:32b dice: “El Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen”. En este versículo se nos revela que, al inhalar a Dios y ser llenos de Él como el Espíritu vivificante, necesitamos seguir de cerca y obedecer al Espíritu. La obediencia constituye el camino y el requisito para recibir y disfrutar al Espíritu de Dios. Hoy tenemos que pasar por la crisis de ser llenos del Espíritu. Esto es ser llenos internamente (pleróo), pero va acompañado por ser llenos exteriormente (plétho), ya que en cuanto somos llenos internamente del Espíritu, éste fluirá de nuestro ser externamente. Si todas las mañanas dejamos que “nuestra piel envuelva el agua que tomamos”, o sea, somos llenos internamente del Espíritu al tener un tiempo de avivamiento matutino, al orar y al andar conforme al Espíritu, espontáneamente experimentaremos “el agua que envuelve nuestra piel”, es decir, seremos llenos, o revestidos, externamente del Espíritu en nuestro vivir así como en la obra que realizamos. Ésta es la vida cristiana normal.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.