Información del libro

Cristo es contrario a la religiónpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1012-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 5 de 14 Sección 3 de 5

LA SEGUNDA PREGUNTA

Entonces los fariseos se dieron cuenta que no era tan sencillo vencer al pequeño Jesús; por tanto, pidieron a los herodianos que se unieran a ellos. Los fariseos no eran solamente un partido religioso, sino también un partido patriótico, fiel a la nación judía. Eran patriotas y también religiosos; amaban a su país y anhelaban protegerlo. En aquel tiempo, su nación se encontraba bajo el dominio del Imperio Romano; los fariseos detestaban tal situación. Por otra parte, los herodianos eran los representantes de este dominio imperialista. ¿Cómo podían trabajar juntos estos dos partidos: los fariseos y los herodianos? Podían hacerlo porque tenían un enemigo común. Ellos se unieron con la intención de tender una trampa a Jesús, atraparlo en Sus propias palabras y ponerlo en evidencia. Así que, le preguntaron: “Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito pagar tributo a César, o no?” (22:17). Este tributo era distinto al que se menciona en Mateo 17, pues se pagaba al gobierno romano. En ese tiempo todos los judíos fieles y patrióticos se oponían a dicho impuesto; ellos nunca darían ni un centavo si pudiesen evitarlo. Por lo tanto, pensaron que podían atrapar a Jesús al ponerlo en este dilema. La pregunta que ellos le hicieron fue muy sutil. Si Jesús hubiera contestado que no era lícito pagar tributo a Cesar, los herodianos se habrían echado inmediatamente sobre El, acusándole de oponerse al Imperio Romano. Por otro lado, si hubiera dicho que sí era lícito pagar el tributo romano, el partido patriótico de los judíos habría reaccionado diciendo: “Este hombre está traicionando a nuestro país”. La sutileza de ellos era muy grande.

¿Cree usted que el Señor Jesús no tenía manera de escaparse de esta intriga? ¿Piensa que alguien podía hacerle caer en una trampa? No, aun cuando se juntaran diez partidos contra El, no tendrían éxito. El siempre tiene una salida. ¡Aleluya, El es Jesús! Observe lo que hizo. Lo más sabio fue esto: El no sacó de su bolsillo el dinero del tributo, sino que les dijo: “Mostradme la moneda del tributo”. Y ellos le presentaron un denario (22:19). Ellos traían consigo el dinero del tributo; esto significa que ya habían perdido el caso. Ellos fueron a Jesús para preguntarle si debían pagar tributo a Cesar, pero ellos tenían monedas romanas, y Jesús no las tenía. Así que, perdieron el caso. Ellos tenían las monedas romanas, lo cual quiere decir que las utilizaban; por consiguiente, fueron ellos quienes quedaron en evidencia. ¡Jesús es el Señor! No intenten atraparlo, si tratan, El los atrapará a ustedes.

Entonces El les preguntó: “¿De quién es esta imagen, y la inscripción?” Le dijeron: “De César”. Entonces el Señor Jesús les dijo: “Devolved, pues, a César lo que es de César”. Pero no paró allí. Jesús no dejó ningún terreno para el enemigo. Así que, añadió: “Y a Dios lo que es de Dios” (22:20-21). Al escuchar esto, se maravillaron de Su respuesta, y sus bocas fueron cerradas.

LA TERCERA PREGUNTA

Después de esto, les tocó el turno a los saduceos, que eran los antiguos modernistas. Ellos se creían más listos y pensaban que les sería fácil hacer caer a Jesús en su trampa. Así que, le hablaron de esta manera: “Maestro, algunos creen en la resurrección, pero nosotros tenemos un problema acerca de ello. Moisés dijo que si alguno muere sin tener hijos, su hermano debía casarse con su mujer para levantar descendencia a su hermano. Hubo, pues, entre nosotros siete hermanos; el primero se casó, y murió; y no teniendo descendencia, dejó su mujer a su hermano. De la misma manera también el segundo, y el tercero, hasta el séptimo. Y después de todos, murió también la mujer. En la resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será ella mujer, ya que todos la tuvieron?” Ellos realmente pensaban que eran muy astutos. Pero el Señor Jesús les respondió: “Erráis, por no conocer las Escrituras ni el poder de Dios” (22:29). Jesús los reprendió con Su respuesta. En realidad parecía decirles: “Ustedes no conocen la Biblia. Creen conocerla pero en realidad no la conocen. No conocen ni la Biblia ni el poder de Dios”. El continuó diciendo: “Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento ... Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos” (22:30-32). Jesús les dio a entender: “Todos estos hombres —Abraham, Isaac y Jacob— ya fallecieron, si no resucitaran, entonces Dios sería un Dios de muertos. Pero El no puede ser un Dios de muertos; más bien, es un Dios de vivos. Esto demuestra que todos ellos vivirán, que resucitarán. Ustedes, saduceos, sólo conocen este título en letras: el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob, pero no conocen la realidad de ello. La letra de la Palabra solamente les informa que Dios es el Dios de estas tres personas. Pero la realidad de este título demuestra que habrá resurrección. Dicho título denota que Dios resucitará a estas tres personas; de otro modo, El sería el Dios de los muertos y no de los vivos”.

Estos judíos, modernistas de antaño, intentaron poner a Jesús en un callejón sin salida. Pero El aprovechó esta oportunidad para mostrarles cuánto necesitaban conocer las Escrituras de una manera viviente, cuánto necesitaban conocer el poder de Dios, y cuánto necesitaban saber que Dios es el Dios vivo. Ya que Dios es viviente, Su pueblo también debe serlo. Nosotros también debemos conocer las Escrituras de una manera viva, debemos conocer el poder de Dios, y además, debemos ser el pueblo viviente que conozca a su Dios vivo. Los saduceos se quedaron sorprendidos, y perdieron el caso.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top