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Visión central necesaria para servir a la iglesia, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-8315-8
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Actualmente disponible en: Capítulo 7 de 7 Sección 5 de 5

DETENERNOS,
NO CRITICAR A OTROS Y
OCUPARNOS ÚNICAMENTE DE VIVIR POR EL SEÑOR

Las personas en la supuesta religión hacen muchas cosas para el Señor, pero ellas no viven por el Señor. El Señor no quiere que nosotros seamos religiosos o que obremos y hagamos cosas para Él. Él no quiere incluso nuestro buen comportamiento. Para Él, ninguna de estas cosas tiene significado. La revelación básica hallada en la Biblia es que nuestro Señor es el Espíritu que vive en nuestro espíritu y que Él desea que vivamos por Él. Por tanto, lo único que cuenta es que vivamos por el Señor.

En cada iglesia local tiene que haber algunos que vivan por el Señor. Si un anciano vive por el Señor, todos los santos serán influenciados y sus espíritus estarán abiertos. Satanás es muy sutil. Aunque nosotros podemos tocar nuestro espíritu, es fácil que Satanás influya en nuestros pensamientos para que consideremos a otros y los critiquemos. Muchas veces ésta es la fuente de nuestras “oraciones” por otros. Tales “oraciones” no vienen de nuestro espíritu, sino de nuestra mente. Deberíamos sencillamente vivir en el espíritu y permitir que el Señor se ocupe de los demás asuntos. Aunque no es difícil detenernos y no criticar a otros, el Señor desea que nos detengamos y no critiquemos a otros, y que no consideremos las situaciones de otros. La Biblia habla de muchas cosas, pero la revelación central y consumada es que el Dios de toda la creación está en nuestro espíritu, y nosotros podemos vivir por Él. Al final de la Biblia hay una ciudad, la Nueva Jerusalén. En esta ciudad Dios es vida, y esta ciudad vive por Dios y expresa a Dios en su vivir.

Satanás utiliza la religión para usurparnos. Los conceptos religiosos del catolicismo, del protestantismo y de las diversas denominaciones influyen en muchos. Aquellos que van en pos de la espiritualidad también tienen conceptos, incluso conceptos acerca del quebrantamiento por parte de la cruz. La manera en que Satanás procede consiste en hacer que nos volvamos de nuestro espíritu a los métodos basados en nuestros conceptos. Sin embargo, el Señor está en nuestro espíritu; por tanto, debemos vivir en nuestro espíritu. Vivir en nuestro espíritu es nuestro camino, nuestra liberación y nuestro verdadero reposo.

LA REVELACIÓN CENTRAL HALLADA EN LA BIBLIA
CONSISTE EN VIVIR EN EL ESPÍRITU
Y VIVIR POR EL SEÑOR

Si vivimos en nuestro espíritu, no hablaremos acerca de muchas cosas. Sin embargo, si no vivimos en nuestro espíritu, seremos influenciados por muchas cosas. Cuando estamos en nuestro espíritu, no hay ninguna necesidad de considerar o discutir otras cosas. Cuando seguimos al espíritu, la vida de iglesia es buena y placentera. Cuando el Señor vive en nosotros y nosotros vivimos en el Señor, no hay necesidad alguna de nuestros planes o consideraciones. Según la Biblia, nuestro único enfoque debería ser vivir por Él, quien es el Espíritu. Cuando una pareja vive en el espíritu, no hay ningún problema. Incluso si un cónyuge quiere discutir con el otro, no habrá problema alguno siempre y cuando un cónyuge viva en el espíritu. Vivir en el espíritu soluciona cada problema.

Es posible que nuestras experiencias pasadas sean buenas; sin embargo, si intentamos aplicarlas de la misma manera hoy, ellas pueden hacer que nosotros no vivamos en el espíritu. Tan pronto como intentemos aplicarlas de una manera vieja, sufriremos pérdida. Satanás es muy sutil; él “plantó” el árbol del conocimiento del bien y del mal en el hombre para que el hombre no viva por el espíritu como el árbol de la vida. De esta manera, el vivir del hombre se desvía del enfoque de la revelación de Dios. La revelación de Dios es que Él, como Dios Triuno, es nuestro Creador, Redentor y Salvador y que, como Dios Triuno —el Padre, el Hijo y el Espíritu—, Él es el Espíritu todo-inclusivo y como tal Él puede ser vida en nuestro espíritu a fin de que nosotros vivamos por Él.

