Espíritu y el cuerpo, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4516-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-4516-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
En el Cuerpo tanto los jóvenes, como los hermanos de edad mediana y los más ancianos, todos ellos, son uno. Cualquier disensión que haya entre los jóvenes y los hermanos de más edad es absolutamente errada, es ajena al Cuerpo. Es cierto que los santos jóvenes que sienten la carga por las universidades necesitan tener la libertad de tener sus propias reuniones, y que los de más edad no deben entrometerse ni darles sugerencias. Sin embargo, aun así necesitamos tener comunión. Los hermanos de más edad necesitan de la comunión de los hermanos más jóvenes, y los hermanos más jóvenes necesitan aún más de la comunión de los hermanos de más edad. Debemos mantener siempre una atmósfera placentera y un buen espíritu. En Los Ángeles tal vez haya tres salones de reunión, pero debe percibirse un solo espíritu placentero y una unidad muy dulce. Los jóvenes deben ser fieles yendo a las universidades por causa del testimonio del Señor, y los hermanos mayores, sin estorbar a los jóvenes, deben orar por ellos, apoyarlos, sostenerlos y fortalecerlos. Asimismo, los jóvenes deben respetar a los mayores y buscar su ayuda, sus oraciones y su consejo sabio. Si hacemos esto, la situación entre nosotros será muy placentera.
El Cuerpo es uno solo. Por muchos salones de reunión que una iglesia local pueda tener, ella sigue siendo una sola iglesia en esa localidad. La iglesia en Taipéi, por ejemplo, tiene al menos diecisiete salones de reunión. Contando únicamente a los hermanos que están cursando el último año de universidad o se han graduado recientemente, el número de jóvenes que sirven es de más de mil. Estos mil servidores están repartidos en los diecisiete salones de reunión. Sin embargo, todos ellos son uno. Hace dos años, por la misericordia del Señor, muchos de los hermanos más ancianos, quienes tenían el cargo de ancianos, diáconos y diaconisas, se retiraron de su servicio por causa del propósito del Señor. Aproximadamente ochocientos de estos hermanos mayores, muchos de los cuales habían estado en la iglesia desde principios de 1948, se retiraron para permitir que los jóvenes ocuparan su lugar en el servicio. Después de un año y medio, los jóvenes empezaron a asumir el servicio. Ellos eran absolutamente uno con los hermanos más ancianos. Respetaban a los hermanos de más edad, y los hermanos de más edad los amaban, oraban por ellos, los respaldaban y los apoyaban. Todos ellos eran uno. ¡Cuán agradable es la atmósfera de la iglesia en Taipéi! ¡Cuán maravilloso es este testimonio para toda la tierra!
Jóvenes, nosotros no somos un movimiento ni estamos aquí simplemente para realizar algún tipo de obra universitaria. Estamos aquí únicamente por causa del recobro del Señor. Si ustedes me ofrecieran todo el mundo, yo les diría: “No lo quiero. Lo único que quiero es el recobro del Señor”. Es absolutamente errado atentar contra el recobro causando daño a la unidad. No estamos a favor de ningún movimiento ni de ninguna obra; estamos aquí por causa del recobro del Señor, el cual se basa en la unidad. Si perdemos nuestra unidad, no seremos más el recobro. En vez de ello, vendremos a ser parte del cristianismo actual. Lo que más nos distingue a nosotros del cristianismo es la unidad única. Nosotros valoramos esta unidad. Nunca debemos permitir que la obra en las universidades afecte esta unidad. Es terriblemente grave causarle daño al recobro del Señor rompiendo esta unidad.
La unidad a la cual nos referimos es la unidad universal del Cuerpo. No practicamos la unidad simplemente entre nosotros, sino con todos los demás creyentes. Amamos a todos los creyentes en Cristo, incluyendo a aquellos que están en la Iglesia Católica y en todas las denominaciones y grupos libres. Aunque amamos a todos los cristianos, no nos interesa participar en sus divisiones. Si ellos quieren o no ser uno con nosotros en la unidad única, eso depende de ellos. Pero aunque no deseen esto, los seguimos amando. No debemos hacer nada que cause división; al contrario, debemos sacrificar cualquier cosa y todas las cosas a fin de guardar la unidad única. Jamás debemos tolerar nada que pueda causar una separación o división. No nos interesan los números; lo que nos interesa es la unidad. No queremos tener un gran número de personas, y al mismo tiempo estar llenos de divisiones. Es mejor ser sólo quinientos hermanos que continuamente guardan la unidad.
Sin duda alguna los jóvenes necesitan ir a los recintos universitarios por causa del propósito del Señor. Pero esto no debe ser un movimiento, y de ningún modo debe causar división entre nosotros. Le pedimos al Señor que nos conceda la gracia que necesitamos para esto. Estamos dispuestos a abandonar cualquier cosa que cause división o que incluso dé la más leve impresión de división. No nos interesa ninguna obra, ningún movimiento, ni tampoco el aumento numérico. Lo único que nos interesa es la unidad única del Cuerpo. Aunque el número pueda ser pequeño, estamos en la realidad de esta unidad. Sin embargo, si perdemos la unidad, perderemos la realidad del recobro del Señor.
En las iglesias y con respecto a los santos, debemos preocuparnos por dos elementos: el Espíritu y el Cuerpo. Debemos preguntarnos: “¿Proviene esto del Espíritu?”, y “¿es esto beneficioso para el Cuerpo o es algo que causa división?”. Debemos tener la certeza de que lo que hacemos es hecho en el Espíritu y debemos prestar atención a la unidad. No queremos convertirnos en un movimiento que no muestra la menor preocupación por el Espíritu, ni tampoco queremos repetir la historia del cristianismo, una historia de división y confusión, en la que no hay la menor preocupación por la unidad única. Pedimos al Señor que nos conceda Su misericordia y Su gracia para que siempre prestemos atención al Espíritu y al Cuerpo. El Cuerpo se expresa de manera práctica en la unidad única. No sólo queremos guardar esta unidad en nuestra localidad, sino también en toda la tierra. Debemos evitar cualquier cosa que pueda causar división entre los santos o entre las iglesias. Repito nuevamente que sólo nos interesa el recobro del Señor, y el recobro del Señor depende absolutamente del Espíritu y de la unidad única. Quiera el Señor concedernos Su misericordia y Su gracia para que seamos guardados en Su recobro. De lo contrario, repetiremos la triste historia del cristianismo. Que el Señor tenga misericordia de nosotros para que no repitamos esta historia. Todos debemos orar seriamente por el recobro del Señor, y pedirle de todo corazón que seamos guardados en el Espíritu y en la unidad única. Estar en el Espíritu y en la unidad única del Cuerpo equivale a ser guardados en el recobro del Señor.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.