Revelación crucial de la vida hallada en las Escrituras, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-1-57593-811-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En los capítulos anteriores vimos la vida y cómo se presenta en el Antiguo Testamento por medio del árbol como alimento y del río como bebida. También, vimos que el alimento y la bebida son una sola entidad. Cuando tenemos sed y nos acercamos a las aguas, recibimos el alimento. El beber y el comer se encuentran en todo el Antiguo Testamento. Los versículos que mencionamos con respecto al comer y al beber empiezan en Génesis 1—2 y terminan en Zacarías 14. En este capítulo queremos fijar nuestra atención en la vida y cómo se presenta en el Nuevo Testamento, y también queremos ver cómo la vida está en contraste con el conocimiento. Para ver el asunto central de la vida presentada en la Biblia, debemos profundizar el pensamiento y el espíritu de la Biblia.
Génesis nos dice que en el principio Dios creó, y luego se le presentó como vida al hombre. Debido a que el hombre cayó, Dios tenía que redimirlo para que la vida siguiera estando disponible para él. Génesis 3:21 nos dice que Dios hizo túnicas de pieles del sacrificio y con ellas vistió a Adán y Eva. Probablemente Dios mató corderos en la presencia de Adán y Eva para poder hacerles túnicas de pieles. Por tanto, la sangre de corderos fue derramada, porque sin el derramamiento de sangre no hay perdón (He. 9:22). Adán experimentó la obra redentora anticipada de Dios.
El primer capítulo del Evangelio de Juan, en el Nuevo Testamento, tiene los mismos puntos y pensamientos espirituales que tienen los primeros tres capítulos de Génesis en el Antiguo Testamento. Juan 1 dice que en el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios (v. 1). La creación llegó a existir por medio de Dios el Verbo, y en El la vida se le presentó al hombre (vs. 3-4). Se necesita la redención debido a la caída del linaje humano. Así que, Juan 1:29 dice: “¡He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!” No debemos imaginar que el Nuevo Testamento contenga un pensamiento que no concuerda con el del Antiguo Testamento. El Antiguo Testamento y el Nuevo son un solo libro. El Antiguo Testamento es un libro de cuadros, mientras que el Nuevo Testamento nos da la definición de los cuadros. El pensamiento y el espíritu de los dos testamentos son iguales.
Casi todos los capítulos del Evangelio de Juan nos dicen algo acerca de la vida. En la lectura bíblica de este capítulo seleccionamos algunos versículos importantes con respecto a la vida. Juan 3:36 dice: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él”. Según Juan 1, el Hijo en quien creemos es Aquel que era en el principio, el Verbo, Dios, el Creador, Aquel que tiene la vida en El, y el Cordero que quita nuestro pecado. Debemos creer en El para que tengamos vida. Si no creemos en El, no podemos tener la vida ni verla.
Juan 5:21 dice: “Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo da la vida a los que quiere”. La intención del Hijo es dar vida, y vino con el fin de dar vida. Debemos recordar estas palabras: “El Hijo da vida”. Por esto, el Señor dice en Juan 10:10b: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. En Juan 11:25a el Señor le dijo a Marta: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá”. En Juan 14:6 El declaró que era la vida. Estos versículos muestran que el propio Cristo es el árbol de la vida. Después de la redención del hombre, el árbol de la vida es presentado de nuevo al hombre en el Nuevo Testamento. Colosenses 3:4a nos dice que Cristo es nuestra vida.
En el Nuevo Testamento podemos ver no sólo la realidad del árbol de la vida, sino también la realidad del árbol del conocimiento. Como en el Antiguo Testamento, podemos ver el árbol del conocimiento junto al árbol de la vida en el Nuevo Testamento. Hebreos 7:16 nos dice que Cristo fue designado el Sumo Sacerdote “no conforme a la ley del mandamiento carnal, sino según el poder de una vida indestructible”. En este versículo hay dos fuentes: la ley y la vida. La ley está al lado del árbol del conocimiento, y la vida está al lado del árbol de la vida. En este versículo se ven dos árboles, el árbol del conocimiento junto al árbol de la vida. Génesis 2:9 indica que los dos árboles no están muy separados el uno del otro. No están lejos el uno del otro, sino que están ubicados juntos. Si no tenemos cuidado, es posible tocar el árbol del conocimiento en vez del árbol de la vida; tal vez creamos que estamos tocando el árbol de la vida, porque el árbol del conocimiento no está muy separado del árbol de la vida.
La ley es buena (Ro. 7:12, 16), y todo lo que es bueno no está muy separado de la vida. Todo lo relacionado con la vida es bueno. Con la vida indestructible e interminable, nada es malo y todo es bueno. Los mandamientos de la ley también son buenos, entonces no están muy separados de la vida. Según nuestra mentalidad y nuestro discernimiento caídos y naturales, pensamos que cualquier cosa buena es la vida. Pero nuestras mentes necesitan ser renovadas y transformadas para poder ver que es posible que lo bueno no sea la vida. Considerar algo bueno como vida es totalmente erróneo. Este es un concepto de la mentalidad caída. En Hebreos 7:16 la ley está relacionada con el árbol del conocimiento, y la vida está relacionada con el árbol de la vida.
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