El Nuevo Testamento habla de que nosotros estemos en nuestro espíritu y de que vivamos por el espíritu. Puesto que recibimos vida en el espíritu, tenemos que andar en el espíritu y hacerlo todo conforme al espíritu. El Señor tiene que abrir nuestros ojos para que veamos la revelación hallada en la Biblia. Es posible que hayamos oído doctrinas tradicionales, pero necesitamos ver una revelación en cuanto a la vida en nuestro espíritu. Necesitamos ver la revelación hallada en 1 Corintios 15:45, que dice: “Fue hecho [...] el postrer Adán, Espíritu vivificante”. Muchas personas saben acerca del derramamiento del Espíritu Santo, pero ellos descuidan el asunto de que el postrer Adán se hizo Espíritu vivificante.

Cuando los cristianos se saludan entre sí, a menudo dicen: “Que el Señor esté contigo”. Sin embargo, ellos no saben cuál es la clave para que el Señor esté con ellos. En 2 Timoteo 4:22 se nos dice: “El Señor esté con tu espíritu”. Esto se refiere a que el Señor está en nuestro espíritu. La Biblia tiene sesenta y seis libros y contiene muchos puntos, pero ¿cuál es su enfoque? Por ejemplo, la Biblia habla acerca de la experiencia que tenemos de la cruz, pero esto no significa que sólo deberíamos centrarnos en la cruz o en el altar por la eternidad. Lo único que Dios desea que nosotros hagamos eternamente es que vivamos por Él. El altar tiene como meta que nosotros vivamos por el Señor, y la experiencia que tenemos de la cruz tiene como fin que nosotros vivamos por el Señor. El altar y la cruz tienen por finalidad que nosotros entremos en el Lugar Santísimo; por tanto, no es suficiente que nos centremos en el altar pero que no veamos ni entremos en el Lugar Santísimo.

RECIBIR AL ESPÍRITU TODO-INCLUSIVO

Hoy en día tenemos una manera sencilla; es decir, sólo necesitamos recibir al Espíritu todo-inclusivo. El altar del holocausto, el lavacro, la mesa del pan de la Presencia, el candelero de oro y el altar de oro del incienso están todos en este Espíritu. Cuando recibimos al Espíritu todo-inclusivo en nuestro espíritu, estamos en el Lugar Santísimo. Hablando con propiedad, no pasamos por el altar del holocausto por nosotros mismos; pasamos por el altar en el Señor. Además, no somos crucificados en la cruz por nosotros mismos; somos crucificados en el Señor. Todas las experiencias que tuvo el Señor de llegar a ser carne, de pasar por la cruz, de derramar Su sangre preciosa y de efectuar la redención están en este Espíritu. Además, Él fue sepultado y Él resucitó de entre los muertos. Él es la mesa del pan de la Presencia, el candelero de oro y el altar de oro del incienso. Él lo es todo. Hoy en día Él es el Espíritu todo-inclusivo y, como Espíritu todo-inclusivo, todo está en Él a fin de que nosotros lo recibamos.

Algunas personas recibieron ayuda y experimentaron el altar del holocausto y el altar de oro del incienso en el pasado. Sin embargo, cuando les pedimos que se acerquen al Lugar Santísimo, ellos sólo prestan atención al altar del incienso. Las experiencias que tenemos en el altar del holocausto y en la mesa del pan de la Presencia tienen por finalidad que nosotros entremos al Lugar Santísimo. Sorprendentemente, después de experimentar estas cosas, algunas personas todavía no han entrado en el Lugar Santísimo. En otras palabras, ellos todavía no han entrado al espíritu. Todas estas cosas —el altar del holocausto, el lavacro, la mesa del pan de la Presencia, el candelero y el altar del incienso— están incluidas en el Espíritu todo-inclusivo. Nuestra necesidad hoy en día consiste en que entremos al Lugar Santísimo y disfrutemos al Espíritu todo-inclusivo.

Deberíamos sencillamente regresar a las riquezas halladas en nuestro espíritu. No deberíamos vagar en nuestra mente. Aun cuando demos un mensaje, no deberíamos estar en nuestra mente; sencillamente deberíamos estar en el espíritu y hablar la palabra que procede de nuestro espíritu. Ésta es la necesidad que tienen las iglesias hoy. Los colaboradores no deberían hablar las mismas cosas viejas en el servicio que rinden a las iglesias; las iglesias no necesitan las viejas prácticas. Las iglesias necesitan lo que únicamente puede salir del espíritu de manera sincera y directa. Cuando acudamos al Señor plenamente y vivamos sencillamente en nuestro espíritu por el Espíritu, seremos frescos, vivientes y ricos. Deberíamos dejar de andar errante en nuestra mente y sencillamente vivir en el espíritu por el Espíritu. Esto es lo que el Señor desea.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

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